ཋྀ | Capítulo seis.

203 44 21
                                    

Sus puños se cerraron con fuerza y KyungSoo se forzó a despertar de aquel trance en el que estaba, siendo incapaz de actuar con claridad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus puños se cerraron con fuerza y KyungSoo se forzó a despertar de aquel trance en el que estaba, siendo incapaz de actuar con claridad.

Debía haberse vuelto loco.

Quién lo diría, el hombre que pensaba las cosas dos veces antes de hacerlas, envuelto en una situación tan vergonzosa sólo por su impulsividad. Do no se sentía en sus cabales.

― ¿Qué carajos estoy haciendo? ― Murmuró para sí mismo, recargando su peso en la pared cercana, tomando bocanadas de aire.

KyungSoo no podía parar de pensar en una razón coherente a sus erráticos movimientos, ¿por qué esto le estaba sucediendo? Nunca se había sentido así de tembloroso y, hasta un punto, frágil.

Lo detestaba completamente, pero su lobo interior no dejaba de aullar en busca de calmar el remolino de emociones adentro suyo, y eso le ponía susceptible a su alrededor.

Debía irse de allí cuanto antes, o corría el riesgo de que alguien lo viera en aquel estado tan vulnerable. Eso era lo último que necesitaba.

― Mierda, mierda... ¿qué hago? ― En busca de respuestas a las cuales no tenía acceso, KyungSoo mordió su labio inferior con ansiedad. Un mal hábito que aún conservaba de su etapa adolescente, donde cada vez que se sentía triste u herido, magullaba sus pobres labios en busca de alivianar sus hirientes pensamientos.

Un momento después, degustó el sabor metálico de la sangre.

En todos sus años de vida jamás había experimentado algo igual a estos caóticos sentimientos, y le asustaba en cierta manera. La indesición hacía mucho que la había dejado atrás, y que ahora volviera era de lo peor, porque comenzó a volver a tener todo bajo control luego de superarlo a él. Pero esto era algo que lo superaba en demasía.

Maldiciendo, hizo uso de la poca fuerza de voluntad que aún conservaba, y con lentitud se incorporó de nuevo. Se encaminó hasta llegar a la zona de descanso, donde dejó en unas de las mesas el informe que se suponía que debía haber entregado, y rebuscó en sus bolsillos un poco de dinero para comprarse en una de las máquinas expendedoras algo que le aportara energía.

Miró por todo el lugar, no se hallaba ningún alma en aquellos momentos. Pues claro, a esa hora todos estaban metidos en sus computadoras trabajando, entregando sus deberes lo antes posible para poder salir más temprano.

― Hey, ¿estás bien?

Su corazón saltó del susto.

Giró su cabeza al instante, podía reconocer aquella voz aún si estuviera ciego.

Su cuerpo reaccionó a su tono bajo, y KyungSoo se estremeció cuando su lobo sorpresivamente se calmó al notar la presencia de ChanYeol, y por raro que parezca, a su parte humana también le hizo bien tenerlo cerca.

Si lo detestaba tanto, ¿por qué todo mejoró con su simple presencia? KyungSoo seguía sin entenderlo.

― Yo... no lo sé. ― Contestó, y odió que su voz saliera con tanta duda, porque dejaba en evidencia su clara aflicción.

Mantuvo firme su mirada.

Pero se debilitó un poco cuando un escalofrío le recorrió de pies a cabeza ante la escudriñadora mirada de ChanYeol, que lo inspeccionaba de pies a cabeza, haciendo un parate en la zona de su boca, viendo la herida que KyungSoo se había hecho momentos antes de su llegada.

Tal vez luego se arrepentiría, pero ahora estaba desquiciado. ¿Desde cuándo KyungSoo había adoptado una personalidad tan sumisa ante ChanYeol? Ambos eran unos alfas, quien lo viera pensaría que era un claro error antinatural.

― ¿Quién te hizo esa herida? ― ChanYeol se atrevió a acercar su mano hasta una de las mejillas de KyungSoo, y la acarició con su pulgar con extrema delicadeza, temeroso a quedarse sin un brazo por haberle tocado ―. Si necesitas ayuda en algo, sólo dime.

Y tuvo razón al ir con cautela, pues KyungSoo apretó su mandíbula, y luego manoteó su mano para mandarla lejos de él.

― Ni siquiera pienses en tocarme de nuevo, Park. Nadie me lastimó, y me ayudarías mucho si te largaras de una buena vez. ― Y diciendo esas palabras, se apartó abruptamente, incorporándose.

ChanYeol sólo esbozó una pequeña sonrisa, burlón. Metió sus manos en los bolsillos de su pantalón negro, y observó el ceño fruncido de KyungSoo.

― Creo que tú también lo has sentido, KyungSoo, no intentes negar lo evidente. ― Acercándose peligrosamente, acortó la poca distancia que los separaba ―. ¿Por qué no lo aceptas?

Con una mirada desafiante, puso sus manos sobre el pecho de ChanYeol, buscando así impedir que se aproximara más. Su mente no pudo dejar de pensar en lo duro que se sintió la piel debajo de aquella bonita camisa celeste.

― Tengo cosas que hacer, compermiso. ― Intentó esquivarlo, pero ChanYeol se movió para impedirle el paso.

― Oh no, Soo, ésta vez no voy a dejar que escapes como lo hiciste la última vez.

― Oh no, Soo, ésta vez no voy a dejar que escapes como lo hiciste la última vez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿qué les pareció el capítulo? me encantaría saber sus opiniones ♡

gracias por leer!

Insolite - 𝑝𝑐𝑦. 𝑑𝑘𝑠 𝅄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora