La luz se coló por la ventana. Ya era muy tarde y Talita despertaba entre los golpes y llamados a su puerta. Pero quién insiste tanto, pensó. Entre quejas, se levantó y fue a abrir la puerta descalza, pero se encontró la invasión de sus primas con la intención de cotillear sobre lo sucedido en la fiesta. Se acomodaron al rededor de la cama, trajeron una bandeja para desayunar y esperaron a la aun durmiente Talita que se acomodara al medio como si estuviera a punto de recitar una romántica poesía. Sí, las cosas entre el grupo de primas había cambiado radicalmente de una semana a otra.
-¡Vamos, princesa! -exclamó la mayor, Dena, aleteando las manos- ¡Apenas pudimos dormir esperando a que llegase este momento!
-Ah, que imprudentes son ustedes -se quejó la princesa aun refregándose los ojos para despertar- Aún estaba durmiendo muy bien.
-¿Acaso soñaba con alguien? -insistió la menor- ¿Será que con Ben o el Rey Edmund?
Los gritos de las damas parecían sonidos de gallinas cacareando y de tanta agitación casi voltean el té sobre la cama. Talita las hizo guardar silencio, le dio un sorbo a su taza y muy avergonzada, les confesó que Ben la había besado en el balcón. Talita las hizo callar antes de que emitieran nuevos gritos.
-O sea que, los rumores son ciertos... ¿Usted y él se casaran?
-No estoy tan segura, en verdad.
-¿No esta segura, alteza? El muchacho ha sido todo un galán y ademas debe ser el candidato ideal de su padre, el Rey.
-Desde que llegó, esa melena rubia no ha dejado a las mujeres indiferentes. Todo Anvard trae los ojos puestos en él en estos momentos. ¡Es como el juguete nuevo de la nación!
-¡Y es tan hermoso!
-Pues, no lo puedo negar -reconoció la princesa ante las insistencias de las damas- Sí lo es pero... ¿No les parece todo tan extrañamente rápido? Dice estar enamorado de mí pero no supe de él en años.
-Quizá su atractivo actual le ha embobado en segundos, alteza. Vamos, todas deseamos que alguien nos ame así de rápido. ¿No es cierto, chicas?
-Lo que ustedes no entienden es que el corazón de la princesa aún recae sobre ese joven Rey de Narnia -respondió Dena.
Ni siquiera tuvo tiempo de negarse ante el comentario, cuando Dena empezó a relatar que anoche había tenido veinte segundos para bailar con el Rey Edmund y que había sido lo mejor que le ha pasado.
-Ah, si tan solo supieran lo hermoso que es de cerca -exclamaba la muchacha mientras tomaba un vestido de Talita para danzar con él como si fuese su pareja- Sus ojos café, su cabellera negra, sus suaves manos y su...
"Y la manera en que se ríe, se enoja, camina, pelea y baila es sumamente maravillosa. Ah, si tan solo mi amor hubiese sido correspondido" se dijo Talita a si misma. Sacudió su cabeza, y le pidió a todas abandonar la habitación para ir a hacer su clase matutina a los niños pero las primas se ofrecieron a ayudarle a vestirse.
Talita ya estaba en el patio central con los niños cuando Edmund recién comenzaba a despertar; Le dolía mucho la cabeza y ni siquiera había tomado una pizca de alcohol. "¿Qué hora será?" se preguntó mientras apartaba las sabanas de la cama. Se puso de pie y se asomó por la ventana donde ya había amanecido y la gente iba de ahí para allá por los pasillos. A lo lejos ve a Talita con una espada de madera y a su lado seís niños que iban siguiendo sus movimientos. Sonrió, pero recordó lo sucedido la noche anterior como un bombazo en el cerebro. Respiró profundo y exhaló. "Debería regresar a Narnia. Ya descanse lo suficiente para emprender un viaje de regreso. Me despediré y agradeceré el cariñoso banquete. Esta historia acaba acá, antes de que mis sentimientos incrementen" pensó dijo mientras se ponía su característica camisa azul.
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La Propuesta (Edmund Pevensie Fanfic)
Fiksi Penggemar-¡𝘙𝘦𝘺, 𝘌𝘥𝘮𝘶𝘯𝘥! -𝘭𝘰 𝘴𝘢𝘤𝘰́ 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘭𝘰 𝘮𝘢́𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘱𝘶𝘭𝘮𝘰𝘯𝘦𝘴- ¡𝘌𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘦𝘵𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘴𝘵𝘦𝘥! 𝘌𝘥𝘮𝘶𝘯𝘥 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘳𝘰́ 𝘴𝘰𝘳𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘰�...