ㅡ𝙉𝙤 𝙗𝙖𝙟𝙚𝙨【Johnil】

14

Hoy tenía planeado hacer algo productivo. No podía seguir estando metido en su cuarto como un hongo, tenía que hacer algo que lo saque de su rutina por un momento.

Y ya sabía que hacer.

Desde que compró esta casa de mediano tamaño, habían ciertas cosas que aún no había explorado de esta. Un claro ejemplo serían los cuartos que faltaban por abrir, el sótano y el ya olvidado ático. Este último había sido explorado en lo mínimo solo para dejar unas cajas ahí junto con cosas que ya no utilizarían, pero que daba pena tirar.

Y hoy había decidido que tenía que seguir explorando ese lugar olvidado, para así después abrir los demás cuartos y tal vez, solo tal vez, bajar al sótano.

Aunque esto último lo dudaba.

Como era domingo, aprovechó que Ten no saldría a algún lugar y le pidió ayuda para terminar de indagar en su no tan antigua casa. Por suerte, como el menor tampoco tenía nada que hacer, aceptó. Ahora andaban los dos en aquél lugar que tenían olvidado, pero que mantenía muchas cosas que los llevaba a un sin fin de recuerdos y momentos inigualables.

Si bien, cuando subieron al ático no esperaban encontrarse con tanto polvo acumulado en todo el lugar. Apenas pusieron un pie dentro, ya se estaban asfixiando, así que rápidamente Ten se dirigió a las pequeñas ventanas que habían ahí y las abrió para poder respirar mejor. Luego de unos minutos de regular su respiración, comenzaron a buscar entre las cajas y acomodar unas cosas más.

Habían cajas grandes, medianas y pequeñas, todas ellas contenían una gran variedad de cosas que parecían no haber sido tocadas por un largo, largo, tiempo. Cada uno se repartió una cierta cantidad de ellas para revisarlas y sacar las cosas que habían ahí, también para ver cuales servían y cuáles ya no daban más. Johnny había tomado unas cuantas cajas medianas y grandes, con ayuda de un cúter logró cortar la cinta que protegía a una de ellas, la abrió con cuidado y temor de que algún insecto desagradable saliera de ahí, pero al ver que nada salía disparado, lo abrió completamente. Se asombró al notar que aquella caja contenía en su interior una gran variedad de fotos, libros y unas cuantas cosas que no reconocía bien. Esta caja pertenecía a Ten, estaba seguro de eso.

Sacó la primera foto y con un trapo húmedo que subió su hermano, comenzó a limpiarla con cuidado de no romperla o dañarla, hizo lo mismo con las demás fotografías hasta que llegó a una que llamó su atención por completo.

一 ¿Oh? — tomó la foto y la analizó de cerca. — ¿quién es...?

La fotografía estaba maltratada de cierta manera en la que no se podía apreciar bien quien era la persona ahí. Las anteriores fotografías eran de Ten solo o con sus padres, pero ¿de quién es esta?

La analizó más, le pasó el trapo húmedo sutilmente y así logró apreciar mejor a la persona de ahí. Era una mujer, una mujer que él antes recordaba haber visto.

一 Ten.
El mencionado que se encontraba revisando otras cajas, dirigió su vista hacia el mayor.

一 ¿Pasa algo?

Mencionó dejando las cosas que tenía en la mano a un lado.

一 ¿Cómo era ella?

El pelinegro, confundido, frunció el ceño y miró detenidamente al mayor.

一 ¿Ella? ¿A quién te refieres?

Respondió esta vez ladeando la cabeza ¿a quién se refería su hermano?

Johnny lo observó con una mirada severa, pero tranquila.

一 Mamá ¿cómo era ella?

Respondió con calma en cada palabra. Ten abrió los ojos del asombro. El menor no esperaba una pregunta como esa, nunca pensó que este momento llegaría y ahora no sabía que decir.

El mayor miraba atentamente la reacción contraria ¿había dicho algo fuera de lugar? Realmente esperaba que no, él solo quería saber cómo era la mujer que le dió la vida.

Y que lo abandonó.

Aunque, eso era algo que su abuela y tía siempre le decían.

De los dos, Ten fue el que vivió casi toda su niñez con ella, luego de eso pasó a vivir con sus padres adoptivos y ya no supo más a detalle que pasó con su mamá. Era la primera vez que tocaba el tema y realmente le gustaría saber más de aquella misteriosa mujer.

Ten pensaba bien que responder y cuando supo que decir, observó de igual manera a su hermano.

一 Ella era una buena madre. — respondió después de un rato— siempre estaba ahí para mi, jugábamos juntos y era muy cariñosa.

Tomó aire luego de decir aquello.

Johnny cambió su mirada a una de ilusión. Entonces lo que pensaba era verdad, ella si fue una buena madre.

De seguro ella tendría sus razones para dejarlo atrás e irse sin más.

一 Escuché que ella solía cantar muy bien ¿ella te cantaba?

Mencionó con esperanza de que aquello que escuchó una vez cuando era niño, sea verdad.

Ten enderezó su espalda y con una leve sonrisa respondió.

一 Sí, ella solía cantarme para dormir, ella tenía una muy hermosa voz.

Y con esa respuesta, Johnny estaba más que satisfecho. La conversación murió ahí.

Siguieron abriendo las cajas, encontraron más cosas, platicaron de cualquier cosa en particular y una vez terminaron con eso, limpiaron todo el ático. Ahora se veía más presentable.

Satisfecho con su trabajo, terminaron botando a la basura lo que ya no servía y lo que sí, lo ordenaron en sus respectivas habitaciones. Justo cuando Johnny estaba por ir a jugar en su habitación, Ten le dijo que llevara unas cosas al sótano.

Lugar al que no quería y debía bajar.

Trató de negarse, pero no le podía decir que no a su hermano menor.

Con pesar, abrió la puerta que dirigía a las escaleras que hacían llegar a otra puerta, la puerta del lugar que más temía. Tragó duro y aguantó la respiración, bajó el primer escalón, luego el segundo, tercero y así hasta llegar al final de aquella escalera. Miró la vieja puerta del sótano y comenzó a sentir miedo. Hizo lo que le habían mandado a hacer y una vez lo terminó, subió con rapidez las escaleras, ya casi llegando a la primera puerta, pudo escuchar un susurro.

一 Abre la puerta.

Corrió despavorido a su habitación.

Parecerá un capítulo de relleno, pero realmente no lo es.

Pregunta ¿creen que Taeil ya apareció o aún no?