Pronto me encontré frente a la puerta del aula. Di unos pequeños golpes contra la madera, y la puertas se entornó.
Atravesé la puerta y vi el aula vacía, ni siquiera estaban los típicos papeles que Remus siempre dejaba sobre su escritorio, parecía que la habitación no estaba en uso. Caminé entre los pupitres y subí las escaleras de dos en dos hasta llegar a la puerta que escondía el despacho de Remus.
Llamé a la puerta esperando que su dulce voz me diera permiso a pasar, pronto recibí una respuesta positiva de su parte y abrí.
Le vi de espaldas, parecía que se había duchado, pues de su pelo caían pequeñas gotas de agua, mojando de esta manera su camisa.
Estaba recogiendo algunos libros de la estantería que había en una de las paredes, y dejándolos sobre su mesa.
-Te has ido sin despedirte- dije. Elevó su vista con asombro, no debía de haberse dado cuenta que era yo la que había entrado. Sus ojos se cruzaron con los míos, pude sentir como su mirada desprendía tristeza antes de que la desviará y volviera a centrarse en los libros-. Como no sabía si habías desayunado he traído esto- dije elevando la bolsa con la comida.
-No tengo demasiada hambre- respondió sin mirarme.
-Venga, te vendrá bien comer algo- me acerqué a su escritorio y deje sobre él la bolsa.
-Te he dicho que no tengo hambre- dijo seriamente, apartando bruscamente la comida con la mano. Estaba actuando raro, parecía nervioso e incómodo-. Lo siento. - dijo con los ojos muy abiertos.
Me quedé observándole, parecía que esto le incomodaba, pero a mí también me incomodaba su forma de actuar. Me acerqué a él, taponando su camino para que no pudiera ignorarme.
-Remus, ¿Qué pasa?- Está vez la voz sería fue la mía.
-Nada- dijo en un susurro y con la mirada desviada había otro lado.
-¿Puedes dejar de mentirme?- contesté cortante-. Si estás cansado me lo dices y me voy, pero deja de actuar como un idiota.- Mi tono de voz empezó a elevarse.
-No estoy cansado-dijo pasando saliva por su garganta.
-¡Entonces que te pasa!, Porque la verdad no entiendo el porqué actúas así.
-¡Por qué me voy!- dijo cortando mis palabras. Me quedé petrificada, y él soltó un gran bocanada de aire mientras que pasaba su mano por su rostro-. He dimitido- especificó.
-¿Cómo que has dimitido?- Notaba como mis ojos empezaban a aguarse-. Remus dime qué no es verdad.
-Anne...- intentó agarrar mi mano, pero yo la aparté bruscamente.
-Remus dime qué es una broma- la voz se me cortaba. El silencio se propagó en la pequeña habitación-. Remus dilo.
-Anne no es un broma, he dimitido- dijo en un hilo de voz.
Apreté la mandíbula en un intento en vano de hacer parar las lágrimas que se iban acumulando en mis ojos. Dejé de mirarle y enfoqué mi atención en la pila de libros que estaba encima de la mesa, por eso estaba recogiendo.
-Genial.- me acerqué rápidamente a la mesa para coger la comida que había traído y después salí de allí, con la voz de Remus llamándome de fondo.
Bajé las escaleras que daban al despacho y tiré con fuerza la bolsa a la papelera que había junto a su escritorio . Oí unos pasos y el ruido de algo chocando contra el suelo detrás de mí.
-Anne, espera un momento, deja que te lo explique- gritó Remus detrás mío.
-¡Explicarme qué!- me di la vuelta repentinamente. Remus llevaba un bastón con el que se ayudaba para caminar, debido seguramente a mi mordedura en la pierna-. Explicarme qué te vas, que no vas a estar cuando hagamos el baile que, por cierto, TÚ has organizado; explicarme qué me dejas, qué no tenías pensado decirme que te ibas.- Las palabras salían de mi boca sin pasar por mi cabeza, y mis lágrimas caían una detrás de otra por mis mejillas.
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Mi Guardián De La Noche [Remus Lupin]
FanficAnne Bones es una chica de sangre mestiza, tiene el pelo castaño como sus ojos, y su pálida piel adornada con pecas repartidas por su rostro, y una pequeña cicatriz en la parte alta de su nariz. Ella es una Slytherin, aunque sus amigos Fred y George...