Mes 7.2

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—Estoy harto, quiero golpear algo, ya no soporto, tanto espacio y me siento asfixiado —
—Tranquilizate Rapha, creeme que te comprendemos— Leo, deseaba ser la voz de la razón, el pilar de la cordura de sus hermanos.
Tenía a un Donnie agotado, desesperado es la palabra más adecuada, por encontrar una salida, aún Mickey con el espíritu roto y a una bomba de tiempo roja, a punto de explotar.
—Quiero ver a Luccia— la voz de Rapha se escucha como un susurru melancólico.
Leo solo es capaz de mirarlo con pena.

Donnie para por un momento de tocar sus aparatos buscando una salida, Mickey levanta la mirada del suelo y mira a su gran hermano, el único que expresó el deseo de cada uno de ellos. Para Mickey no importaba si Clarissa no era la mujer amorosa hacia él, como lo eran cada una de las chicas, con sus hermanos, pero en verdad el tenía el deseo de verla, de escuchar su voz, de buscar su mirada esquiva de la de él, por un momento sonrió recordándola.

Miguelangel se levanta y mira a sus hermanos.

—Es hora de irnos - les dice con total convicción.

—¿A donde? - pregunta Leonardo, qué de verdad pensaba que su hermano se había vuelto loco.

—A la nada - le dice el de naranja, con total seriedad. —Hemos estado aquí, por quien sabe cuánto tiempo, con miedo a movernos, y aquí no hay lugar a donde moverse, por eso es mejor empezar a caminar dentro de esta nada -

Donatello lo mira, analizando las palabras de su hermano menor, las que no le parecieron tan locas.

—Hagamoslo- dice el genio y se pone en marcha.

—Espera Donnie- Leo casi lo detiene agarrandolo desde una de sus correas. —¿ Crees que nos ayude, perdernos? -

—Pues estamos perdidos ya, y si durante este tiempo aquí no hemos conseguído nada, entonces la idea de Mickey, es lo más lógico a seguir, debemos caminar y atrapar una señal, para abrir el portal a nuestra dimensión. -

De pronto una sombra gigante pasa al lado de ellos mientras hablaban. —Andando, es la mejor idea que he escuchado desde que estamos aquí-les dice Rafael, que sin miedo emprende la caminata.

***
El lugar parecía sacado de una postal de los Alpes Suizos, o de algún cuento de hadas, una hermosa mansión, a los ojos de Clarissa, techos azul oscuro, hermosas tejas una sobre otra, y unas paredes blancas que brillaban a la luz del día.

—Es impresionante - dice Clarissa mientras empieza a bajar del auto.

—Verdad que si, fue todo un reto su construcción - dice Rina que caminaba a la parte de atrás del auto para abrír y empezar a sacar las maletas.

Clarissa aún no se movía, había dado una media vuelta para observar los jardines bien cuidados, con bellas flores de temporada. Si está es una casa  segura en caso de emergencías ¿quién cuida todo esto? Se preguntaba Clarissa.

— Todo está tan bien cuidado, quien se encarga de cuidar todo - Clarissa habla mientras camina para encontrase con Rina.

—Te vas a sorprender - le dice la bella mujer con una sonrisa traviesa.

Clarissa la miro con ojos curiosos, pero ya no pregunto más, y tomo una maleta y un bolso.

Empezaron a caminar por el camino decorado con bellos pasos de cemento muy juntos, lo que no dificultaba el transporte de las maletas.
De pronto la enorme puerta de abre  y un hombre de unos 60 años aparece, Clarissa lo mira con sorpresa, por que esperaba que algo peludo fuera el que abriera la puerta.

—Clarissa el es Jeffrey, mayordomo de Violeta, pero el nos esta acompañando y siempre es muy amable - le dice Rina con una sonrisa.

—Se lo agradezco Rina- le dice Jeffrey elegantemente. — Sean bienvenidas-con una amable sonrisa las recibe el hombre mientras toma la maleta de Rina.

NO TAN FÁCILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora