DECISIONES

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POV ARMANDO

Me levanto de la cama, por fin son las 7 de la mañana. Creo que soy la única persona que tenía ganas que lleguen las 7 de la mañana para ir a trabajar, y es que no he podido dormir en toda la noche.

Ayer tuve que reconocerle a Betty que había leído su diario, y su reacción fue durísima para mí. Sé que no sentía todo lo que me dijo, pero que estaba muy dolida, necesito hablar con ella, explicarle que estaba desesperado, necesito que me entienda, que me comprenda, pero ella está tan dolida y tan sentida conmigo que temo llegar a la empresa que se haya desaparecido, harta de mis prontos, de mi neurosis, de mis estupideces.

Siempre he sido un tipo duro, y sin embargo en todo lo concerniente a ella, soy sumamente débil. La amo tanto, que el solo pensar en perderla me mata, siento una opresión en el pecho que siento que me muero, siento pánico a que se aleje de mí, a que vea que no merezco la pena, ni por asomo, que cualquiera es mejor opción que yo. Solo de pensarlo me hundo y me entran ganas de llorar, algo que antes de Betty no hacía desde niño, llorar. Y ahora lloro, lloro por amor ¿quién me lo iba a decir? Armando Mendoza llorando por amor, por el amor de Beatriz Pinzón Solano, la única mujer que se ha ganado todo de mí, hasta mis lágrimas. Tengo que convencerla de mi amor, sin ella sería incapaz de seguir con mi vida, jamás podría volver a ser el de antes, el imbécil y prepotente que creía tenerlo todo, que se acostaba con la modelito de turno, la que me apetecía ahí la tenía, dispuesta a acostarse conmigo, a darme placer, esperando que fuera la afortunada que me hiciera cambiar, que me hiciera dejar a Marcela y ninguna lo era, todas me dejaban frío. La única que me tiene temblando de amor, por la única que babeo, me odia.

Diosito por favor, por favor, te lo suplico, sé que pidiéndote esto estoy siendo egoísta de nuevo, que solo estoy pensando en mí, en mi felicidad, pero la necesito como el aire para vivir, por favor, haz que me crea, que me dé una oportunidad de hacerla feliz, de demostrarle que sí es cierto que me enamoré de ella, que la adoro.

POV BEATRIZ

Me levanto temprano, no he dormido nada en toda la noche, pensando, pensando en él, en las cosas que me contó mi mamá que él le dijo, leyendo mil veces cada tarjeta que me dejó en esa bolsa de basura, que para mí no es y nunca fue basura, son recuerdos, mis recuerdos, algunos más lindos, otros más amargos.

He releído mil veces las tarjetas que hay en la bolsa, faltan las tarjetas anteriores a que descubriera el engaño, esas las escribió Calderón, no las tengo, pero las recuerdo. Y ahora leyendo tantas veces las de él, veo las diferencias. No sé si estoy sugestionada, si es lo que quiero creer, pero estas son menos simples, hablan más de mis sentimientos, de los suyos, son más profundas, más sinceras, o eso me parece a mí después de darles tantas vueltas.

He tomado una decisión, y aunque al llegar a la casa, estaba enojadísima por la lectura del diario, mi mamá me hizo comprender que no se puede pensar mientras uno está enfadado, no puede ser objetivo así, ella le creyó, y ella después de leer mi diario, no lo quería ver ni de lejos. Lo voy a perdonar, y no solo por mí, también por mi bebé, nuestro hijo. Él no lo sabe, pero estoy embarazada de 3 meses. Yo me enteré apenas él se marchó a sus viajes por las franquicias. Se lo pensaba decir nada más llegara, pero lo vi tan cercano a Alejandra, que no vi el momento, ni quise arruinarle la relación, si es que existía.

Mi mamá me dijo que él le contó que solo era una amiga, que nunca tuvo nada con ella. Mi mamá le creyó, y yo he decidido creerle, aunque confieso que sigo teniendo miedo a que todo sea mentira. Antes de lanzarme a sus brazos, le tengo que preguntar por ello, si realmente es una amiga o algo más, si sucedió algo entre ellos.

De este príncipe o princesa que llevo en mi vientre solo sabe mi mamá, se lo conté cuando me enteré, y ella me comprendió. Todavía no sé cómo se lo va a tomar mi papá, no hay que ser muy inteligente para saber que mal, pero primero tengo que decírselo a él. Él nunca quiso tener hijos, se lo oí varias veces, incluso decírselo a Doña Marcela, cuando ella se lo proponía pensando que podía ser la solución a sus problemas, pero él era muy reacio a ello. Quizá cuando le cuente esto, me rechace, nos rechace a ambos y eso me da mucho miedo, que mi hijo no vaya a tener un papá, que sepa que su papá no lo quiere, que no nos quiere. Pero tengo que decírselo, tiene que saberlo, no le puedo negar la oportunidad de saber algo tan importante y no puedo negarme a mí tampoco la posible oportunidad de vivir esto con él, de vivir mi amor junto a él, de formar una familia juntos. Tengo miedo porque no sé si me estoy haciendo demasiadas ilusiones creyendo en él, en el amor que dice sentir, en lo que mi mamá me dijo, en que ella le creyó, en que mi corazón le cree y es probable que luego él de un plumazo me tire todo al piso y me hunda en la miseria, pero de igual manera tengo que seguir adelante, con él o sola, pero este bebé precioso se merece que su mamá luche por él.

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