Capítulo 43

478 58 1
                                    

Arrugué el papel con rabia y deseché el esquema en el que había estado pensando por la última hora y media. Suspiré frustrada y me eché de cara al sofá. 

Habían pasado ya varios días desde que había ido a averiguar sobre los núcleos y aún no había resuelto el misterio del paradero del hechicero. 

Dejé caer mi cabeza hacia la izquierda y observé la sala. Pequeña pero acogedora, a pesar de que aquella jamás se sentiría como mi casa.

Un hogar. Nunca pensé que podría llegar a tener uno en realidad. Hasta que conocí a Stephen.

Dejé que se me escapara una sonrisa, entre avergonzada y feliz. Aún recordaba el suave tacto de sus labios contra los míos. Un beso que llevaba mucho tiempo esperando y que hubo momentos en los que pensé que nunca lo llegaría a vivir. Pero sucedió. Me besó y yo lo acepté. Y nunca se me olvidará lo que sentí con aquel gesto.

Esa vez estaba segura, ya no cabía la duda en mi corazón. Estaba segura de que Stephen sentía lo mismo por mí. Y me tuvo que costar unos cuantos meses darme cuenta de que no podía vivir sin su insufrible presencia. Muy en mi interior era como si faltara el engranaje que ayudaba a que mi cuerpo funcionara.

Y sus ojos me confesaron, sin necesidad de palabras, que él también me quería así. 

Con un suspiro conjuré un sencillo hechizo para hacerme llegar una taza de café. Lo iba a necesitar. Aún no terminaba con la búsqueda y tenía bastante trabajo por delante. Mi afán de encontrar algo lo antes posible me apremiaba. 

Dejé de lado los pensamientos que dedicaba a cierto hechicero e intenté concentrarme un poco en la información que tenía en mi poder. Haciendo memoria de hasta el más mínimo detalle que se me pudiera haber pasado por alto, pero nada tenía sentido al final.

«No se lo puede haber tragado la tierra. Y en ese caso, seguro que debe de estar en el infierno» —pensé sin muchos ánimos.

Abrí los ojos de golpe ante la realización de mis palabras. Noté como mi respiración se empezaba a entrecortar y el corazón galopaba en mi pecho.

¿Podría ser?

Me levanté veloz como el trueno y en menos de un segundo estuve plantada mirando el mapa sobre la mesa. Había hecho miles de bocetos distintos, ninguno me había servido para sacar nada en claro hasta entonces.

Borré con un movimiento de mi mano la tinta sobre el papel, dejándolo en perfecto estado. Necesitaba verlo todo con la mayor claridad posible. 

Con marcador en mano me dispuse a redondear las zonas en las que había habido algún tipo de movimiento extraño con los núcleos y las uní entre todas. Todas y cada una de ellas pasaban de largo el santuario de la ciudad y convergían en un solo lugar.

Me invadió un extraño sentimiento al reconocer la zona en la que se encontraba el punto de encuentro.

No podía estar allí. ¿Qué tenía él que ver con ese lugar? ¿Por qué allí?

Había pasado por alto ese punto, tal vez porqué me entraba el pánico de pensar que pudiera estar allí. Qué estúpida fui. No darme cuenta de algo tan obvio.

A nadie le interesa o le preocupa ese lugar de mala muerte. Hace años que eso no es más que un cementerio de malos recuerdos.

Nadie lo buscaría allí. Más que yo.


𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜 𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮 || 𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐱 𝐎𝐜 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora