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Leo.
Leo deseó que el dragón no hubiera aterrizado en los servicios.
De entre todos los lugares posibles en los que caer, su primera elección no habría sido una hilera de retretes portátiles. En el patio de la fábrica había colocadas una docena de cajas de plástico azules, y Festo las había aplastado todas. Por suerte, no se usaban desde hacía mucho tiempo, y la bola de fuego del choque quemó la mayoría del contenido; aun así, se filtraron unas sustancias químicas repugnantes de los restos.
Leo tuvo que abrirse camino cuidadosamente procurando no respirar por la nariz, Megara parecía cada vez mas alerta, y Leo no entendía el porque, pero la chica en su caminata parecía decidida a seguir callada, y guardarse lo que fuera para ella misma.
Así que el mismo se rindió, y se concentro en hallar a Festo, ahora que lo tenia tan cerca, solo quería ayudarle, y salir de allí con su amigo.
Estaba cayendo una fuerte nevada, pero la piel del dragón seguía tan caliente que humeaba. Por supuesto, a Leo eso no le molestaba. Megara arqueo una ceja al verlo trepar por el dragón, como si no importara. Ella misma se acerco, y al sentir el calor, miro mas extrañada al chico.
Después de trepar por el cuerpo inanimado de Festo durante unos minutos, Leo empezó a irritarse. El dragón parecía estar perfectamente. Sí, había caído del cielo y había aterrizado con un gran estallido, pero su cuerpo ni siquiera estaba abollado. Al parecer, la bola de fuego la habían provocado los gases acumulados dentro de los retretes, no el propio dragón. Las alas de Festo estaban intactas. Nada parecía estropeado. No había ningún motivo para que se hubiera detenido. Sus ojos se giraron al ver a Megara con su mano en una de las patas de Festo.
— No lo toques.
Megara le miro mas extrañada.
— ¿Por qué?
— Esta caliente.
— Y eso no parece importarte, Leo— el nombrado trago profundo, en los ojos de Megara pudo ver entendimiento, y parecía que su cerebro estaba encajando las piezas de una nueva locomotora.— Por eso Quíone lo dijo, el fuego provenía de ti... Hefesto es el dios de los herreros y el fuego. No muchos de sus hijos heredan la habilidad, y cuando lo hacen termina en tragedia. Tu fuiste el único desde la muerte de Beckendorf que pudo acercarse al Dragón. Y algo me dice el porque.
Leo miro en panico a la chica.
— Cómo tu... c-omo lo...
— Algunos hijos de Hades controlan el fuego, el fuego del inframundo, o fuego negro. Por ello soy inmune al calor.
— ¿Tu...?— Megara asintió. Leo en ese momento supo que Megara no era solamente una cara bonita, ni la reina de la intimidación, también era muy inteligente, y alguien que no deseabas de enemigo.
— Eres un hijo de Hefesto peculiar Leo Valdez. Pero... me agradas.— esas palabras hicieron que un peso se quitara de los hombros de Leo.
— Te agradan los inadaptados.
Megara sonrío.
— Todos los semidioses lo somos... pero me agradas, eso es mas de lo que la mayoría podría decir. Y tu secreto esta a salvo conmigo. Leo pudo sonriere un poco a la chica, y regreso a su trabajo con el dragón, aun el y sus amigos necesitaban el transporte.
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𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐂𝐎𝐃𝐒©── ᴊᴀsᴏɴ ɢʀᴇᴄᴇ
Fanfiction𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐂𝐎𝐃𝐒 Donde Megara de la Cour, una mestiza, hija de los tres grandes, legado de Zeus, protegida de Atenea, Aprendiz de Hécate, ofrenda a Hera, ...