20. Un futuro unido

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- ¡Te odio! -se escuchó el grito lleno de furia por toda la sala, Atsushi se llevó los dedos al puente de la nariz.

-Maiko cálmate -le pidió tratando de tranquilizar a su hija.

- ¡PUES YO TE ODIO MAS! -se escuchó otro grito.

Dazai trataba en vano de controlar a su hijo que hacía todo por zafarse de sus brazos.

Ambos padres batallaban por mantener quietos a sus respectivos hijos.

- ¡YA ME TIENES HARTO! -le grito Ronin a Maiko.

- ¡TÚ ERES UN MALDITO INÚTIL!

- ¡Maiko! -le regaño el albino.

Los niños de ahora diez y ocho años se veían desafiantes, sus padres los tenían a ambos abrazados de la espalda tratando de que se estuvieran quietos, pero batallaban con ellos.

- ¡Indigno de la oscuridad! -grito Ronin activando su habilidad Dazai tuvo que activar la suya rápidamente haciendo que la desactivara.

- ¡¿A SI?! RASHŌ... -Atsushi le tapo su boca y la cargo.

- ¡Eso es todo jovencita estas castigada! -le dijo haciendo que la menor lo mirara con sus ojitos acuosos, el albino aplico todo su autocontrol para no pedirle un disculpa.

-Pero... papá...

-Ja, ja, ja, lero, lero -se burló Ronin y Dazai lo volteó viéndolo seriamente.

-Tú también estas castigado, y ya no te encubriré más hablaré con tu madre de como activas tu habilidad por peleas con Maiko.

-P-papá... n-no l-le... d-digas a mamá...

Dazai y Atsushi cruzaron miradas.... Ambos niños se estaban pareciendo terriblemente a sus madres, se habían peleado por una tontería haciendo todo ese escándalo en la agencia... ni si quiera sabían cómo había pasado, hasta los ocho años de Maiko se habían llevado de maravilla, pero ahora decían odiarse y se trataban con la punta del pie.

Los demás no sabían si estar divertidos o cómo reaccionar a la pelea de los niños.

Tanto Dazai como Atsushi tuvieron que acabar rápidamente con su trabajo y se retiraron a llevar a los dos pequeños a sus respectivas casas, Atsushi llego en silencio a la suya, Maiko entro corriendo a encerrarse a su cuarto donde azoto la puerta, el albino llevo sus manos a su rostro, se quitó con cuidado sus zapatos y recogió los de Maiko que estaban aventados.

-Estamos en casa -dio en tono derrotado.

Akutagawa salió de otra de las habitaciones.

-Bienvenidos... -susurro extrañado por lo que había escuchado, se acercó al menor que vio el bultito que llevaba Akutagawa en brazos.

- ¿Cómo esta? -cuestiono el albino forzando una leve sonrisa.

-Con cólicos... no había podido dormir hasta hace unos minutos.

Atsushi se acercó y tomo al bebé en sus brazos, este de inmediato se relajó, su nuevo bebé, Takashi tenía apenas un año de nacido, ya habían pasado ocho años desde aquel accidente, Maiko había pasado por breves periodos de tiempo en que se negaba a hablar, pero no duraban más que semanas, después de un tiempo con ayuda que le proporcionaron había terminado de superar el trauma, ya hacia algo más de un año atrás que Maiko había sido cuidada por Dazai y Chuuya mientras ellos iban a una misión, esta fue sencilla y regresaron antes de lo que planeaban... un mes después supieron que estaban esperando otro bebé.

Atsushi arrullo a su hijo un rato tratando de pensar que es lo que estaban haciendo mal, Akutagawa había notado que algo había pasado, pero Maiko había puesto seguro a su puerta y no había querido abrirla a la fuerza o usando su habilidad hasta saber que había pasado, cuando el albino dejo a su bebé en la cuna que tenía el pequeño salió de la habitación de Takashi, Akutagawa lo esperaba en la cocina mientras acababa de preparar la cena.

Corazones comprometidos AtsuAku M-pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora