Capítulo XIII

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Lauren había decidido no contarle nada a Camila, hacerlo iba en contra de su código profesional, simplemente se quedó sentada escuchándola quejarse de la vida, de vez en cuando no podía evitar dibujar sonrisas en su rostro, lo que causaba que Camila le soltara pequeños golpes en los brazos creyendo que Lauren se burlaba de ella, pero lo que la chica Cabello no sabía era que hacia que la inspectora entrada en una burbuja de amor cuando estaba cerca de ella, cuando la escuchaba hablar y quejarse, simplemente su presencia la llevaba a otro planeta.

-Lauren, no me estás prestando atención -se quejo haciendo pucheros.

-Claro que te presto atención, es solo que me quedo hipnotizada mirándote - le respondió, dejándose llevar por lo que sentía.

Camila sonrió mirándola con intensidad, esta vez fue ella quien se hipnotizó y quedó volando en ese brillante esmeralda de sus ojos, la chica se acercó a ella y le tomó el rostro entre sus manos contemplándola.

-Eres extremadamente hermosa - le dijo la Cabello casi en un susurró.

-Tú lo eres aún más - le respondió, colocando su mirada en los finos y rosados labios de la menor.

Esa fue la noche en la que Lauren dejo los prejuicios a un lado y se dejó llevar por el deseo que ardía dentro de ella, tomando los labios de Camila en un apasionado beso sus cuerpos se conectaron por primera vez, llevándola con sus piernas alrededor de su cintura hacia su cama, en donde las caricias y los gemidos dieron paso a la lujuria, sus cuerpos sudados y deseosos de poseerse tomaron protagonismo.

La inspectora había estado íntimamente con varias mujeres, pero nunca había sentido lo que con Camila, tal vez el causante de ese nuevo sentimiento eran las ganas reprimidas, habían sido incontrolables las veces que entre besos sus cuerpos pedían más y era ella misma quien daba un alto, pero esa noche, antes de que Camila se convirtiera en la señora Mahone, las cosas cambiaron sus almas pedían a gritos entregarse en cuerpo, y fue así, como Lauren hizo suya a Camila.

-Necesitaba esto - le dijo Camila, con su respiración agitada.

-No podemos y no debemos hacer esto algo de una segunda vez, mañana serás una mujer casada - le dijo, mirándola a su lado, ambas con sus cuerpos desnudos.

-Sabes bien que no lo quiero, a quien quiero es a ti Lauren y si pudiera, con quien me estaría casando seria contigo.

Aquello hizo que la piel de Lauren se erizara, no sabía si por la emoción de escuchar esa frase "casarme contigo", salir de la boca de Camila, o porque en realidad le daba terror volver a pensar en un compromiso como ese.

-Pero la realidad es otra Camz, vas a casarte y yo debo alejarme.

-No podrás simplemente alejarme de ti y mucho menos después de lo que hiciste con tu lengua ahí abajo - le dijo de manera sensual muy cerca de sus labios.

Lauren la miro mordiéndose el labio inferior antes de tomarla nuevamente y hacerle el amor, como si de eso dependiera su vida.

La chica Cabello despertó al día siguiente sintiendo una paz interior, hace muchísimo tiempo que no dormía tan plácidamente como esa noche, se estiró un poco y sintió a su lado el cuerpo desnudó y cálido de Lauren, estaba profundamente dormida, Camila no pudo evitar sonreír al mirarla, cuanto daría por despertar de esa forma en lo que le restaba de vida, pero al sonar su teléfono se dio cuenta, que su triste realidad era otra, una llamada entrante de su madre, quien le pedía a gritos que regresara a casa, eran las once de la mañana y exactamente a las dos debía estar en la iglesia.

-Buenos días - le saludo Lauren, entre dormida y despierta.

-Buen día, discúlpame por despertarte, pero ya debo irme - le dijo con pena.

Lauren se recompuso en la cama, bajando la mirada con tristeza, tenía una leve sensación de que esa sería la última vez que estaría de esa forma con Camila, aquello le dolía en el pecho.

-Espero que seas muy feliz con el - fue lo que su dolor le dejó decir.

