Alguna vez, en algún lugar de este enorme mundo, existió un hombre de apariencia extraña, de porte noble y excelentes modales, un hombre cuya mirada era tan penetrante como una bala directo a la cabeza, las palabras que salian eran sutilmente cortantes, más que una navaja recién afilada, sus acciones eran algo del otro mundo, ya que una de las maneras de mantenerse cuerdo era una aberración para las personas que lo supieran. Según la leyenda, este ser era un hombre de apariencia joven que había vivido libremente por más de dos milenios en el mundo, satisfaciendo sus necesidades y proporcionándole un infierno a sus enemigos.
Se decía que aquel hombre de finas facciones y cabello negro, vagaba con el fin de encontrar algo, más él no sabía que era. Su maldición le prohibía rotundamente escarbar en sus memorias pasadas, ya que eso le facilitaría la tarea y sufriría poco por todo lo que había provocado. Sin embargo, nadie se daba cuenta de que su vida infinitamente interminable ya era su infierno personal.
Se dice que una noche esté hombre se convirtió en el señor de la noche, el dios de la oscuridad, el amo de la maldad. Que se alimentaba de la sangre humana y complacia su necesidad sexual con esta misma.
Pero según cuentan los antepasados, pronto vendrá la era en la que el demonio de sangre se vera envuelto en la desesperación y caerá en un abismo rumbo a su más inesperada desgracia; su fin.
–Ese es el castigo máximo que recibirá si no cumple con la misión que le han asignado –. Término de relatar la mujer con parsimonia. Observo a un lado el rostro con expresión adormilada de su pequeña bebé.
–Mami –. Le llamó la niña de cabellos rosa luchando por mantener sus ojitos abiertos.
La mujer sonrio y deslizando su mano, le acarició dulcemente la mejilla acunandola para ofrecerle mas comodidad a su hija. –¿Si. Que pasa cariño? —. Respondió con su voz en un delicado susurro.
–¿Por qué el señor está tan solo...? Si ha vivido mucho es para que tenga muchos amigos —. Dijo la pequeña vislumbrando en la poca claridad el rostro de su madre, centrándose principalmente en sus oscuros ojos verdes.
La mujer suspiro. –Es así. Sin embargo, debido a todas sus acciones poco amables, él está obligado a pagar un precio. La maldad es algo que se ve en todos los lugares del mundo, es así, pero este hombre a sobre-pasado los límites...
–¿Por qué dice eso. Mami, es que el señor demonio es muy malo?– prenguto la chiquilla de voz chillona y mejillas regordetas. Su mirada reflejaba la inocencia que portaba cualquier niña de 4 años.
–Lo ha sido, pero se sabe que todo sucedio en contra de su voluntad. Debido a esto, él a cargado con ello y se ha acostumbrado a su maldición, tanto así que llegó al punso de disfrutar el ver sufrir a los demás.
–¿Entonces será malo para siempre? Si es así, tendré miedo, mucho miedo... –. Al decir esto la niña se apartó y se escabullo escondiéndose en sus sábanas, ocultando todo su pequeño cuerpesillo.
La rubia se preocupo, sin saberlo su narración y explicación estaban tomando el efecto contrario al que quería inicialmente. Se apresuró y calmo a su bebé con susurros cariñosos. –Mi niña, no tienes que tener miedo, el propósito de todo esto es que ese hombre conozca la felicidad y aprenda a amar, pero para ello él debe encontar eso que no muy lejos de él está.
–¿Pero como encontrará algo que no sabe que es?– saco solo su cabezota para mirar a su madre.
–cuando llegue el momento indicado, lo descubrirá y querrá tenerlo para el y, nada más que para él –.
Sin embargo, "La avaricia es un pozo sin fondo que agota a la persona en un esfuerzo interminable por satisfacer sus necesidades, pero sin llegar nunca a conseguirlo." terminó de decir la llamada Mebuki en su mente.
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El Rincón De LA Nego Nego
FanfictionHistorias breves de mundos paralelos, principalmente enfocados en el Sasusaku y Naruhina, no obstante, tambien habrá de otras parejas. Los personajes no me pertenecen. Por favor, NO PLAGIO o COPIAS. Tenga en cuenta que nosotras nos esforzamos para...