Yoongi estaba bebiendo en una mesa al lado de la ventana. El bar estaba lleno, era viernes por la noche y todo el mundo estaba gastando el dinero que se había ganado en la semana. La mayoría del pueblo estaba reunido en aquel lugar, de manera que en la calle solo quedaban algunos hombres cargando carretas o cepillando sus caballos.
Yoongi estaba solo en la mesa, no solía interactuar con muchas personas del lugar, a excepción del hombre de la tienda y el chico que atendía aquel bar, pues estos eran los únicos lugares que frecuentaba, el resto del tiempo estaba en su finca, cuidando del ganado y las tierras.
La única compañía que tenía era su hermano pequeño: Jungkook. El chico había vivido con él desde que sus padres habían muerto cuando tenía siete años, por lo que Yoongi tuvo que cuidarlo desde los diez. Justo ahora, cuando el mayor tenía 25 años, veía a su hermano algunos domingos, pues Jungkook había decidido irse a vivir al pueblo con tal de estudiar lo suficiente como para ayudar a Yoongi a gestionar todos los asuntos del terreno.
Sin embargo, el mayor pensaba que había algo más, pues lo veía mucho más animado que nunca y a veces lo encontraba sonriendo como un tonto por un aparente recuerdo al que él no tenía acceso. Tenía la sospecha de que estaba enamorado, pero no pensaba insistir en que le dijera, ya lo haría él mismo cuando se sintiera cómodo o quisiese.
El estruendo de unos gritos lo sacó de sus pensamientos, los hombres en la barra estaban haciendo un gran alboroto y riéndose. Alcanzó a ver cómo Jimin, el chico que atendía, los miraba con rabia. Tuvo un mal presentimiento y se quedó observando la situación en caso de que tuviera que intervenir.
-¡Vamos, precioso, muéstranos ese lindo culo que tanto presumes con esos pantalones! -gritó uno de los hombres mientras se inclinaba sobre la barra.
-¡Solo una tocadita! ¡O una folladita!
Todos volvieron a reír ante lo que había dicho aquel borracho. Mientras que el chico simplemente seguía sirviendo alcohol en vasos.
El hermano de Jimin observó mientras llevaba cervezas a algunas de las mesas, se veía bastante molesto, pero lo suficientemente ocupado como para ir a detenerlos.
El mismo hombre que había gritado aquella última frase cruzó la barra y se sitió muy cerca de Jimin, de manera que rozaba su entrepierna con las nalgas del chico.
-Vamos, putita -dijo en un susurro-. Déjame follarte y luego me iré.
Jimin no soportó más y estrelló el vaso lleno de cerveza que tenía en la mano contra la cara de aquel acosador, provocando que varios cristales se incrustaran en su rostro.
-Déjame en paz, maldito imbécil -respondió con rabia.
El hombre quedó en shock por un momento, luego su cara se puso roja de la furia y se abalanzó para golpear a Jimin en la mejilla. Entonces, fue cuando Yoongi decidió que sería buen momento para intervenir.
-Suéltalo, pedazo de mierda malnacida.
Dijo y le soltó un golpe.
Una vez que lo hizo, los amigos del hombre se lanzaron a atacarlos, logrando dejar bastante golpeados a Yoongi y Jimin. Antes de que siguieran golpeándolos, un hombre de edad que estaba en una mesa aledaña rompió una silla en la espalda de uno de los atacantes. La pelea se convirtió en una pelea entre clientes y Yoongi aprovechó aquella oportunidad para sacar a Jimin del lugar.
Salieron por la puerta de atrás, en donde estaba amarrado el caballo del pálido. Sin pensarlo dos veces, subió y tendió la mano para ayudar a Jimin a subir. Éste lo pensó un rato, sentía que no estaba bien dejar a su hermano lidiando con esa situación, sin embargo, si volvía solo lograría empeorarlo para todos. Tomó su mano y subió, sentándose delante del mayor. Yoongi hundió su pie en el estómago del caballo y éste salió disparado hacia su finca.
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R͟i͟d͟e͟ M͟e͟
FanfictionEn un pequeño pueblo, el desastre está a la vuelta de la esquina y puede convertirse en un gran infierno. Por eso, cuando Jimin está en el ojo del huracán, Yoongi saltará en su ayuda, aunque, tal vez su ayuda se vuelva muy... Íntima. Yoonmin. +18.