El Precio de Confesarse a la Protagonista Equivocada.

Capítulo 5: La Buena Aprendiz Tiene Autismo (V).

Cuando Yun Ge entró por la puerta, se quedó sorprendida.

La niña pequeña estaba de pie en la puerta, con sus ojos mirando a Yun Ge. La mayor se sintió triste ya que todavía no había vida en sus ojos.

¿Estaba esperando que volviera?

—Ya he vuelto. ¿Has comido? —Yun Ge preguntó íntimamente mientras la cargaba y le pellizcaba la nariz.

Yun Ge nunca pensó en obtener la respuesta de la más pequeña, y llevó a la niña dentro del espacio. Cuando miró las cosas que había encima del plato de jade, supo que esa niña no había comido nada.

—¿Por qué no comes? —Ella se sentó con la niña y la miró a los ojos.

—...—La niña todavía no había hablado, pero sus ojos miraron a Yun Ge.

—Tienes que comer. ¿Lo entiendes? —El tono de Yun Ge era tan suave como antes.

¿Cómo podría no preocuparse por esta niña tan callada?

Desde la perspectiva de Yun Ge, se trataba de su propia discípula. Y como tenía autismo, era normal que no entendiera cómo responder.

—Si no comes, no podrás crecer más...—La adulta volvió a pellizcar la nariz de la niña, su tono era ingenioso. Sin saber por qué, los ojos de la niña se humedecieron. Sus ojos dejaron de ser etéreos. Su cara era tan delgada como antes y tenía una barbilla pequeña y puntiaguda. Su aspecto actual parecía inocente y provocaba lástima.

—...

¡Waaaaah! ¡Mi discípula no puede ser más linda!

—Ven, ven, deja que esta Maestra te alimente～～—Una vez más, Yun Ge se sintió sorprendida por toda esta ternura. Le recordaba la razón por la que ella, a pesar de ser una estudiante de gran habilidad, fue una maestra de preescolar.

La niña abrió la boca obedientemente. En el momento en el que Yun Ge la vio esperando comida, ¡Su corazón emitía burbujas de apogeo!

¡Qué bonita!

—Discípula...—Ella acarició a la niña que estaba comiendo. En el futuro, su discípula será su Discípulo Mayor. Era seguro que su discípula usaría su nombre original.

Su pequeña discípula obviamente no le hablaría.

Yun Ge era su nombre, así que cualquier cosa sobre ser llamada por su nombre tendrá que esperar hasta que la discípula hable con ella.

—Pequeña discípula, ¿estás llena? —Preguntó Yun Ge con una sonrisa. Ya no vio a la niña comer y le tocó con suavidad el estómago.

Cuando la mayor sintió que tocaba el estómago del niño, ésta inmediatamente se esforzó por levantarse. Los ojos sombríos que originalmente habían disminuido habían vuelto a aparecer en la pequeña.

Viendo esta situación, había algo que todavía Yun Ge no entendía.

¡El corazón de la pequeña tenía una ráfaga de intención asesina!

¡No debía dejar que su discípula conozca a alguien que la haga convertirse en este tipo de persona!

Ahora mismo, el asunto más importante era su discípula.

—No tengas miedo, soy tu Maestra. —Yun Ge cargó a su discípula y le acarició suavemente la espalda. —No te preocupes. Esta Maestra te protegerá y nadie podrá hacerte daño... —Ella decía incesantemente estas palabras con suavidad y dulzura junto al oído de la pequeña aprendiz.

El corazón de Yun Ge contrajo de amargura.

Si no hubiese conocido a su discípula, ¿Qué otra cosa podría haberle pasado?