"la liche"

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Un nuevo día daba inicio, las aves cantaban, la luz del sol daba al pueblo, mostrando un hermoso amanecer.

Varios ruidos estruendosos sonaban a las afueras del pueblo, la tierra cercana temblaba ante ello, eran los impactos de varios golpes.

El par de saiyajines estaban entrenando, aunque no lleven mucho tiempo en ese mundo, su fuerza había aumentado gracias a la ventaja de ser un aventurero, pues eso influyó en una parte.

Las horas pasaron y los dos estaban de regreso al hotel, veían como las personas preparaban sus cosas para vender y otros iban de salida para hacer misiones.

Alguno que otro les saludaba sonrientes y obviamente gokú siempre correspondía aquel gesto, vegueta solo los ignoraba, pero los vendedores y aventureros lo ignoraron.

Llegaron al hotel y se fueron a dar un baño, claramente por turnos. Megumin aún seguía dormida, si que el día anterior la dejó agotada.

El tiempo transcurría de forma tranquila, nada fuera de lo normal, todo estaba bien. Megumin empezó a despertar y cuando frotó sus ojos para poder aclarar su vista, pudo ver a gokú meditando en su respectiva cama.

-- buenos días.

Le saludo ella y gokú abrió lentamente sus ojos.

-- buenos días megumin, dime ¿dormiste bien?

Ella asintió y se sentó en la orilla de la cama, onservo su sombrero puesto en su bastón que estaba apoyado en la pared, buscó sus botas pero no tardó en encontrarlas.

-- ¿no te irás a dar un baño?

Ella negó con la cabeza y se puso sus botas.

-- no tengo otra muda de ropa, así que no tendré que ponerme después de bañarme.

El saiyajin puso un dedo en su barbilla y pensó en algo y sonrió cuando le llegó una idea.

-- ¿me acompañas a la sastrería? Necesito más ropa, con dos dogis no me alcanza.

Ella asintió y tomo su sombrero junto a su bastón, gokú se puso de pie y salieron de la habitación.

Vegueta se había ido antes al gremio, tenía algunas cosas pendientes, aparte de ir por su recompensa por hacer unas misiones.

Megumin junto a gokú caminaban por las calles de axel para llegar a la sastrería, y durante el camino hablaban de cosas triviales.

Horas después.

Ambos llegaron a la sastrería y se dirigieron al mostrador, un hombre de avanzada edad los atendió y gokú le preguntó si le podía hacer otros dogis, luego le entregó el que traía como muestra.

El anciano aceptó el encargo pero antes...

-- disculpe anciano, ¿podría tomarle las medidas a ella? Es que también necesita otras mudas de ropa.

-- claro, no hay problema.

Gokú asintió y llamó a megumin quien estaba observando los distintos ropajes que habían en aquel local.

-- ¿qué pasa señor gokú?

-- te tomarán tus medidas para que hacerte más ropa, así que ve con él porfavor.

-- ¡¿que?! ¡No-no es ne-neceaario! ¡e-estoy bi-bien así!

-- vamos, no te preocupes, yo lo voy a pagar, tómalo como recompensa por tú ayuda ayer.

Ella iba a negarse nuevamente pero gokú le sonrió y eso hizo que ella desistiera a esa idea; Se acercó al anciano y le tomó las medidas.

Un par de minutos después saldrían de la tienda pero megumin estaba avergonzada, no se esperaba ese gesto por parte de gokú.

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