Capituló 12

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Me encontraba cambiándome para acompañar a mi padre a Miyagi-do a dejar algunas cosas ahí

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Me encontraba cambiándome para acompañar a mi padre a Miyagi-do a dejar algunas cosas ahí. Al terminar de arreglarme fui para afuera donde me esperaba mi padre adentro de su auto con algunas cajas.

Sam y yo no nos hemos hablado desde el día que la miré con Miguel en el miyagi-do, Robby y yo hemos salido más de lo normal, creo que me ayuda a olvidarme lo sucedido.

Al llegar al miyagi le ayuda a mi padre con bajar algunas cajas y abrimos la puerta llevándonos una sorpresa. Miguel y Sam en el suelo dándose besos. Me les quede mirando seria para luego seguir caminando dejando las cajas en una esquina del lugar y salí yendo al tanque tocando el agua.

— Hola —escuchó una voz varonil atrás de mi haciendo que lo miré viendo a Miguel, rodee los ojos y me levanté empezando a caminar—. ¿Podemos hablar? —me detuve y lo miré—

— ¿De que? No somos pareja, puedes estar con quien quieras.

— No entiendo nada, ¿primero te pones mal cuando me vez a mi y a Sam dándonos besos y luego cuando quiero hablar sobre eso dices que puedo estar con quien quiera? —me pregunta confundido—

Me quede mirando a Miguel para luego volver al auto de mi padre y sacar otras cajas y ponerlas en el mismo lugar.

[...]

Me había quedado un rato más en el miyagi en lo que esperaba que mi padre arreglara las cosas con Miguel al ser nuevamente la pareja de Sam, me quedaba en el tanque haciendo lo mismo, tocando el agua sintiendo lo fría que está.

— ¡Raquel, es hora de irnos! —escuchó como mi padre grita haciendo que me levante y vaya para donde estaba—. Tenemos que irnos, tú madre nos necesita.

Solo asentí con la cabeza y me fui al auto sin despedirme de ninguno de los dos. Mi padre no duró mucho hablando con los chicos.

— ¿Como puedes aceptar que tu hija esté saliendo con Miguel? Es mi ex-novio —dije enojada mirando a mi padre, solo escuchó como suelta un suspiro cansado—

— Como acepte que tu y Miguel salieran sabiendo que fue el ex-novio de tu hermana —me contesta—

— ¿Ahora aceptas que Miguel y yo salimos? Nunca aceptaste lo nuestro, me hiciste terminarlo por tu estupida rivalidad con el sensei Lawrence.

— ¡Oye! Ya basta —me alza la voz—. Entiendo que sea difícil para ti, Raquel. Pero lo tienes que aceptar como lo hizo tu hermana.

— ¿Solo porque es Sam tengo que aceptar que salga con mi ex-novio? —mi padre se quedó callado mirando la carretera—. ¿Me puedes llevar a casa? Ya no tengo ganas de ir con mamá.

Me quede mirando la ventana ignorando por completo a mi padre, solo quería llegar a casa y encerrarme en mi habitación. En el momento que llegamos a casa ni siquiera deje que mi padre hablara cuando baje del auto y entre a la casa dejando caer la puerta haciendo un fuerte ruido. Me encerré en mi habitación con seguro y me tire a la cama jugando con la punta de mi almohada.

[...]

— ¿Aún quieres a Miguel? —me pregunta Mikaela a través de la computadora—

— No lo termine porque lo deje de amar, lo termine por mi padre. Claro que lo sigo queriendo y siempre lo querré, creí que podíamos volver, pero creo que no —dije desviando la mirada de la pantalla—

— Oye, no he visto demasiado a Miguel y tampoco lo conozco, pero se que le sigues gustando. Y tal vez con lo que está pasando ahora no lo creas, pero confía en mi, Raquel. El te sigue amando y creo que mas que a Sam. Ustedes están destinados a estar juntos —me quede mirando la pantalla viendo a Mikaela y se me formó una pequeña sonrisa—. Tengo una corazonada.

— Si tu lo dices.

Mikaela y yo empezamos hablar sobre otra cosa, quería dejar de lado el tema de Miguel y Sam. Me llegó una notificación en WhatsApp, lo abro desde mi laptop y miré de quien era haciendo que una sonrisa se me forme.

— ¿Quien te está haciendo sonreír tanto? —me pregunta Mikaela divertida—

— No es nadie, ¿nos vemos mañana? —le preguntó y ella acepta a lo que me despedí y acabé con la llamada—

Salí de mi habitación y de la casa mirando a Robby afuera con una malteada en sus manos, me acerqué a él y tomo la malteada.

— ¿Qué haces aquí?

— Bueno, me digo un pajarito que no te sentías bien y que quería salir de casa, así que aquí estoy. Tú Salvador —se me escapó una risa haciendo que el igualmente se ría—

— Gracias, Robby.

— Lo que sea para que mi mejor amiga esté bien —pone una mano en mi mejilla—

Me quede un rato con Robby afuera de casa tomando de nuestras malteadas mientras hablábamos y jugábamos un poco, divirtiéndonos, eso es lo que estábamos haciendo.

Nota de la Autora: Dos capitulós en un día, festejen y dos capitulos que terminan con Robby, aquí posiblemente se haga una pareja, ¿o ustedes que dicen?
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𝔏𝔢𝔳𝔞𝔫𝔱𝔞𝔱𝔢 𝒴  𝔓𝔢𝔩𝔢𝔞 /Miguel Diaz/ [Parte Dos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora