El amor de un dálmata ☑️

[7] Cita fracasada

Everest se dirigió a la caseta de Chase, dispuesta a tocar la puerta, su corazón latía demasiado rápido de la emoción; no lo podía evitar, este era un día único y especial en el cual podría convertirse.

Con los nervios de punta tocó con su pata levemente la puerta; sin embargo, no hubo respuesta, así que con un poco más se seguridad realizó la misma acción. Pero aún así Chase no contestó.

La husky se preocupó demasiado, por lo que rápidamente dio pasos atrás y empujó la puerta, derrumbándola, probablemente se metería en problemas; sin embargo, en lo único que ella pensaba era en una: Chase.

Tal como fue una de sus sugerencias creadas por su cabeza, el pastor alemán no se encontraba descansando. Lo único que encontró fue un libro azul con la placa de Chase, a su lado también había un lápiz.

La curiosidad de Everest era excesiva, no encontraba la manera de controlarse; por lo tanto, abrió el libro. Lo primero que vio fue una foto antigua de Ryder y los cachorros, abajo estaban unas letras, de las cuales Everest pudo decifrar.

"Diario Secreto"

―Es su diario, no puedo leerlo.―dijo Everest intentando contenerse―. Pero quizás solo pueda leer un poco...¡No Everest!, eso no se hace.

Intentó abrir el libro levemente, sintiéndose culpable, pero aún así lo haría, hasta que...

―¡Everest!―exclamó el dálmata, obteniendo una mirada sorprendida de la husky―. ¿Qué haces?ladeando la cabeza, mientras levantaba una ceja de confusión.

Hubo un pequeño silencio.

―Chase está con Skye, por si lo buscas.

―Ah...jeje, gracias.―dijo nerviosa con un leve sonrojo de la vergüenza que le ocasionaba esa escena.

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En otro lado, el aire fresco estaba lleno de romance, a cada paso que daban aquellos canes no dejaban de mirarse con ojos de amor y sonrisas. Simplemente no se daban cuenta de que ellos mismos estaban siendo cursis.

Un pastor alemán y una cockapoo paseaban en las calles de Bahía Aventura; no tenían un rumbo fijo, con el hecho de estar con el opuesto eran momentos únicos y románticos.

Un buen ejemplo, era el hecho de que sin darse cuenta sincronizaban sus pasos, solo para verse más de cerca.

Destellos rosas aparecían en sus rostros del opuesto al verse, acompañados de una luz amarilla y estrellas, todo como de ensueño.

―La mañana es muy bella, ¿cierto?―preguntó Skye sin apartar su mirada del pastor alemán.

―Ya lo creo.―mirando por un par de segundos el cielo―. ¿Te gustaría ir por un hueso de hígado? Es una de las especialidades del sr. Porter.

―Me encantaría, vamos―dando media vuelta, a lo cual se percata del largo camino que deberán tomar hasta la tienda del sr. Porter―. Aunque nos queda un largo camino.

Chase soltó carcajadas para acompañar el ambiente.

Una husky apresurada estaba muy impaciente por ver a Chase, de una vez por todas debía invitarlo a su picnic planeado; sin embargo, en ninguna de las calles estaba, preguntó casa por casa sobre el pastor alemán, pero nadie lo había visto. Excepto por el Capitán Turbot, quien aún no le habían cuestionado sobre Chase.

Se dirigió a su barco a toda prisa, estando en el muelle observó al Capitán Turbot en su submarino.

―Hola capitán Turbot, ¿de casualidad no vio a Chase cerca de aquí?―cuestionó la husky con prisa en sus palabras.