Prólogo

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Yulia


—¡Yulia!… ¿Dónde estás hija?

—¿Papá?… Papá, tengo miedo…

—Shh… Ya todo está bien mi niña, sal de donde estás para que podamos esperar afuera.

—¿Y mamá? ¿Dónde está mamá?

—Logré hacer que saliera, está con los Dorosh. La policía ya viene en camino, hija.

—Papá, papá, estás lastimado… Te golpearon mucho, estás sangrando… Tu cara, no veo tus ojos.

—Eso no importa mi amor, tu madre y tú están bien y eso es lo único que me alivia… Tenemos que salir rápido, esos dos imbéciles están inconscientes en la cocina.

—¿Di… dijiste dos?

—Si hija, sigamos caminando… Ya casi salimos.

—Pero papá, yo vi a tres tipos entrar a la casa…

—¡Dios!... Vamos mi niña, ya escucho la sirena de la policía… ¿La escuchas también? Estaremos bien.

—Sí… si papá…

—¡Deténganse los dos allí! ¿Creyeron que podían salir de aquí bien tranquilos?... Ay sí, ya está afuera la policía ¡que maldito miedo! 

—¡Maldición!... Yulia, quédate detrás de mí… Por favor no llores nena, papá te está protegiendo, estaremos bien.

—¡Pero que conmovedor! Debería darte el premio al padre del año, jajaja… ¿Por qué no le cuentas a tu hija el motivo de que estemos aquí?

—No sé de que hablas mal nacido…

—Papá…

—Tranquila hija, no escuches a ese tipo.

—Jajaja, escúchame imbécil esto es todo culpa tuya… ¿Recuerdas a Ramy? ¡Recuerdas que lo mataron gracias a ti, por no hacer bien tu maldito trabajo! Ahora Román quiere que sientas lo que él sintió… Ojo por ojo e hijo por hijo.

—¡No te atrevas a tocar a mi hija! ¡No dejaré que le hagas daño, desgraciado!

—¡Como sea, es tarde Oleg, pagarás por Ramy!

—¡Policía! ¡Baje el arma, ahora!

—¡Yulia apártate! ¡Quédate detrás de mí!

—¡Tira el arma imbécil! Al suelo, al suelo…

—¡Primero me llevo por delante a este desgraciado antes de que me arresten, imbéciles!

— … (Se escuchan sonidos de disparos)

—¡Papá! Papá, nooo, no… ¡Papá! Papá mírame, no cierres los ojos, te quiero… ¡Papá!

—¡Inmovilicen bien al sujeto, llévense a los otros dos fuera y pidan una ambulancia!

—¡Qué hiciste mal nacido! Deja el arma, ahora tírate al suelo. Las manos sobre la cabeza y no te muevas.

Rojo y Azul Donde viven las historias. Descúbrelo ahora