A veces me preguntó, porque, porque sigo hablándote, porque me sigo torturando ante eso, porque a pesar de saber todo eso... Aún deseo hablar y tener algo, cosas que no puedo soltar, son como espinas que me tienen atado, a ti, la rosa más hermosa que conozco, tu carácter dulce viene de la mano de tener que ver qué siempre me ignoras, me dejas solo cuando necesito ayuda, se que no soy nadie para dar reclamos, pero... Es mi culpa, intento olvidar totalmente lo que siento por ti pero no puedo, pero también, lo intento por el bien de ambos, no deseo despedirme de tí, aunque probablemente... Esas espinas que se enterraron en mi corazón, se sigan aferrando dentro de mí.
A veces llegó a pensar que después de eso, debí también entender mejor eso, tal vez se marchito eso, la amistad y lo demás, pero algo seguro, siempre buscaré estar ahí para ti, siempre que lo necesites, por más que ese amor jamás pudiera pasar, almenos, es algo para ver tu felicidad y tal vez, intentar que esas espinas se puedan soltar, el recordatorio, de que el amor es el dolor más hermoso que puede existir.