Corre Forest, correUltimos 5 capitulos
No le dije a absolutamente nadie sobre el mensaje, respondí aquel mensaje intentando averiguar quién era, cómo esto terminaría y si era una amigo o enemigo. Marque varias veces al número pero nadie respondió.
Con mi ansiedad y estaba segura que la de todos, junto al nerviosismo de todos en aquel apartamento no dormíamos, deambulamos en turnos por el lugar, como residentes de medicina haciendo turnos.
Yo me había mudado a la habitación de Thomas, dormir sin él era una pesadilla asegurada y saber que estaba entre sus brazos me reconfortaba, él parecía más cansado, más sabio y lucía un poco mayor, quedaban tres días para el plazo dado por Christian y no teníamos un plan en concreto. Esa noche Thomas no estaba junto a mí cuando desperté, estaba sentado en la cama, mirándome, creí que era un sueño.
-¿Qué pasa? .- Dije despertando casi del todo. Me dedicó una amarga sonrisa, como buscando paz en mi ojos, algo que no ayudaba mucho, pues yo también existía preocupada, desesperada y pensativa por una solución aquel mensaje que me había llegado se había vuelto casi una religión para mi y aunque había intentado localizar aquel número, nada me había funcionado. Se recostó a mi lado, buscando mi calor, mi presencia, algo que yo no era capaz de negarle y yo también quería. Respiro en mi cabello, tan profundamente que me causó un cosquilleo ahí abajo, ustedes saben donde.
-Te quiero Adams.- Eso hizo mi corazón florecer de alegría, sonreí en su pecho desnudo.
-Yo también te quiero Mikaelson.
No recuerdo en qué momento me quede dormida otra vez, pero al día siguiente escuche demasiado movimiento fuera de la habitación, pasos apresurados moviéndose por los pasillos, abriendo puertas y cerrándose. El grito fue lo que me despertó.
-¡Michael, ¿¡Dónde mierda estás!? .- Era la voz de Thomas molesta, eso estaba claro, era como el rugido de un león o del diablo en este caso reclamando algo que no estaba en sus aposentos en el inframundo, así que salí de la cama corriendo. Cuando abrí la puerta Thomas me miró aun colérico, casi desesperado y sus ojos se suavizaron levemente.
-¿Qué pasa? .- Dije asustada, temiendo lo peor.
-Michael no está.
Daemon y Aemon hacían llamadas, buscando donde podría estar. Ese grandísimo hijo de puta (sin ofender a Caroline Mikaleson) bc era mi suegra jeje, había salido del apartamento, no le había dicho a nadie y todos pensabamos mas no decíamos lo peor: ¿Se habría entregado? Hay un traidor entre ustedes. Volvieron aquellas palabras a mi cabeza. Me pregunté si había hecho mal en no contarle a los chicos, pero protegerlos también era mi papel. No, Michael no era un traidor, él estaba aquí por nosotros, estaba aquí por mí, había pedido nuestra ayuda, él no era malo, solo estaba jodido sería la palabra adecuada, por dentro.
Thomas caminaba de un lado a otro, casi desesperado, al final de todo él era su hermano, habían crecido juntos. Thomas había tenido que madurar y crecer demasiado rápido, incluso de privarse de ciertas cosas como los niños y adolescentes normales por cuidar de su madre, de Michael y como lo había hecho por mi.
-Thomas.- Dije acercándome a él.
-¿Qué? .- Fruncí el ceño extrañada, se dio cuenta de lo duro de su respuesta y se acercó a mi.-Lo siento. Solo que estoy preocupado.- Había tanta vulnerabilidad en sus ojos que me asusto levemente, porque si Thomas era algo, dominante, seguro, las madres lo adoraban, la mia lo hacia y su vulnerabilidad me asusto en aquel momento
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Los Hijos de Anfield: El Legado (#2) [Completa ✔️]
JugendliteraturHan pasado seis meses desde los acontecimientos que cambiaron el rumbo de la vida de Morgan Adams. Su depresión y sus malos hábitos la han llevado a un camino oscuro y donde ella pensaba no poder sanar se encuentra con una sorpresa. Pero todo cambia...