-Eso no va a pasar, no seré feliz con el, yo quiero que me permitas dejar verte siempre, seguir como ahora, no quiero perderte Lauren, créeme que cuando tenga la primera oportunidad voy a divorciarme de él y luchare por ti.

Se besaron con mucha intensidad, con un terrible miedo que las arropaba, sin saber si aquello volvería a repetirse, por una parte Lauren entendía qué tal vez eso no pasaría pues, estaba previsto que hoy se llevaría acabo la aprensión de los Mahone y de Alejandro Cabello, y seguramente eso daría paso a su despedida con Camila, la chica no iba a perdonarle esa acción.

-Vendré a verte en lo que pueda, convencí al idiota de mi futuro marido de no irnos de Luna de miel, mucho ya tengo con imaginar pasar una noche con el, que puto asco joder - se quejó Camila mientras se vestía en frente de Lauren.

-Veremos qué pasa - le contestó Lauren con seriedad.

Los nervios de Camila estaban a flor de piel y aquello no le daba las fuerzas necesarias para seguir con aquella discusión, solo estaba deseando que ese día terminara de una vez por todas, hoy más que nunca detestaba su vida y lo que estaba a punto de hacer.

Al salir Camila de su casa, Lauren se arregló rápidamente, había recibido una llamada de Dinah notificándole que Mahone padre, había ordenado a sus hombres custodiar la boda de su primogénito, aquello complicaba más las cosas, lo más seguro era que terminara todo en un enfrentamiento para evitar la aprensión de los jefes, la inspectora respiró profundo debatiendo internamente consigo misma, un remordimiento la abrumó, pensaba en Camila y su pequeña hermana, pensó también en el motivo por el cual estaba haciendo de verdad todo aquello, ¿era por el honor? O ¿por qué de verdad no quería que Camila se casara?, dio un fuerte golpe en el volante de su auto con frustración, se estaba arrepintiéndo de lo que tenía planeado hacer.

-Creo que deberíamos organizar todo con más calma, en la iglesia habrán muchas personas, puede alguien inocente salir herido, creo que la mejor manera de hacer esto es interceptadolos en los galpones - comentó la inspectora, en frente de varios de sus oficiales.

-Concuerdo con usted inspectora, sería derramar sangre inocente - dijo Martínez.

-Pero podemos ir a vigilarlos a la iglesia y ver qué se puede sacar de eso - intervino Romero.

-¿Que se va a sacar Romero? - pregunto con ironía la inspectora, mirándolo con mala cara.

-Gilipollas eres tú eh, ¡es una puñetera boda!, ¿que cojones vamos a sacar de ella?, a donde debemos ir a vigilar es a los galpones, ahí está todo - intervino Dinah.

Dinah podía notar la incomodidad de Lauren y aunque ir a la boda no era una mala idea, sabía que aquello pondría peor a su amiga, por lo que insistió en que debían asentarse en los galpones y alejarla un poco de ese caos interno, estaba clara que, era ya lo bastante doloroso no poder evitar que Camila se casara con el chico, como para ir a verlo en primera plana.

-Todo saldrá bien - le dijo Dinah, colocando su mano en el hombro de su amiga, quería demostrarle todo su apoyo.

-Estuvimos juntas anoche - le confesó, una vez la sala de reuniones había quedado vacía, estando solo ellas dos.

-¡¿Habéis follado por fin?! - le preguntó con emoción.

-¡Shhhh!, calla joder - le pidió, mirando hacia la puerta.

-Perdona, es que después de tanto que han aguantando, saber que lo hicieron mola, ¿y qué tal es en la cama la chavala? - le preguntó con picardía, dándole un pequeño empujóncito.

Con mucha dificultad, pero sin poder evitarlo, Lauren esbozó una tierna sonrisa al recordar todo de la noche anterior, los besos de Camila por todo su cuerpo, los susurros con sabor a té quiero, los gemidos ahogados, sus cuerpos sudados haciendo ficción, y el poseerse la una a la otra, no había nada más que le diera placer en el mundo que eso, imaginarse haciendo el amor con Camila, era lo único que en ese momento le daba paz entre tanta tempestad.

Una Bala Directo al Corazón - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora