Nobody

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Una mañana cualquiera

La alarma sonó, otra vez me tendría que ir a la escuela.

Era de esperarse que no tuviera ganas de despertar, no es como si durmiera lo que debería.

No importa, con 3 horas de sueño sobrevivo.

Me levanté sin ánimos, cómo siempre.

Solo tenía que ducharme y vestirme.

Sentir las gotas de agua fría recorriendo todo mi cuerpo, mi cabello comenzaba a gotear también, hacía frío por lo tanto salí más rápido.

Vestirme era una tarea fácil, tenía el uniforme listo, aunque siempre use una polera por arriba.

Genial, solo quedaba irme.

-Mamá me tengo que ir, adiós.-
Tome mi bento y salí de casa.

El clima no era especialmente bueno ni malo, era medio.

Si, medio.

Subí a mi skate para comenzar a patinar de camino a la escuela.

Montar skate era una de las pocas cosas que me hacían sentir bien.

Sentirse bien era últimamente una tarea algo difícil.

Llegué a la escuela, no me gustaba ir.

No era de mi agrado ver tantas personas.

Escuchaba conversaciones, muchas personas reían, otras gritaban, algunas se notaban tristes, y también otros más solo platicaban.

Tantas platicas y en ningúna estoy incluído.

Escuché una conversación ajena de dos chicas a lado de mi.

-¿Por qué haces esto?-
Preguntaba una de las chicas a la otra.
-Porque eres importante para mí.

Importante.

Una palabra que tanto odiaba.

Yo sabía que no era importante para alguien, si muriera hoy solo mi mamá se preocuparia.

Solo ella, nadie más.

Porque no hay alguna persona para la cual sea importante, nadie lloraría en mi funeral.

Trate de ser importante, hacerme el gracioso era una buena opción para caerle bien a los demás.

Ser gracioso para ocultar.

Pero eso fue pasajero, ser gracioso solo sirvió para convertirme en el payaso de la clase.

Trate de cambiar, probar con diferentes personalidades, pero aún así nadie me necesitaba.

Una persona, solo una estuvo para mí.

Yo le importaba, pero se alejo.

Quizás ahora no se acuerda de mí.

Quizás me odia.

Quizás nunca le importe.

Pero eso ya no importaba porque se había ido, y talvez jamás lo volvería a ver.

Entre a mi aula, solo sonreí y pase.

Todos platicaban y reían entre si, que difícil.

Me senté y comenzé a dibujar en mi cuaderno.

Algunas personas se me acercaron.

Ellos se hacían llamar mis "amigos" pero sinceramente dudo mucho que yo les importe.

Solo soy el bufón y es por eso que me quieren ahí,para hacer hacerlos reir.

Hice unos cuantos chistes y caras extrañas, quizás así aseguro que no me dejaran.

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