LENNA
-¡Llegaremos tarde!-Que no, Valentina. Aún tenemos tiempo...
-¡No! ¡Papá! ¡Daniel no quiere darse prisa!
-¡Devuélveme eso, Elián!
-Eso te pasa por ser tan enano.
-¡Mamá!
-¿De verdad tenemos que salir? – Preguntó Lucian resoplando. –Esto parece un manicomio, Lenna.
-Lo sé. Nunca habían gritado tanto en la mañana... –Dije haciendo las sábanas a un lado para levantarme. – Iré a mi...
La puerta se abrió de golpe y todos nuestros hijos entraron casi a empujones.
-Eh. ¿Por qué gritais tanto?
-¡Daniel no se mueve!
-¡Elián no me quiere dar mi dinosaurio!
-Yo solo le dije a Val que aún había tiempo...
-Y yo no he hecho nada. –Dijo Elliot sonriendo inocentemente.
-Vamos a ver... –Puse los brazos en forma de jarra. –No te preocupes por el tiempo, Valen. Eli, devuélvele el dinosaurio a tu hermano. Y tú, Daniel... –Lo miré sin saber muy bien que decirle. –Termina de prepararte.
-¿Entendido? –Dijo Lucian alzando la voz. –Que si quedó claro.
-Sí... –Murmuraron todos saliendo en fila india.
Miré el reloj dándome cuenta de que ya todos íbamos con retraso a la escuela y al trabajo.
-Se hace tarde, Lucian.
-Hmm... Ahora no tengo ganas de ir...
-Yo tampoco, pero hay que ir. –Asintió para levantarse de la cama.
-¿Nos duchamos juntos y así ahorramos tiempo?
-Está bien. Vamos.
Después de ducharnos y de revisar que los niños estuvieran bien arreglados, Lucian se fue con los gemelos, Valentina y Nairo al colegio mientras que yo llevaría a Daniel a la universidad.
-No veo la hora de comprarme un coche.
-Primero tienes que sacarte el carnet.
-Lo sé, mamá. –Dijo mirando por la ventana como si buscara a alguien.
-¿A quien buscas?
-A Alis. Debería de haber llegado ya.
-Entonces estará por ahí. –Dije encogiéndome de hombros.
A pesar de los años, esa niña aún no me caía nada bien.
-Ahí está Max.
-Daniel. –Dije antes de que bajara del coche. –Aún eres joven para aferrarte a alguien...
-Siempre me dices lo mismo, mamá.
-Solo quiero que seas feliz.
-Lo soy. –Sonrió antes de acercarse para dejar un beso en mi mejilla. –Te quiero.
-Y yo a ti. –Le respondí antes de que se bajara del coche en busca de sus amigos.
Me quedé a observar como Alicia se acercaba a ellos y como Daniel la saludaba con un beso en los labios.
No me gustaba que tuviera novia tan temprano.
Yo sabía perfectamente lo que eso significaba y no lo quería para él. A pesar de todo, Daniel tenía que disfrutar de la vida y no de prohibirse cosas por causa de una chica.
En el fondo sabía que desde siempre le había gustado Andrea y pondría las manos en el fuego a que seguiría haciéndolo.
Media hora después, llegué a la empresa de mi padre para saludar a Lauren antes de ir a mi oficina.
Tenía que acabar de revisar y corregir algunas facturas que tenia pendientes del viernes antes de que el trabajo se me acumulara.
-Buenos días.
-Hola, Franklin. –Se sentó frente a mí.
-¿Terminaste de corregir las facturas de la semana pasada?
-Estoy en ello. –Asintió y yo seguí con mis cálculos. –Ah, antes de que se me olvide. Valeria quiere que vayas a verla al recital de ballet.
-¿Qué día?
-El viernes de la semana que viene, a las seis. En la escuela.
-Entonces dile que allí estaré. –Sonreí para volver la cabeza a las facturas.
Habíamos apuntado a Valentina en ballet desde los cuatros años. Los gemelos iban a fútbol y Nairo... Aún estábamos buscándole una actividad extraescolar que le gustase.
-¿Qué tal mi ahijado?
-Bien. Empezó hoy la universidad...
-¿Y que tiene de malo?
-Nada, es solo que... –Escribí el último número para dejar el lápiz sobre la mesa. –Pienso que debería dejar a esa chica...
-¿A Alicia? ¿Por qué?
-Porque tiene que vivir la vida, Frank. Tiene que disfrutar de lo poco que le queda de adolescencia. Salir, quedar con chicas, divertirse...
-¿Estás celosa de ella?
-No. –Fruncí el ceño. ¿Es que ahora tengo que estar siempre celosa de alguien? –Déjalo. No me entiendes.
-Creo que te refieres a que teniendo novia no disfruta de la misma manera.
-Exacto. No es lo mismo ir a una fiesta soltero que comprometido.
-Pero eso es lo que él quiere. –Se encogió de hombros mientras yo negaba con la cabeza.
-Bueno, ten. Ya están todas corregidas.
-Está bien. Gracias. –Junté todas las facturas y las volví a meter en la carpeta negra para dársela.
Tenía que buscar alguna solución para que Daniel entrara en razón.
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Familia. {NDN#2}
Storie breviSí leíste el libro de "Nunca Dije Nada", esta es la historia que te gustaría seguir leyendo. ¿Quieres seguir averiguando sobre la vida de nuestros queridos amigos? Pues esta es la historia indicada. Te sorprenderán los cambios que hay en la vida de...