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—Puedo saber a qué has venido?.

—Necesitaba verte.

—A mi—bufo.

—Te traje un presente—mostro un regalo.

—De ti no quiero nada.

—Vamos son tus chocolates favoritos.

—No quiero gracias, así que puedes llevártelos—se cruzó de brazos.

—Me odias?.

—Jaja—mostro una risa falsa—No Hyunjin te amo—hablo irónico.

—Me duele que me digas eso de esa forma.

—Y a mí me dolió que tú me hallas encerrado sin tener una pizca de compación en los tribunales.

—Felix.

—No—parpadeo—Lo único que siento por ti es odio, y mucho, así que vete de aquí y no vuelvas a poner un pie cerca.

—No creo que me odies—se acerco a él—Se que aún podemos vivir los dos—le tomo la mano.

—Sueltame—trato de no alzar la voz—Ya de antes me lastimaron y confíe en ti pero mira nada más con lo que me saliste, deverdad pensé que eras una buena persona o qué tal vez contigo podría cambiar todo pero como dije antes, todo lo que tocó lo destruyó así que tal vez fue mi culpa todo pero tú no tenías por qué traicionar me y mucho menos cuando me entregué a ti pensando que me amabas, ojalá me hubieras llamado y simplemente me hubieran atrapado pero no—una lágrima corrió por su mejilla—Me metiste a la cama y me dejaste así, como pudiste, que tipo de corazón tienes.

—Tu me hiciste así.

—Esa es tu excusa?.

—Perdoname.

—Largate de mi vida.

—No lo voy hacer.

—No empieces de nuevo con lo mismo—molesto—Asi comenzamos y no quiero volver a repetir lo mismo.

—Pues así va a tener que ser, por qué no me voy alejar de ti.

—Pues tendrás que hacerlo, por qué si no lo sabías hace muchos años que me casé con Changbin.

—Mientes.

—Y por qué lo haría?.

—No creo que lo quieras con hijo que ni suyo es.

—Para tu información yo sí quiero a Soobin y me importa mucho, así que vete por donde veniste por qué yo estoy casado y quiero a Changbin tanto como una vez te quise a ti.

—Tu no puedes estar con él.

—Y por qué no?.

—Por que tú eres mío.

—Asi de posesivo eres?—fruncio el seño—Yo no soy tuyo y me arrepiento de haberlo sido.

—Tu no puedes estar con Changbin—le jalo el brazo muy brusco.

—Sueltame—trato de quitárselo.

—Felix tú eres para mí y así tiene que ser.

—Ya suelta me!.

—Dejalo Hyunjin—hablo el pelinegro saliendo de la casa.

—Que te importa—aun sin soltarlo.

—Sueltalo eres minoría aquí.

—Te sientes mucho solo por qué están tus amigos.

—Yo solo puedo defenderme y no te tengo miedo.

El Secreto De Lee Félix [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora