El Internado Blair¹ | Aidan Gallagher | [SIN CORREGIR] (✓)

2-𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝

~Aidan~

— Llegan cinco minutos tarde. Amelia y Lucía siéntense juntas, y tú, la chica nueva ve a sentarte junto al joven Gallagher — Hablo la maestra.

¡Genial! ¿Qué tanta mala suerte tengo que tener para que un estorbo como ella se siente a la par mía?

Llegue a este lugar infernal teniendo doce años, y al principio todo era normal, se veía como un internado en donde solo daban clases durante un período de tiempo y luego los padres los recogían... Pero no fue así, solo fue una caratula bonita para un infierno detrás.

Mis padres tenían un vuelo importante hacia Inglaterra, pero no tenían con quien dejarme, así que buscaron y buscaron y por fin en o tiraron un lugar.

Por lo que ellos vieron tenía buenas reseñas y críticas no menos de cinco estrellas. Me dejaron acá y dijeron que dentro de una semana me recogerían... Pero esa semana se hizo, días, meses y terminaron siendo años.

Mi experiencia aquí es horrible, apesar de tener toda la atención de las chicas, me siento vacío.

Supe que este lugar iba a ser extraño desde el primer día. A las doce de la noche de mi primer día tocaron mi puerta, he de decir que no tenía compañero de habitación, cuando abrí la puerta encontré una caja con una nota por encima, esta decia:

"Welcome to the hell boy.
~anonimo~"

Tome la caja inseguro y volví a mi habitación, esta se sentía mojada por abajo y no sabía porque, era un líquido asqueroso y también soltaba una peste repugnante. Miedoso la abrí y cuando por fin logre visualizar cual era su contenido mi sangre se heló y mi estómago se estremeció. Era la cabeza de un gato negro cortaba cuidadosamente del cuello, esta soltaba una cantidad enorme de sangre.

Por obvias razones de que todavía era un niño pequeño me asuste y tire la caja por la ventana, claramente no quería estar en ese lugar pero no había de otra. Esa noche no pude dormir.

Cada año recibo una carta de mis supuesto padres, pero siempre es la misma mentira de que ya casi vuelven, yo se que no lo escriben ellos y también se que están muertos, más no lo quiero aceptar y sueño con la fantasía de que algún día volverán.

Luego de unos minutos me encontraba resolviendo los ejercisios de la clase, a veces veo a la niña de a la par, he intento no darle importancia, pero se le dificulta el ejercisio más fácil y eso me irrita.

—¿Eres tan inútil qué no puedes ni resolver un ejercisio? — Dije mirándola y susurrando cada palabra.

—¿Qué te importa? — susurro molesta

Iba a contestar pero la voz de la maestra me interrumpe.

—¡Los jóvenes de atrás, guarden silencio sino quieren llevar un reporte! — Dijo sin más y volvió a hacer sus cosas.

Regrese los ojos a mi libro. Siempre fui un estudiante ejemplar, juego baloncesto y souy muy bueno en todas las materias, bueno, no en todas, soy un desastre en arte.

Me encontraba realizando el decimosegundo ejercisio cuando veo que ___ levanta la mano ¿Será que termino?