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Abrió los ojos.

Era de día, escuchaba ligero bullicio de fondo, en los terrenos, así que debía ser muy temprano y estaría escuchando a los madrugadores, los que iban y venían a la Biblioteca, a los que entrenaban y a los amantes que habían pasado la noche profesando su amor por los arbustos llenos de flores y brotes y volvían antes de que los "pillasen".

Notaba un calor en el brazo, a la altura del codo. Recordó que se había quedado dormido después de haber estado poniéndole una toalla con agua fresca a la chica en la frente. Había comenzando a hablar tenuemente en sueños.

Las Pociones para Dormir sin Soñar de la Enfermería no eran lo suficientemente fuertes para la cabeza alborotada de la chica. Ya le prepararía él algo mejor.

Cuando se ubicó mejor, se fijó que el calor era la mano de Sirius fuertemente cogida a su brazo.

Estaba despierta, miraba y acariciaba con su otra mano la cabeza de su hermano que estaba cruzado de brazos usándolos para taparse del Sol.

Él se movió y ella le miró y le sonrió. Él le devolvió el gesto y se levantó para poder hablar con ella. Antes de decir nada, ella tiró con fuerza de su corbata y estampó, a falta de una palabra mejor, sus labios contra los de él.

Pronto se besaron con bastante movimiento, con hambre, aunque no con pasión. Él tenía una mano en su cuello y la otra en su cadera, ella una en la corbata y la otra en la mejilla, atrayéndole.

-¿Es que sois incapaces de soltaros hasta en un momento así?- Mientras ambos se reían en el beso, pero sin dejar la acción, le puso su mano en la cara al chico- Sev... Mphhhgggffff- Le tapó la boca- Mhhggfffjjjjggmmhh- Le soltó- Par de salidos, como si no supiera lo que hicisteis en mi cumpleaMhhgggffkjhffg- Le volvió a tapar la boca.

Cuando soltó a la chica y al chico, los tres se rieron- ¿Cómo estáis... Los dos?- Su voz tenía un deje de enfermedad. Él solo asintió mirándola.

-Bien... ¿Y tú, hermana?- Ella llevó su mano de la corbata a su cintura y la de su mejilla la usó para coger su mano.

Temblaba ligeramente.

-He tenido pesadillas, pero...- Miró el techo- Eran solo eso... Pesadillas... Nada real...- Luego, sonrió- Eso sí, me siento como si hubiera arrollado una manada de centauros cabreados... Merlín se me lleve, ese hijo de puta de Avery, me dio de lo lindo...- Chasqueó la lengua- No tendría que haberle hecho caso a Lily, debería haberle cruciado en cuánto tuve la oportunidad en Halloween, recordadme que no vuelva a hacerle caso nunca más...- Su hermano se rió y le dio un beso en la frente.

Rato después, los padres de la chica llegaron con trajes que se veían primaverales y caros- Sirius... Hija... ¿Cómo estás?- La mujer fue la primera en acercarse. Él se apartó y la mujer le dio besos en la frente mientras la estrujaba.

-Mamá... ¡Ay! ¡Mamá! ¡Mamá, el pelo! ¡El pelo! ¡Bastante despeinada estoy!

-Que susto... Casi me da un infarto cuando nos llamó Dumbledore...

Su padre se adelantó con la señora Black y le dio un beso a su hija en la frente- No vuelvas a dejarte secuestrar en la vida...- Padre e hija se rieron y en seguida entendió de dónde provenía el ácido humor de la chica. Aún así, el hombre la atrajo del hombro contrario a dónde estaba y le besó el cabello- Me ha dicho Severus que le diste tregua...- Sin soltarla del hombro la alzó del mentón por la barbilla- Esa es mi pequeña leona valiente...- Ella entrecerró los ojos intentando no llorar, muy feliz de que su padre al fin reconociera su valía como Gryffindor.

Poco después, Madame Pomfrey los echó casi a rastras "¡Cuánta gente! ¡Esto no es el Callejón Diagón, esto es un ala médica y la señorita Black es mi paciente que debe descansar!" y se reunieron todos en la puerta con Dumbledore.

Puzzle De FetichesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora