Una vez que Luo BingGe conquistó los tres reinos, el mundo estuvo a sus pies; bellas hermanas y doncellas tocando a su puerta pidiendo ser sus esposas o concubinas; también llegaron jóvenes cultivadores buscando protección y su tutela. Negó todas las peticiones, a excepción de tomar mujeres como concubinas y permitirles vivir en el Palacio y sus alrededores.
Después se vengó de todo aquel que lo haya pisoteado en el pasado. No dejó ni un sólo rastro de las personas y los lugares donde alguna vez fue humillado. Ahora era el amo y señor de los tres reinos y tenía todo lo que deseaba.
O al menos eso creía... hasta que lo encontró a él.
Todo ocurrió un día que decidió descansar un tiempo en la casa donde creció junto a su madre. No era un lugar que albergara buenos recuerdos, pero la esencia de su difunta madre seguía ahí y su tumba está en ese pueblo. Incluso si guarda rencor al lugar y a las personas que lo habitan, su madre amaba ese lugar y la tranquilidad en la que se vivía ahí. Luo BingGe deseaba que su madre siguiera teniendo esa tranquilidad que tanto amaba, por lo que volver de vez en cuando y saber que su madre descansaba feliz ahí hacia del tiempo en su pueblo natal una experiencia más llevadera.
Cuando anunció que se iría unos días, Liu MingYan y Ning YingYing lo despidieron igual que siempre, deseando un buen viaje y su pronto regreso, y la maestra del Palacio le dio una cesta con aperitivos para el camino.
Esa cesta lo llevó a buscar un prostíbulo dentro del Pabellón rojo de una de las ciudades camino al pueblo donde creció. No frecuentaba esa clase de lugares, le recordaban los rumores acerca de Shen Qingqiu; lo bajo que había caído para visitar burdeles y quedarse a dormir en ellos para volver a Cang Qiong sin vergüenza alguna. Tal vez era gracias a él que no tenía ganas de visitar el Pabellón rojo, pero no tenía muchas opciones ahora. No tenía tiempo para llegar al Palacio Huan Hua y desahogarse con alguna de las mujeres en lo que el efecto del afrodisíaco se acaba. Ni siquiera sabe si el afrodisíaco que le dieron tiene algún efecto secundario o qué tan efectivo es en demonios. Nunca debió confiar en las palabras dulces de la maestra del Palacio ni en sus buenos deseos y esa maldita cesta con aperitivos llenos de afrodisíacos.
"¡Venga, entre! Tenemos toda clase de mujeres en este lugar" anunció una mujer de caderas anchas y frente grande y descubierta, animandolo a él y otros hombres a entrar al lugar "¿disfruta del bello arte de la poesía o prefiere el canto dulce de una doncella?"
El burdel estaba sorprendentemente lleno de gente desde temprano. Las lámparas colgantes y luces rojas abundaban en el lugar. La tela de los Hanfu ondeaba con los bailes y el suave caminar de las hermanas en el lugar, charlando y riendo con los clientes. Como era de esperar, la música y el baile eran buenos.
"¿Saben de afrodisíacos?" Preguntó.
Para la dueña del burdel y por el estado en el que venía Luo BingGe, no parecía estar buscando comprar un afrodisíaco en el burdel. No podía ver su rostro pero sus manos estaban pálidas y temblorosas. Llevaba una gran y pesada espada en la espalda. Ella retrocedió ligeramente con una mirada incomoda y nerviosa.
"Tenemos un médico, el debe saber al respecto" agregó en voz baja al final "es un doncel."
Luo BingGe fue guiado al segundo piso hasta la última habitación del pasillo. Lo dejaron solo y tocó la puerta antes de pasar a una pequeña habitación con cortinas rojizas y transparentes. Había una pequeña cama y una mesa pegada a la pared. Luo BingGe colocó a Xin Mo a un lado y se sentó sobre la cama, no resistiendo más estar parado en la entrada. Al principio no se encontró con nadie, hasta que por un hueco se deslizaron las cortinas y salió un hombre bastante delgado y mucho más pequeño que él. Su cabello era largo y lacio, de un negro no tan profundo. Al levantar la mirada, Luo BingGe se encontró con unos profundos ojos verdes entre su pálida piel. El hombre vestía un Hanfú blanco y Luo BingGe no supo discernir entre sí era un hombre o una mujer. Debía ser el médico.
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El Doncel Dentro Del Pabellón |SAVE| |One-Shot|
FanfictionSi se hubiera enamorado de una de sus concubinas o de su mejor amiga de la infancia, entonces no se fijaría en el doncel dentro del Pabellón Rojo. Su antiguo sueño de ser alguien poderoso y tener una familia, de tener amor, ya no parecía ser un sue...