IV

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Aquí daré descanso a la palabrería.
Qué las palabras, al igual que las ideas. Cuando se cargan de mucha simetría, terminan, después de todo... Por hartar.

Qué si bien lo próximo es palabra
No serán el formalismo analítico de los capítulos pasados.
Iré a ver, como el impulso culto del poema puede abordar estos espacios...

||No me creo||

No quiero ser mejor que nadie en vida, Ni creer que soy superior en vanidad. El tiempo a todos nos pausa e invita, A reflexionar sobre nuestra realidad.

Mirar hacia el pasado o a otras personas, Y decir "¡Yo debo mejorar y crecer!", Es miserable pensar en las infracciones, Querer perfeccionar, el error no lo hace perecer.

Nunca he deseado volver al pasado, Y corregir mis acciones con lamento, Lamentarme de lo que soy, retrasar el paso, Si las creencias son verdaderas, un tormento.

Prefiero quedarme fuera de tal ciclo, Repetir las estupideces con risas sinceras, No quiero superar a nadie en lo vivido, Cada error es único, no hay comparación certera.

No deseo ser más que nadie en el camino, Nadie es más que nada, somos fugaz existencia. La fortuna sonríe a unos cuantos elegidos, Pero prefiero vivir sin temor ni apariencia.

Sus secretos, venenos y falsedades, Envidia, puñales llenos de rencor, Yo elijo alejarme de esas realidades, Y vivir con autenticidad y amor.

No deseo ser más que nadie en vida, Ni creerme superior en vanidad vana. Ser yo mismo es mi elección consentida, Sin cargas, libre de angustias que empañan.

Dialéctica de un Constructo AdquiridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora