Angie entró al salón de clases, con más confianza que el primer día, el salón aún estaba vacío ya que había llegado varios minutos antes. Tuvo tiempo de organizarse e incluso de revisar su teléfono. Poco a pocos algunos alumnos fueron entrando y la mayoría saludo a Angie al pasar por su lado. Cuando vió qué Brisa entraba al salón junto a otra chica, no pudo evitar fijar toda su atención en ellas. Por más que sabía que no debía mirarla de aquella forma, se encontró recorriendo su cuerpo con la mirada.
B- Buen día, Angie. -Exclamó Brisa al acercarse a Angie.
L- Buen día, profe. -Saludó Lourdes y continuó caminando hacia su lugar de siempre.
A- Buen día, Brisa. -Susurró Angie algo sorprendida, dado que no había notado que ya tenía a la chica frente a ella.
B- Que bueno que ahora sepas mi nombre. -Respondió Brisa y luego de sonreírle a Angie, caminó hacia su amiga.
Angie volvió a seguir a la chica con la mirada y cuando fue consciente de ello, la desvió.
A- Buen día, chicos. ¿Pudieron repasar lo que dimos en la clase pasada? -Preguntó Angie en general.
L- Te estaba mirando, Bri. -Susurró Lourdes en el oído de su amiga.
B- También la vi...
L- Te vas a meter en problemas.
B- Yo no hice nada malo...
L- Todavía, yo te conozco.
La clase transcurrió sin más y por más que Brisa lo intentó ya no pudo acercarse a Angie.
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Era jueves en la tarde y Brisa se encontraba en casa de Lourdes, allí también estaba la pareja de Lourdes, Martina.
B- Mar, necesito un consejo ya que tu novia no colabora. -Exclamó Brisa y de inmediato obtuvo la atención de la chica.
M- ¿Un consejo sobre qué?
L- Seguro sobre cómo levantarse a la profe. -Se burló Lourdes y Brisa la miró con su peor cara.
B- Si no vas a ayudar no interrumpas, amiga.
M- Esperen... ¿Qué? Ponganme en contexto antes.
B- Pensé que Lu te había contado.
L- Si ni nos hemos visto, contale Bri.
Brisa asintió en respuesta y comenzó a hablar entusiasmada mientras sus amigas la miraban. Lourdes no podía evitar hacer gestos y en tanto Martina estaba casi tan entusiasmada como Brisa.
B- Te juro que me miró toda la clase, y además me aceptó la solicitud. Y el sábado la pasamos tan bien, necesito hablarle, pero necesito una excusa pora hacerlo. ¿No? -Preguntó Brisa mientras esperaba que Martina compartiera alguna de sus ocurrencias.
M- Obvio, pero es simple. Es tu profesora, pregúntale algo sobre la materia. -Habló Martina como si fuera lo más obvio del mundo y continuó.
M- Además podés pedirle que te explique algo personalmente o no sé.
L- ¿Y vos de dónde tenés tanta experiencia? -Interrumpió Lourdes mientras miraba a su novia con una ceja elevada. Martina le sonrió y le robó un beso. Lourdes se suavizó y Brisa las interrumpió.
B- Ves Lu, tenés que aprender más de tu chica. Mañana mismo veo que decirle a Angie. Gracias, Mar.
L- Dios, Brisa no es una buena idea, te lo sigo diciendo aunque no te importe mucho.
M- Ay amor, tampoco es para tanto. Déjala ver hasta donde puede llegar.
L- Ese es el problema, va a llegar muy lejos.