Capítulo 1: Cachorro a bordo

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Su alarma sonó indicándole que un nuevo día había comenzado aún así él renegó entre sueños tratando de alcanzar aquel molesto sonido.

Jamás había sido una persona madrugadora, todos sus 20 años fueron luchas y luchas para que lograse abrir aunque fuese un ojo a las 8 de la mañana, pero ahora su vida había cambiado y él también tenía que hacerlo.

Resignado, con el pensamiento de hacer las cosas bien en su vida para poder motivarse, abrió sus ojos con pesar observando el reloj puesto en su "mesa de noche", que en realidad era solo una vieja caja de madera donde se suelen poner las verduras, indicando las ocho y media de la mañana. Apoyándose en sus brazos alcanzó el aparato para silenciarlo por fin, su cabeza explotaría si seguía escuchando tal sonido.

—se estiró sentado sintiendo sus músculos tensos para relajarse suspirando gustoso— Buenos días florecita. Hoy será un buen día, ya lo presiento —le habló a su abultado vientre de 7 meses recibiendo en contestación algunas pequeñas pataditas— También lo sientes, ¿no? —soltó una risilla.

Sonrió con cariño, era aún algo muy extraño observar cómo día con día su estómago crecía y de vez en cuando podía ver a su bebé moviéndose dentro suyo, sintiéndolo también provocando una sensación extraña.

Eran tan inusual para él, todo tan nuevo que a veces le asustaba demasiado pero luego se calmaba a sí mismo y a su propio lobo para poder seguir adelante. Era un omega fuerte y decidido, él podía con eso y lo sabía.

Se levantó con un poco de dificultad, el peso del cachorro se volvía cada vez más un pequeño problema para seguir con su día a día pero nada que no pudiese manejar. Tomó una ducha rápida con el agua fría que caía de su regadera, se vistió con una camisa el doble de su tamaño habitual pero que en ese momento le quedaba perfecta junto con un overol y tenis, procuraba vestir siempre lo más cómodo posible por su panza creciente.

Algunas de sus camisas favoritas ya no le quedaban o simplemente no le gustaba como se veía con ellas, sus pantalones igual eran incómodos así que se había comprado pantalones más anchos, algunos deportivos y un par de overoles. Todo su cuerpo estaba cambiando junto con su propia personalidad.

Salió de su pequeña y acogedora casa después de haber tenido un desayuno ligero para ir rumbo al pueblo y hacer las compras de la semana. Llevaba consigo un bolso de tela manchado por el tiempo y una hoja donde había anotado todo lo que necesitaría llevar.

Debido a su embarazo avanzado sabía que no podía llevar mucha carga aunque quisiera. No podía sobreexigirse cuando solo faltaban aproximadamente 3 meses (contando el que apenas estaba comenzando) para el parto.

Incluso caminar todo ese tramo hasta el mercado del pueblo ya era demasiado al tener que subir y bajar la colina donde se encontraba su casa y caminar al menos 2 cuadras más. Antes no lo veía como la gran cosa, era un buen ejercicio en realidad, pero ahora era como si cargase constantemente con un saco de papas mediano, era cansado.

Por el camino se dió sus respectivos descansos sosteniéndose de algunos árboles o sentándose en alguna roca para luego seguir hasta al fin entrar al pueblo. Caminó un poco más por las calles saludando a algunas personas que se encontraba a su paso. Se había hecho un tanto conocido por el lugar al ser alguien sociable y agradable, siempre lleno de energía con un alma aventurera, era fácil quererlo y por tal motivo siempre tenía a muchas personas que lo saludaban con alegría o alguna que otra persona dispuesta a ayudarlo si lo pedía.

Supuso que lo que decían era cierto, si eres alguien bueno te rodearás de gente buena.

También supuso que era fácil de recordar y reconocer por ser un omega soltero que estaba embarazado, así como también por su peculiar olor.

Mar y Miel [Hyunsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora