Capítulo 4

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LENNA


-¡Llegaremos tarde!

-Que no, Valentina. Aún tenemos tiempo...

-¡No! ¡Papá! ¡Daniel no quiere darse prisa!

-¡Devuélveme eso, Elián!

-Eso te pasa por ser tan enano.

-¡Mamá! 

-¿De verdad tenemos que salir? – Preguntó Lucian resoplando. –Esto parece un manicomio, Lenna.

-Lo sé. Nunca habían gritado tanto en la mañana... –Dije haciendo las sábanas a un lado para levantarme. – Iré a mi...

La puerta se abrió de golpe y todos nuestros hijos entraron casi a empujones.

-Eh. ¿Por qué gritais tanto?

-¡Daniel no se mueve!

-¡Elián no me quiere dar mi dinosaurio!

-Yo solo le dije a Val que aún había tiempo...

-Y yo no he hecho nada. –Dijo Elliot sonriendo inocentemente.

-Vamos a ver... –Puse los brazos en forma de jarra. –No te preocupes por el tiempo, Valen. Eli, devuélvele el dinosaurio a tu hermano. Y tú, Daniel... –Lo miré sin saber muy bien que decirle. –Termina de prepararte.

-¿Entendido? –Dijo Lucian alzando la voz. –Que si quedó claro.

-Sí... –Murmuraron todos saliendo en fila india.

Miré el reloj dándome cuenta de que ya todos íbamos con retraso a la escuela y al trabajo. 

-Se hace tarde, Lucian.

-Hmm... Ahora no tengo ganas de ir...

-Yo tampoco, pero hay que ir. –Asintió para levantarse de la cama.

-¿Nos duchamos juntos y así ahorramos tiempo?

-Está bien. Vamos.

Después de ducharnos y de revisar que los niños estuvieran bien arreglados, Lucian se fue con los gemelos, Valentina y Nairo al colegio mientras que yo llevaría a Daniel a la universidad.

-No veo la hora de comprarme un coche.

-Primero tienes que sacarte el carnet.

-Lo sé, mamá. –Dijo mirando por la ventana como si buscara a alguien.

-¿A quien buscas?

-A Alis. Debería de haber llegado ya.

-Entonces estará por ahí. –Dije encogiéndome de hombros.

A pesar de los años, esa niña aún no me caía nada bien

-Ahí está Max.

-Daniel. –Dije antes de que bajara del coche. –Aún eres joven para aferrarte a alguien...

-Siempre me dices lo mismo, mamá. 

-Solo quiero que seas feliz.

-Lo soy. –Sonrió antes de acercarse para dejar un beso en mi mejilla. –Te quiero. 

-Y yo a ti. –Le respondí antes de que se bajara del coche en busca de sus amigos.

Me quedé a observar como Alicia se acercaba a ellos y como Daniel la saludaba con un beso en los labios.

No me gustaba que tuviera novia tan temprano.

Yo sabía perfectamente lo que eso significaba y no lo quería para él. A pesar de todo, Daniel tenía que disfrutar de la vida y no de prohibirse cosas por causa de una chica.

En el fondo sabía que desde siempre le había gustado Andrea y pondría las manos en el fuego a que seguiría haciéndolo.

Media hora después, llegué a la empresa de mi padre para saludar a Lauren antes de ir a mi oficina.

Tenía que acabar de revisar y corregir algunas facturas que tenia pendientes del viernes antes de que el trabajo se me acumulara.

-Buenos días.

-Hola, Franklin. –Se sentó frente a mí.

-¿Terminaste de corregir las facturas de la semana pasada?

-Estoy en ello. –Asintió y yo seguí con mis cálculos. –Ah, antes de que se me olvide. Valeria quiere que vayas a verla al recital de ballet.

-¿Qué día?

-El viernes de la semana que viene, a las seis. En la escuela.

-Entonces dile que allí estaré. –Sonreí para volver la cabeza a las facturas.

Habíamos apuntado a Valentina en ballet desde los cuatros años. Los gemelos iban a fútbol y Nairo... Aún estábamos buscándole una actividad extraescolar que le gustase.

-¿Qué tal mi ahijado?

-Bien. Empezó hoy la universidad...

-¿Y que tiene de malo?

-Nada, es solo que... –Escribí el último número para dejar el lápiz sobre la mesa. –Pienso que debería dejar a esa chica...

-¿A Alicia? ¿Por qué?

-Porque tiene que vivir la vida, Frank. Tiene que disfrutar de lo poco que le queda de adolescencia. Salir, quedar con chicas, divertirse...

-¿Estás celosa de ella?

-No. –Fruncí el ceño. ¿Es que ahora tengo que estar siempre celosa de alguien? Déjalo. No me entiendes.

-Creo que te refieres a que teniendo novia no disfruta de la misma manera.

-Exacto. No es lo mismo ir a una fiesta soltero que comprometido.

-Pero eso es lo que él quiere. –Se encogió de hombros mientras yo negaba con la cabeza.

-Bueno, ten. Ya están todas corregidas.

-Está bien. Gracias. –Junté todas las facturas y las volví a meter en la carpeta negra para dársela.

Tenía que buscar alguna solución para que Daniel entrara en razón

Familia. {NDN#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora