Byun BaekHyun sabe que le va bien en la vida, desde tener a sus dos mejores amigos, ser la estrella vocal de la facultad de música con altas calificaciones siendo el favorito de la profesora Lee, añadiéndole por otra parte también su popularidad en todo el campus, junto a aquella energía desbordante que suele mostrar en cada cosa que le ofrecen a hacer, teniendo esa chispa especial de la cual todos podrían dar crédito, porque nadie en su sano juicio podría quejarse de pasarla mal con él por más pesado que fuera el trabajo encargado, ni sus mejores amigos siendo con caracteres algo peculiares: un castaño algo gruñón y otro rubio con sonrisa juguetona algo que no era visto muy seguido.
Sin embargo, no era tan igual en el amor, BaekHyun era el muchacho que entregaría todo pero no recibiría lo mismo a cambio, y bastaba decir que la lista de idiotas con los que se había cruzado era realmente larga a comparación de JongDae, uno de sus mejores amigos, llamándolo un bastardo con demasiada suerte, porque le echaba en cara cada que podía lo bonita que era su relación con Kim MinSeok, un estudiante de ultimo año de la facultad de arquitectura que conocieron en un festival de intercambio cultural o algo así hace menos de un año.
— Entonces, ¿debería regalarle algo de esa lencería que vimos hoy?— el pelirrubio no había dejado de hablar todo el camino sobre los diminutos pormenores que le había mencionado la dependienta de aquel sex shop aquella mañana antes de ir a clases, tomándose la molestia de explicarles del como se vería en su novio, algo que no le hacia gracia para nada.
— Solo cierra la boca maldito bastardo. —había dicho el pelinegro, al notar muchos pares de ojos mirándolos en su dirección, ya que el nombrado no tenía algún tipo de vergüenza ni filtro en la boca incluso cuando de lugares públicos se trataba. — no queremos saber mas sobre los jodidos detalles de tu regalo de aniversario.
— Siempre tan celoso mi pequeño BaekHyunnie. —respondió en cambio el contrario mientras presionaba sus mejillas fastidiándolo un poco. —a lo mejor y deberías pedir un novio una vez lleguen las fiestas de fin de año querido.
— No necesito un novio JongDae. — decía mientras quitaba su mano, frunciendo el ceño, no le gustaba que tocara ese tema, porque sentía que le restregaba su felicidad en las narices y de algún modo se sentía herido al final.
— Los idiotas te han llegado siempre Baek. —suspiró su amigo, mientras le daba palmaditas en la cabeza como a un niño pequeño, ganándose otra mala mirada haciéndolo reír. — lo lamento ¿te invito a un café?
— No me gustan las citas a ciegas Kim.
— Estoy de acuerdo contigo cariño— intervino un tercera voz, alzando la mirada para ver al novio de su mejor amigo, un peliplata de mejillas rellenas y una linda sonrisa, llamándolo hyung mientras sonreía. — hola pequeño Baekkie.
— Creo que soy lo suficientemente alto como para ser llamado pequeño, MinSeok hyung. — susurró haciendo un pequeño puchero, notándolo adorable a ojos de la pareja.
— Aún eres nuestro pequeño, no puedes quejarte, Kyung y tú son adorables.
— Tú eres adorable en comparación al idiota de tu novio hyung. —y allí estaba su otro mejor amigo junto a unos vasos de café, entregándoselos a cada uno. —entonces, ¿BaekHyun quiere un novio para fin de año?
— Creo que no es al único al que le falta uno. —soltó el rubio, ganándose una mirada curiosa de su novio y una ceja alzada por parte del mas bajito. —no puedes negarlo del todo o si Do KyungSoo.
— No es algo que te interese Kim JongDae.
Los presentes allí sabían de que nadie podría contradecir al de ojos saltones, por mas razones que tuvieran, no es que hablara mucho de su vida amorosa y no es que fuera relevante como el lo había dicho, pero los tres suponían que el castaño tenía una especie de crush o amor no correspondido con el centrocampista alto y rubio de la facultad del mayor, Oh SeHun.
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Solo un deseo
FanfictionSinopsis: Byun BaekHyun sabía que pedir "solo" un deseo delante de ese templo con estatuas algo extrañas no era para nada una buena idea y más, si esta incluía el que su amigo lo obligará a decirlo en voz alta. Porque, ¿qué hacia él, en un cuerpo...