Capítulo 1: El regalo

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Versión corregida: 23/11/15

Hace ya una semana que había terminado con Ron, nos habíamos hecho novios al salir de Hogwarts, teníamos cinco años de relación, pero las idas y venidas de Ron como jugador de quidich, hizo que la relación se perdiera, cuando estaba en Londres igual tenía que entrenar y nunca podíamos salir, solo me veía cuando en la noche, cansado, se acostaba a dormir. No sé cuando se acabo el amor, pero cuando me di cuenta, ya no me importaba si estaba o no a mi lado, y Ron pensaba lo mismo, así que un día nos sinceramos y dejamos la relación, pero igual quedamos como amigos.

-Buenos días señorita Granger, le llego un paquete y se lo deje en el escritorio-me dijo mi secretaria, luego de graduarme empecé a trabajar en el ministerio de control de criaturas mágicas

-Gracias Alina-le dije mientras ingresaba a mi oficina, me encantaba el lugar, era pequeño pero confortable, estaba pintado de azul, con cuadros colgados en las paredes, con un gran escritorio en el centro, adornado con varias fotos de mis padres y amigos. Encima de el había un paquete muy colorido, me imaginaba que era de Fred y George, solo ellos usaban colores tan llamativos. Al acercarme vi que era una caja de chocolates

-ahhh, que bien-dije mientras lo abría y agarraba un chocolate negro, me senté en mi silla y agarre una carta pegada a la caja, saboreando el delicioso chocolate

Hola Hermione!

nos enteramos de tu ruptura, ya era hora mujer!

te enviamos estos chocolates, son nuestra ultima invención!

espero que los disfrutes y que nos des tu opinión luego de probarlos

los chocolates blancos tienen una poción para aumentar la felicidad y los negros para subir el libido sexual

disfrútalos!

Pdta.: ¡No comas más de dos porque son muy potentes!

La carta se me cayó de las manos, mirando ofensivamente la caja que tenía tres chocolates negros menos

-No puede ser, ¿y ahora qué hago? ¡tontos gemelos y sus bromas!-pensé mientras botaba los chocolates a la papelera-¿libido sexual? y ¿ahora como hago para quitarme eso?...-pensaba algún hechizo o poción cuando tocaron la puerta

-Pase-dije

-Señorita Granger llego su reunión de las nueve, ¿lo hago pasar?-pregunto mi secretaria

-Sí, déjalo pasar-respondí mientras rogaba que los malditos chocolates hicieran efecto luego de la reunión

-Buenos días Granger-saludo Malfoy entrando a la oficina, él era el jefe del departamento de cooperación mágica internacional, luego de la guerra se podría decir que nos tolerábamos, debido a las relaciones entre ambos departamentos-vine por los permisos para trasportar los ogros a Londres, se ha dispuesto que sea para... -seguía hablando y hablando pero mi mente no prestaba atención a sus palabras, lo único que veía era como movía los labios mientras hablaba, nunca me había dado cuenta de cuan deliciosos se veían, ni como los músculos se le marcaban debajo de ese traje hecho a la medida, quería despeinarle esa cabellera pulcramente acomodada, besar ese cuello, sentir como esas grandes manos la recorrían entera, sentía como se excitaba con cada pensamiento-...y...Granger?...me estas escuchando?-me pregunto bruscamente sacándome de mi estupor

-Si claro-respondí automáticamente

-¿Estás bien? te noto alterada-me pregunto frunciendo el ceño

-Sí, estoy bien-respondí-es solo que me comí unos chocolates y ahora quiero arrancarte la ropa a mordiscos y lamerte de arriba abajo -dije para mis adentros-aunque me duele mucho la cabeza, creo que mejor me voy a casa-fingí sobarme la cabeza mientras me levantaba rodeando el escritorio, debía marcharme lo más pronto posible antes de que lo viole en la oficina

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