Right Now • Yoonmin

36

¿Esto es amor?

Veo atentamente a Taehyung, esta noche se ve un poco más adulto.

— ¿Por qué me estás mirando tanto? — Pregunta sin verme.

— Porque me gustas. — Confieso apretando más fuerte nuestro agarre. — Además, puedo mirarte todo lo que quiera. Eres mío.

Una leve sonrisa se posiciona en sus labios, aquella pequeña curvatura es suficiente para acelerar mi corazón.

— ¿Estás seguro de esto? — Suspira por detrás, exasperado desde que le dije lo que tenía planeado hacerle.

— ¡Sí! — Chillo dando un mini salto. Taehyung me toma de los hombros, sonriéndole a las personas del pasillo con vergüenza.

— No seas tan expresivo cuando hay gente alrededor. — Susurra. — Te comportas como un niño emocionado. — Dice a regañadientes.

— Es que lo estoy. — Acato lo que dice y hablo más bajito. — Se me es emocionante verte con otro color.

Entramos por fin al pasillo de "belleza", mis ojos brillan y botan estrellas al ver las diversas cajas de tinte en el estante.

Tomo una tras otra, fascinado.

Escucho el fuerte y sonoro bufido de Tae detrás mío.

— ¿De verdad te pone feliz pintarme el cabello?

— ¡SÍ! Me pone muy feliz. — Volteo y le muestro mi sonrisa de conejo. — Ahora dime, ¿qué color prefieres? — Pongo las cajas de tinte al lado de mi cara, Como si fuera uno de los modelos del empaque. — ¿Azul o rojo?

— Ninguno. — Me quita las cajas de mis manos y las vuelve a poner en su lugar. — Te dije que aceptaba con tal de que me pintaras con un color "normal".

— Cobrizo entonces.

— Kook. — Me advierte.

— ¡Pero los colores "normales" son aburridos! — Me quejo dándole pequeños golpes en el pecho.

— Recuerda que tengo un trabajo muy formal. Me despedirían si me vieran con un color tan llamativo. — Su voz sale tan calmada que hace parar mi berrinche.

— Tienes razón. — Suspiro. — Debo dejar de ser tan caprichoso.

Es que no hay nada nuevo con los tintes que él quiere.

¿Rubio? ¡Él ya tiene su cabello de ese color!

¿Cobrizo? No quiere.

¿Chocolate? Puede ser... No se le vería mal...

— Llevemos este.

— ¿Negro? — Hago una mueca de disgusto. — Si te pintas de negro llevarás el color por mucho tiempo. — Le advierto.

— Mmm, no suena mal. — Se alza de hombros. — Dijiste que querías sorprender a todos en esa fiesta tuya.

— Lo sé, pero... — Paso mis manos por su pecho. — Me gustas mucho, rubio.

— Te seguiré gustando de negro. — Lleva una de sus manos a mi rostro y me sonríe. Esa maldita sonrisa. — Estaremos juntos siempre, así que no te preocupes. Serás el primero en volverme a ver rubio.

«Estaremos juntos siempre»

No puedo evitarlo. No puedo evitar enamorarme de él.

Sus palabras suenan tan genuinas que apagan toda llama de inseguridad que hay en mí. Veo sus ojos azules puestos en mí y me pierdo por un momento en ellos.