Chapter Fifty. Paises Bajos Grand Prix

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𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐁𝐋𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐄

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𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐁𝐋𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐄.

Capítulo cincuenta

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Capítulo cincuenta. Gran Premio de Países Bajos.

— ¿Le has dicho a Raffa que seremos tíos?

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— ¿Le has dicho a Raffa que seremos tíos?

— No tuve oportunidad, como no correrá se fue con Lorenzo y Arthur a Italia.— Valen miró hacia todos lados y le hizo una seña a su hermano para que se acerque a él.— Me dijeron que antes de que se fuera del hospital hubo una discusión, entre ella y Lewis, pero no me quisieron decir por qué.

Lando frunció el ceño.— Que ellos dos se Peleen, ¿Eso es posible?

— Cualquier pareja, por más perfecta que parezca tiene peleas.— explicó tratando de tomar la laptop que tenía Lando pero este no la soltó.— ¡Suelta!

— ¡Valentina no, es mía!

El británico se cubrió la boca cuando su hermana logró quitarle la computadora.— ¡LANDO! Aún no sabes si será niño y ya compraste 15 juguetes, 8 majaderías... ¿Para que querrá tres carritos?

— Imagínate que seas trillizos, uno nunca sabe.

— Cancela todo, ¿Oíste? — exclamo devolviendole la Laptop, induciendo en la distraccion a Lando nuevamente.— Y llama a Rafa, a mi no me responde los mensajes.

— Y no, porque si te contesta tendría que contarte que se peleo con Lewis porque...— Lando cayó en cuenta de que había metido la pata, Valentina lo miro. — Creo que me equivoque, no es momento voy a correr.

— Ni se te ocurra correr.— lo señaló.— No me dejes con la duda, ¡Dime!

— ¡ES MEJOR QUEDAR CON LA DUDA!

— AY LANDO.— Valentina se puso de pie y decidió ir a la fuente del problema. A Mercedes no le importaba realmente que ella se pasara por el trailer, simplemente había quedado como una amiga en el lugar.— Dime.

— No te voy a decir nada.

— Lewis, vamos. Lando es mejor amigo de Raffa y ella le contó.

— Lando sabe por error, y ni siquiera debe la historia completa.— Lewis miró a Valen.— Eres mi mejor amiga, si. Pero esto es un tema muy serio, que ambos optamos por tenerlo en secreto.

— ¿Tan malo fue como para que pelearan?

— Las consecuencias fueron malas, eso sí.— dijo cansado.— Se pudo haber muerto.

— Entonces eso generó el choque.

— Vale, te lo ruego.— el moreno la miró.— Enfocarte en tu embarazo es lo mejor que puedes hacer, Rafaela es adulta, y ahora se siente mal porque estoy enojado, pero solucionaremos esto.

— Val, ¿Cuantas veces viste que me afectará o me enoje por algo que tenga que ver con una mujer con las que salí?

— Ninguna.— musito encogiendose de hombros.

— Ahora cambio, todo lo que le pasa a Rafaela me afecta de una forma horrible. Si ella está feliz yo estoy feliz, si ella está mal yo también... y ahora estoy enojado, porque realmente la amo y quisiera estar con ella ahora y cuidarla, pero tiene que entender que siempre, pase lo que pase, la pondré a ella delante de todo.

— Pero...— Valen apretó los labios.

— Te digo esto para entiendas que quiero que dejes de preguntarme.— suplico.— Porque para nada quiero tratarte mal, gritarte o cualquier cosa. Deja que Rafaela, como la adulta que es, arregle sus problemas sola.

— Entiendo, ya no preguntaré.

— Estoy muy feliz por ti.— sonrió.— Enserió seras una gran madre.

— Gracias, y tu vas a ser un gran tío.

Lewis la abrazo.— Te quiero mucho, Val.

— Y yo a ti, solo quiero que sepas que estoy preocupada. No puedo evitarlo, en realidad los amo a los dos y quiero funcione.

— Va a funcionar, peleamos? Si. Pero espero que ves mi punto y lo entienda.

– Suerte con eso, Rafaela es el ser más terco del planeta tierra.— exclamó.— Mírala, no estaría acá so no fuera terca.

— Si ni me digas.














[...]


























— ¡Tienes que entender que no importa! Rafaela por Dios, nada hará que me arriesgue a ponerte en peligro para conseguir algo.

— Fue algo que hablamos, tú estuviste de acuerdo.

— ¡Ya se! Pero no me imagine que esto iba a pasar, casi te mueres, entiéndelo. Porque la verdad que no me importa, nada de esto sirve si no te tengo a ti.

Aquella pelea se repitió en su cabeza quince tantas veces hasta que finalmente pudo entender su error, luego de eso tendría que haber pedido disculpas. Pero hizo todo mal.

— Y luego... ¿Solo lo corriste?

— Si, le dije que se fuera.— exclamó dando un gran suspiro.— Soy una idiota.

— Aún no entiendo un carajo, digo me diste el contexto pero no la razón.— respondió Arthur mirándola.— Pero si eres una idiota.

— ¿Y ahora que hago?

— Pues, no tengo para decirte. Enterraste la bicicleta de Charles a los seis porque pensaste que había escondido tu monoplaza de juguete, y ese había sido yo. Pero jamás le pediste disculpas.

— Eso habla de lo orgullosa y terca que eres.— dijo Lorenzo.— Pero si quieres que esto funcione debes cambiar un poco.

— ¿Tu realmente lo quieres o es como George?

— A George lo amaba.— Rafa miró a Arthur indignada.— Pero el me mando al diablo diciendo que idioteces... Y Lewis me defendió, Dios como extraño a Lewis.

— Pues pídele disculpas, Raff.— Lorenzo se sentó junto a ella.— A veces es preferible perder el orgullo que al amor de tu vida.

— Ya has perdido mucho como para perderlo a el.

𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐁𝐋𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐄, Formula 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora