Capitulo 1

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SASUKE

El azabache se encontraba en la escuela, abrió su casillero notando que de este cayo una nota la cual llamo su atención.

"Siempre tan serio y amargado, apuesto que en la cama eres diferente, lo que se esconde debajo de tu ropa es de gran tamaño, espero el día en donde lo pueda sentir dentro de mi.

Te deseo, mío caro."

Después de haber terminado de leer la carta su mente se quedo con en blanco, ¿que carajos acaba de leer? y lo mas importante, ¿Quién se creía esa tipa para enviársela?. Soltó un suspiro con intención de calmarse, tomo la cámara, para después volver a su salón sin importar quien fuera aquella lunática.

Siempre recibía cartas de admiradoras, pero nunca habia recibido una de una pervertida, se sentó en su butaca con intención de poner atención a la clase.

Cuando esta acabo noto de nuevo aquella hermosa peli-rosa mirando hacia la ventana. Su cámara enfoco el hermoso rostro de la chica para después tomarle una foto, una vez feliz con el resultado camino hacia el patio de la escuela.

Empezó a ver las fotos que tenia en su cámara, hacia ya dos meses desde que aquella peli-rosa se habia convertido en su vecina. Desde el primer día que la vio provoco sensaciones en su entre pierna. Su cámara estaba repleta de foto de ella, en ropa interior, recién salida del baño y demás. Aquella chica era demasiado descuidada al cambiarse a plena luz del día en la ventana, pero para el era mas que perfecto verla de esa manera.

Odiaba pensar que alguien mas también la estaba viendo, muy pronto seria de el y no dejaría que nadie la tocara o siquiera la mirara, la marcaría como suya tarde o temprano, quisiera o no.

Se notaba que aquella chica aparentaba ser reservada, cuando en realidad no lo era, la habia seguido algunas noches en medio de la madrugada, solo para darse cuenta de que tenia una vida nocturna demasiado libertina. Quien pensaría que aquella mota rosa en realidad era una bailaría exótica. El ver como los demás se la comían con la mirada le causaba un gran cólera.

El timbre que anunciaba el fin del receso lo saco de sus pensamientos. Su día transcurrió con normalidad, hasta que llego la hora de salida donde se acerco a la peli-rosa con intención de hacerle una propuesta.

—Sakura—la llamo y aquella chica volteo a verla sin mucho interés.

—¿Necesitas algo?—le respondió la chica mientras sentía la intensa mirada del azabache.

—Mi madre preparo tarta de manzana hoy, me preguntaba si, ¿te gustaría comer con nosotros esta tarde?, para conocernos mejor—dijo el con una sonrisa.

—Seria un gusto—le respondió la peli-rosa con una sonrisa, inevitablemente el azabache volteo a ver aquellos carnosos labios rosados. Tan solo quería tenerla entre su brazos para despues someterla hasta déjala sin aliento mordisqueando aquellos labios que lo tentaban todos los días.

Ambos empezaron a caminar juntos hacia la casa del azabache, todo era un silencio, mientras trataba de reprimir sus instintos. Solo recordar lo bien que se veía bailando, talvez compraría un privado, pero eso significaría una mala imagen de el para la peli-rosa. Demonios desde donde lo mirara no sabia como acercarse a la chica sin sonar como el acosador.

Llegaron a su casa donde la invitó a pasar. El solo pensar que ella fingía inocencia lo excitaba, si no se controlaba iba a terminar con una gran erección en los pantalones, pero aquella diminuta falda no lo dejaba concentrarse. Dios, tenía que empezar a controlarse.

La chica se sentó en la mesa, en realidad no estaba su madre, ella llegaba hasta la noche, así que tenía la casa sola. Empezó a preparar algo rápido mientras la chica lo esperaba, pronto frente a ella había unas gyozas rellenas de carne de puerco, una bebida y una porción de tarta de manzana.

Comían en completo silencio. El no dejaba de verla, cosa que era demasiado obvia.

—Gracias por la comida de hoy, estuvo deliciosa—dijo la peli-rosa con un sonrisa.

*Seguro tus senos saben mejor*

Pensó el ante las palabras de la chica y es que esta llevaba la camisa del colegio desabotonada dejando ver su escote.

—Puedes venir cuando quieras—le dijo el con una voz ronca.

—En ese casa vendré mañana—dijo la peli-rosa para después marcharse dejando al azabache sorprendió.

Cerro la puerta y se dirigió a su cuarto, viendo a través de la cortina como la peli-rosa entraba a su habitación y se empezaba a quitar la playera. Como de costumbre antes de quitarse el sostén cerraba la cortina, dejando al azabache con ansias de más, deseaba verla por completo.

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SAKURA

Una sonrisa estaba en los labios de la peli-rosa al saber que el azabache la veía a través de la venta, le encantaba jugar con la mente de aquel chico. Esperaba que su nota le haya provocado algo. Estaba anocheciendo y se estaba alistando para irse a su trabajo.

Vivía sola desde que su padres a corrieron de la casa por su trabajo. Salió a plena noche con una sudadera que cubría su cuerpo por completo. Después de unos minutos caminando llegó a su trabajo donde rápidamente empezó a hacer su rutina de calentamiento.

Cómo de costumbre los hombres la devoraban en con la miraba, bailaba pensando que el azabache la veía, provocando un rubor en sus mejillas por la excitación de que el azabache la viera en su mente.

Realmente lo quería para ella, pero esperaría a que el azabache se lanzará solo a sus brazos. Miro a su alrededor con la esperanza de que alguna vez el la viera. A pesar de toda la ropa que usaba el chico reconocía aquellos ojos oscuros que la excitaban a más no poder.

Dulce cerezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora