Capítulo 44

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Flashback

Al terminar de empacar las pocas cosas que llevaba conmigo, miré a mi alrededor. Mentiría si dijera que iba a extrañar ese cuarto, esas paredes grises, ese ambiente que me ahogaba cada día un poco más. 

Tomé la maleta y con un suspiro la cargué, saliendo de la estancia para dirigirme al despacho que tanto odiaba entrar.

Caminé sin expresión por los pasillos interminables del orfanato, donde tantas veces me habían castigado, donde tantas veces me habían gritado y menospreciado. Nunca dejaría que se volviera a repetir. El infierno terminaría ese mismo día. Lo juré y no pensaba cambiar de opinión.

Me detuve frente a la puerta. Toqué con decisión. Por primera vez, no tuve miedo de estar allí. Una voz me invitó a pasar, lo cual hice de inmediato. Tan solo abrir la puerta vi la misma imagen que se repetía en mis peores pesadillas, la de una mujer sentada en su escritorio bebiendo té de una taza. 

La señora Evans a penas levantó la vista ni para saludarme. 

—¿Y ahora qué es lo que quieres?

Exhalé pesadamente y solté el aire despacio. Había llegado el momento.

—Vengo para despedirme. 

Ante esas palabras tan solemnes, levantó la cabeza y me miró con incredulidad disfrazada en su cara. Miró fugazmente mi maleta y luego volvió su vista a mí, con cierto aire de burla. 

—¿Ah, sí? Nunca pensé que ibas en serio cuando lo repetías una y otra vez cuando te castigaban. 

—Pues ya lo ve —la miré seria, con algo de reto en mis ojos. No iba a poder conmigo.

—Me importa bien poco lo que hagas o dejes de hacer, niña. Pero, ¿eres consciente que sin nuestros cuidados no vas a aguantar por mucho tiempo, verdad? Volverás con la cola entre las piernas, lloriqueando por las migajas que te damos aquí —rió despectivamente. 

—Ya tengo la mayoría de edad, señora. No puede impedirme irme de aquí si a mí me place. En cuanto a lo que será de mí, eso a usted no le importa. Aunque esté muriéndome de hambre, le aseguro que no volveré. Nunca —hablé con tranquilidad.

Me miró con superioridad, intentando hacerme pequeña ante ella, pero no lo iba a conseguir.

—¿Así que ya lo tienes todo arreglado? —solamente asentí—. Vaya, sí que eres desagradecida. Con todo lo que te hemos dado y tú nos lo desprecias así. Vergüenza debería darte.

—A la única que le debo algo es a la señorita Mary por no dejarme morir en la fría noche cuando me oyeron llorar. Si fuera por usted, ya estría bajo tierra desde hace años —le reproché. 

—¿Y nosotros, qué? Te dimos un techo donde vivir y comida para sobrevivir.

—¿Llama vida a lo que me dieron aquí? Tan solo nos tienen aquí porque sacan lucro con todo esto, sino ya nos habrían echado a todos nosotros a la calle. A ustedes solo les interesa el podrido dinero que ganan y mientras hacen de la vida de estos pobres niños un infierno —destilé todo mi enfado en cada una de mis palabras. 

—Nosotros no tuvimos la culpa de que tus padres no te quisieran y te abandonaran en las puertas de este recinto —callé ante lo que dijo, dolorida por el golpe bajo—. Aunque tal vez predijeran en lo que su hija se fuera a convertir y optaron por deshacerse de ella a tiempo. No les culpo —soltó con indiferencia.

Hubo un incómodo y tenso silencio entre nosotras. Tan solo nos mirábamos, cada una perdida en sus pensamientos.

—¿Has terminado? —no le respondí—. Pues lárgate de una vez —hizo un gesto con la mano para despacharme. Despacio, giré sobre mis pasos para caminar hacia la puerta. Me detuve antes de girar el pomo y salir. Aún no había terminado con lo que tenía que decir.

—Escúchame bien —le hablé por primera vez sin formalismos. Esta pareció sorprendida por el cambio de tono—. No descansaré hasta ver que este lugar se hunde, pedazo a pedazo, junto con usted. Se lo juro —la miré desafiante y con un ligero movimiento de cabeza en su dirección, me marché del lugar, dejándola blanca como un fantasma.

Y así fue como salí de aquel lugar con la cabeza bien alta. Sin remordimientos ni cargas. Tan solo con la esperanza de que mi vida fuera a mejor con mi partida. Sonreí al sentir la brisa mover mis cabellos ligeramente. Por fin era libre.


𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜 𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮 || 𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐱 𝐎𝐜 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora