1° año, Capítulo 17: Mother's little helper

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13 de Agosto, 1966

— Muy bien, señor Aeneas, cuénteme, ¿Qué lo trae por acá? —Dijo el señor con bata blanca mientras tomaba el rostro de Berbi al mismo tiempo que comenzaba a abrirle sus ojos para revisarle.

«¿Qué quiere que le cuente?» pensó. Era cierto que todo tras aquel accidente en el lago se había vuelto más confuso de lo normal, aunque no le desagradaba en absoluto, ya que ahora pasaban mucho más tiempo juntos todos ellos, incluso los acompañaban a jugar por el bosque que estaba rodeando al río en el que solían bañarse, ya casi no los dejaban ir solos a ningún lado, sobre todo ahora que tenían un nuevo inquilino en casa, Baktrik, quien, si no estaba duchándose en el baño, estaba volando en su escoba o haciendo algún dibujo, pero casi siempre acompañado de Andrew, con quien hablaba gran parte del tiempo, volviéndose casi el único gran pasatiempo del adulto.

Él, por su parte, no podía quejarse mucho, había vuelto a tener aquellas tardes de música con Eskol, en las cuales se estiraban en la cama a charlar sobre la vida mientras escuchaban ese caset "Aftermath" de los Rolling Stones al ritmo de esa canción que hablaba sobre aquella píldora que ayudaría a las madres a relajarse, incluso le ayudó a poder tocarla en la guitarra, bueno, él lo admiraba mientras el peliblanco intentaba tocar algo que sonaba "parecido", pero que hacía que esas tardes se volvieran de sus favoritas, sobre todo porque su hermano le contaba algunas cosas de cuando eran pequeños, como el hecho de que a Berbi le gustaba dormir junto a él en la cama cuando compartían cuarto en Cardiff, pasándose algunas noches de madrugada mientras el castaño estaba durmiendo, algo que, por supuesto, no había recordado en absoluto si no fuera por aquel relato. También se estaba haciendo habitual salir con su padre y Bælfire a explorar por los bosques aledaños a su pueblo en donde no solo aprendían un poco más sobre la historia de aquel lugar, el que, al parecer, había sido sitio de muchas batallas junto a numerosos reinados a lo largo de todos los años, sino que también sobre historia de la magia de todo ese país junto a uno que otro hechizo que el Aeneas mayor les enseñaba a sus hijos para defenderse por si algo los atacaba, es más, incluso descubrió que allí había nacido Godric Gryffindor quien, a sorpresa del peliblanco, también era el fundador de la casa de Gryffindor, sintiéndose grandioso de poder vivir allí, tal vez era el destino haciéndole saber que él era un digno miembro de dicho lugar, aunque se sorprendió que no todos sus habitantes vistieran el rojo, o que se le permitiera vivir a Slytherin ¿No que ellos eran los rivales?.

Por otro lado, habían sido más de 8 cartas en total las que se habían intercambiado con su misterioso amigo por correspondencia en estas últimas 4 semanas, en las cuales se habían contado sobre casi toda su vida, enterándose de que aquel chico no hacía absolutamente nada entretenido en sus vacaciones, además que le gustaba leer, el ajedrez, los dulces de café que Berbi le enviaba cada semana, los pasteles de calabaza y los pudines Yorkshire, además de enterarse que él tenía dos hermanos más por parte de su padre, a quien veía casi una vez al mes ya que vivía a solas con su madre, por lo que no conocía a aquellos con quienes compartía la mitad de su sangre, es más, desconocía si estos sabían sobre su existencia. Él, por su parte, le había contado sobre el porqué Bronwen era una persona no deseable a pesar de tener una cara bonita, junto con todo sobre su familia, evitando mencionar que era hijo y hermano de dos profesores del colegio para evitar que luego todo el mundo se enterara de ello, pensaran que le obsequiaban la nota o algo por el estilo, incluso temía que lo comenzaran a comparar con su increíble padre siendo que él era malo en todo, aunque también le contó de su obsesión por los Rolling Stones, que adoraba aquel extraño cantante llamado David Bowie, los dulces con sabor a limón, su intento por tocar guitarra, sus miles de preguntas que tenía sobre la vida, además de su pasión por la historia medieval.

Sin embargo, todo aquello que podía verse como un mes glorioso se veía manchado por la dudosa actitud que estaba teniendo su melliza, quien se había vuelto distante tanto de su hermano como del resto de la familia, cada vez pasaba menos tiempo con ellos, incluso ya casi no hacía las actividades que tanto le gustaba como ir a caminar por el bosque, explorar o hacer cualquier cosa en conjunto, ahora prefería pasar gran parte del día en su cuarto, leyendo aquellas revistas de chicas que hablaban de moda, novios, peinados y todas esas cosas que el albino encontraba absurdas, aunque también salía sola a caminar por el pueblo, bueno, algunas veces lo hacía acompañada de Saint Claire, incluso había comenzado a ocupar un labial coral que le hacía ver los labios muchos más brillosos de lo normal, el que nadie sabía de dónde lo había sacado, pero que provocaba a las señoras vecinas murmurar a su paso al mismo tiempo que los chicos se volteaban a admirarla boquiabiertos, enojando a sus madres por aquel atrevido acto de "desear a una chica que desde pequeña se comporta vulgar", comentario que hacía a River o Eskol salir a defenderla, tratando de retrógradas a todo aquel se atreviera a decir algo sobre su pequeña, lo que lo enfrascaba en una discusión constante sobre su liberal forma de crianza, junto a su pervertida relación al permitir que dos hombres criaran solos a esos pequeños, pelea que siempre acababa con su padre o Eskol mandando a la mierda a aquellas personas, aunque este último siempre era quien usaba más palabrotas de tres idiomas distintos en la discusión, siendo las más frecuentes aquellas en español. Por otro lado, también debían admitir que les agradaba el hecho de que la casa quedaba reluciente cuando ella se quedaba sola allí mientras salían, aunque esos les hacía sentir como si ellos fueran los principales culpables de ensuciarla.

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