Corre...Y no mires atras (En revisión)

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Los pasos resonaban rápidos y destellantes, como si alguien estuviera corriendo con desesperación. El sonido provenía de unos viejos zapatos desgastados y se amplificaba debido al eco del lugar. "¡Corre!", se escuchaba a lo lejos.
"¡Corre, Liu, huye! ¡Corre!", me repetían mientras me alejaba corriendo, más rápido de lo que nunca había corrido en mi vida. Me relamí los labios y sentí dolor. Estaba sangrando. La sangre tenía ese sabor característico, ferroso y espeso. Aunque era solo un pequeño corte en mi labio, me enfurecía. Tal vez no podría controlarlo, no si seguía sangrando. El corte en mi brazo ardía. Ardía como fuego.

¡Fuego! Algo estaba ardiendo detrás de mí. Sentía el calor de las llamas en mi espalda y la intensa luz cegaba mis ojos.

"¡Corre y no vuelvas, Liu! ¡Si lo haces, te matará! ¡Lo hará! ¡Huye, por favor!",
me instaban.
Estaba sudando. Mi frente estaba empapada y el fuego a mis espaldas no ayudaba. Me sentía acorralado y solo quería escapar.

"¡Tú, niñato, a dónde crees que vas! ¡Esto no ha terminado! ¡Un mandatario como yo se impone! ¡Tu familia aún está aquí! ¡Ja, ja, ja! Ellos van a morir si no vienes, maldito insensato!".

El miedo y la angustia se apoderaron de mí mientras continuaba corriendo, sin mirar atrás, sin saber a dónde iba o qué me esperaba.

Aquella voz grave y desagradable resonaba en mis oídos, llenándome de angustia. Era un tono desagradable de escuchar, sin ningún tipo de belleza en su timbre. Sentí una repentina oleada de fatiga en mis piernas, consumiéndome el cansancio. Pero tenía que seguir adelante. Saqué fuerzas de donde no las había y continué corriendo. En mi mano llevaba un papel arrugado y desgastado, pero era de suma importancia, más que mi propia familia, más que mi propia seguridad. Era un documento de permiso de inmigración. , la llave que abriría las puertas hacia un futuro diferente, lleno de oportunidades y esperanza. Lo miré entre mis dedos y, a pesar de su aspecto maltrecho, una sonrisa se dibujó en mi rostro.

A medida que corría, la urgencia de alcanzar mi destino se mezclaba con la determinación de dejar atrás las sombras del pasado

De repente, se produjo un estruendo. El edificio que una vez fue mi hogar se derrumbó ante mis ojos. Tanto mi familia como el mandatario estaban allí abajo, probablemente muertos. A pesar de todo eso, ninguna lágrima brotó de mi rostro. Ya no podía escuchar los gritos de mi madre pidiéndome que huyera. De alguna manera, eso era un alivio. Aquellos que se encontraban allí no eran una familia para mí, los detestaba. 

Mi padre desapareció con el nacimiento de Toki, y todos en el pueblo decían que se había marchado. Sin embargo, un día mientras revolvía los cajones de nuestro pequeño apartamento, encontré una orden de arresto a nombre de mi padre.

 Mi madre era alcohólica y supe que nunca me quiso. Lo supe desde el día en que mi padre se fue, a partir de entonces me convertí en su chivo expiatorio. He sufrido todo tipo de maltratos por su parte, mientras el resto de ellos me eran indiferentes, apenas los veía, ya que pasaba el día trabajando para poder mantener a todos.

La destrucción del edificio, en lugar de despertar tristeza, parecía haber liberado cadenas invisibles. 


-Shun..al fin podras estar a salvo... lleva acabo nuestro sueño si? se que esto me costara mi vida... pero Ehster lo pagara...lo hara!! (pense mirando de nuevo el papel mientras seguía corriendo)

De repente, una sorpresa desgarradora interrumpió mis pensamientos. "¡Rocas!... ¡No! ¡Joder, se están moviendo! ¡Ese cabrón aún está vivo!", exclamé con incredulidad mientras observaba cómo las rocas, en las que había depositado la esperanza de la justicia, revelaban la supervivencia del individuo al que perseguía.-Rocas!... NO! JODER SE ESTAN MOVIENDO ESE CABRÓN AUN ESTA VIVO!!! PENSE QUE ESAS ROCAS LO HABRÍAN MATADO! QUE CLASE DE MONSTRUO ES ES ESE!! 

Nos volveremos a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora