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En algún momento de la vida, vas a perder a alguien con cuya ausencia no podéis vivir, y tu corazón se va a romper en mil pedazos.
-Anne Lamott

16 de Enero 2020.

A pasado casi un mes desde tu partida, y aún me alegra poder recordar tu voz pero duele mucho al llegar a casa y no encontrarte en ella.

Papá pregunta por ti, pide que vengas a verlo, pregunta que porque no pasas y lo ves. Y en esos instantes yo no sé que responder, ¿Que se supone debo decirle?. Se que también sufre y me duele verlo así, desde que te fuiste el se dejó vencer.
Duele porque no solo siento que te perdí a ti si no que también lo estoy perdiendo a el, cada día que pasa, la tristeza me consume más.

Fingir se había vuelto tan fácil, darles una sonrisa a los demás, reír para mi papá era tan fácil. Lo difícil era cuando de nuevo la soledad me envolvía, la amargura.

Cada noche al pensarte sabía que tenía que avanzar, dejar de lado todo el dolor y seguir adelante justo como tú hubieras querido sin embargo no podía, por más que intentará avanzar yo me quedaba estancada.
A los demás les seguías doliendo pero ellos avanzaban, reían, tenían en quien apoyarse y yo. Yo no tenía a nadie más que a mi padre que por el momento me necesitaba más que a nadie.

Muchas veces de niña yo los necesite y ustedes ahí estuvieron, sosteniendome, abrigandome, entonces al ya no estar tu la vida había perdido el sentido. Mi padre podría opinar lo mismo que yo, tú eras el centro, el pilar de esta casa que ahora en tu ausencia solo somos un par de carcasas vacías. Viviendo solo por vivir, sin ganas de nada pero aparentando que todo está bien.

Me preguntó si tú al verme así te sentirás decepcionada, o comprenderás un poco mi dolor. No niego que una parte de mi es egoísta al querer que estés aquí aún que tuviera que cuidarte pero la otra parte me dice que está bien, que haz dejado de sufrir y eso en una mínima parte me reconforta.
Me gusta pensar que dónde estás, estas con mi hermana, feliz, sin dolor y por momento quisiera también ir junto a ti.

El cielo, la luna es testigo de cuántas veces te e pedido me lleves junto a ti, pero eso no pasa. Cada día al levantarme desearía que el momento de estar juntas llegará más rápido para dejar de sufrir.

No camines tan aprisa mamá, que un día de estos te estaré alcanzando.

Con amor, tu hija.

Cartas al cielo (Bilogía Más Haya De Tu Muerte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora