Dos gatos me seguían a todas partes: Uno era gris y el otro amarillo, de ojos azules.
En apariencia, eran dos gatos comunes y corrientes, pero una suerte de voz interior (Como si se tratase del narrador de un cuento) me advertía que esos no eran gatos, sino monstruos, y a donde yo fuera, terminarían devorándose a las personas.
Yo jamás veía a los felinos hacer tal cosa, pero si notaba que las personas de los lugares que yo visitaba desaparecían abruptamente sin dejar rastro.
Fui a encerrarme a una habitación, y el gato gris me siguió: Por imposible que parezca, con sus pequeñas patas hizo una abertura en la parte inferior de la puerta, asomando una pata a través de las mismas, intentando cazarme como si yo fuese un ratón.
De la nada, yo me encontraba en medio de la calle, tratando de huir de aquellos gatos, mezclándome entre la multitud: Iba hasta una librería, en donde yo comenzaba a leer un libro que tenía escrita la misma historia que yo estaba viviendo entonces; se trataba de un libro juego con diferentes finales, y uno de los finales que yo leía mencionaba que todos en el mundo serían devorados por ambos felinos, y que yo sería el último humano que quedaría en un mundo devastado antes de ser comido también.
Aquello me desalentaba considerablemente, poniéndome a buscar desesperadamente entre las páginas de aquel libro algún otro final posible para esa historia.
El sueño terminaba antes de que pudiera encontrarlo.
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Diario de Sueños y Pesadillas
Non-FictionPues eso, un diario de las cosas que sueño últimamente.