Capítulo 2

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Capítulo 2

“Chicago”.

Bianca Ferrari.

Hace una semana me mudé a Chicago, sé que mis padres vivieron aquí antes de tenernos a Franco y a mí. Fue temporal, hasta que tomaron la decisión de qué hacer con su futuro. Ambos eran jóvenes enamorados en el momento en que mi madre quedó embarazada de nosotros, ellos tomaron la decisión de hacer un futuro en otro lugar y se mudaron a Italia. Donde por cierto, mis abuelos maternos residen.

Así comenzaron una nueva vida formando la familia que hoy somos.
Me encanta que seamos nosotros cuatros contra el mundo, jamás cambiaría algo de nuestro vínculo. Me siento orgullosa y bendecida de tener padres amorosos y atentos. También de que la vida me haya dado un hermano mellizo.

Volviendo a cómo será nuestra vida de ahora en más aquí, estos días en mi nuevo país, traté de que fueran sumamente productivos. Recorrí la ciudad para conocer y afianzarme en lo que será el lugar en el que voy a vivir al menos un año, antes de comenzar la universidad.

Estuve de compras, tanto para la decoración de mi habitación como para mi placard, mi baño y mi biblioteca personal. Si, biblioteca. Estoy feliz. Soy la única hija de mi papá, por lo tanto, su completa debilidad, así que no es extraño que me haya dado una de las habitaciones más grandes del segundo piso para poder cumplir mi deseo de un espacio literario hecho solamente para mi y a mi manera.

El lugar tiene paredes grises oscuras, con cortinas en otra tonalidad de ese mismo color. Posee un ventanal gigante con vista a nuestro gran patio trasero mediante un balcón, el cual también me tomé el tiempo de adornar con una mesa de metal blanco y la parte superior de vidrio. En compañía de dos sillas que contienen almohadones. Compré estantes de color blanco y otros negros para los libros que voy a ir colocando poco a poco. Dos escritorios de madera pintados con barniz natural acompañados de sillas de color blanco y negro también. Uno de ellos para poner los tocadiscos con mis vinilos y grabadores. Además de algunos objetos decorativos, como cuadros con fotos familiares, tunas en macetas pequeñas y cd 's que me regaló mi abuelo de su colección de rock.

El otro escritorio lo adorne con resaltadores de colores pasteles y flúor. No mucho más porque este, es especialmente para sentarme a leer. También cerca de la ventana coloque una estantería que sostiene la cafetera y una cajita de madera con diferentes sabores de té. Sin dudas este será mi lugar favorito en el mundo.
Ese es el resumen de mi semana, organizarme, recorrer, y ordenar.

Hoy es lunes, odio todo lo que conlleva el inicio de semana y en este caso también inicio de mi nueva rutina por lo que resta del año.

Comienzo el instituto, estoy nerviosa pero a la vez no, tengo una mezcla de emociones. Soy extrovertida, no me cuesta relacionarme con las personas, por eso espero poder hacer buenos compañeros. Incluso tal vez amigos para sobrellevar mi nueva vida.

Llega a mi mente el recuerdo del día viernes, fuimos a conocer a los amigos de la adolescencia de mis padres. Ellos son una bonita familia, también como nosotros tienen cuatro integrantes de los cuales sólo conocí a tres. Por lo que entendí tienen una hija pero ella no se encontraba en la casa ese día. Había viajado a otra universidad para dar el examen de ingreso a la universidad.

Pero conocí a James.

Lo mire disimuladamente —creo— toda la noche. También le dí las sonrisas que uso para hacer entender a los chicos que estoy interesada. Esa noche no pude borrar de mi mente ni de mi cuerpo la sensación de nuestro apasionado beso.
Bueno, el beso que yo le di, pero que él correspondió.

El último año Donde viven las historias. Descúbrelo ahora