Hace un año, Lauren había luchado contra duros ataques de ansiedad que le provocó el proceso de divorcio, ahora encerrada entre cuatro paredes en su oficina sentía que volvían, se debatía entre lo que debía y no debía hacer, faltaban exactamente una hora para que Camila diera el sí, y era la oportunidad perfecta para salvarla de aquel infierno que se le avecinaba, pero tal parecía que las cosas no estaban a su favor.
-Inspectora, el jefe quiere hablar con usted en su oficina - escucho decir a su secretaria a través del interlocutor.
-Joder, lo que faltaba - dijo, dejando escapar un suspiro de fastidio.
Se encaminó hacia la oficina de aquel hombre mayor, deseando que no le pidiera otro favor como el del programa, era lo último que necesitaba ahora.
-Señor, me mando a llamar - le dijo, asomándose por la puerta.
-Inspectora Jáuregui, pasa por favor - le invito, apagando su cigarrillo en el cenicero con la bandera de México.
Lauren entro y tomó asiento frente al hombre, quien la miro con una sonrisa.
-Inspectora, ¿muchos casos importantes? - pregunto.
El sexto sentido de Lauren se activó en ese momento, algo le decía que aquel hombre quería indagar sobre el caso de Mahone y Cabello.
-Bueno, por ahora más de lo mismo señor -le respondió con tranquilidad.
-Me han informado que estás investigando al señor Mahone y al señor Cabello, verás inspectora Jauregui, ambas familias son grandes aliadas del cuerpo policial, y creo que no sería correcto perder el tiempo en eso, son hombres respetables y no entiendo porque ahora te has empeñado en ellos.
Lauren no podía creer lo que estaba pasando, ese hombre, su ejemplo a seguir, le estaba pidiendo que desistiera del caso por tratarse de gente poderosa, gente poderosa de la cual seguramente recibía algún beneficio. Sabía perfectamente que había corruption en el cuerpo policial, pero jamás pensó que ese hombre sería parte de eso, prácticamente estaba perdiendo la fe en todo.
-Señor, tenemos pruebas y ...
-Lauren - la detuvo, hablando con seriedad.
Nunca lo había visto en ese papel, la situación iba muy enserio, las expresiones en su rostro se lo hacían ver.
-Eres muy importante y te aprecio, por lo mismo té pido y exijo que desistas de esa investigación, es un error, ¿quedó claro?.
No había forma de protestar, era el jefe y lo conocía perfectamente, nada de lo que dijera ahora lo haría cambiar de parecer, era un corrupto igual que muchos de alto rango y eso la decepcionaba.
-Como diga - le dijo, deseando salir de esa oficina.
El aire le faltaba, si hace un momento tenía dudas sobre cómo actuar, ahora ya lo tenía todo claro, no podría ayudar a Camila, ahora menos que nunca.
-Tia, es que me parece esto una chorrada, joder que lo creería de otra persona menos del jefe - comentaba Dinah con asombro.
Ambas chicas estaban sentadas en una mesa del bar más cercano a la comisaría, Lauren meditaba con una copa de martini su triste y desesperante realidad, no era de tomar hasta emborracharse, pero ese día quería hacerlo, necesitaba olvidarse de todo.
-Lauren - le llamó Dinah, casi en un susurro.
-Dejalo Dinah - se quejo, cabizbaja.
-Ya está guapa, vamos a casa - le insistió, al ver que Lauren había llegado a su punto máximo.
De camino al apartamento de Lauren, esta no dejaba de repetir que ya Camila se había casado y que no sabía cómo viviría con eso, a lo que Dinah se interesó, pues nunca había visto a su amiga de ese modo, ni cuando se enteró de la infidelidad de Ainoa le dio por beber y hablar de ese modo, tal parecía que Camila Cabello le había tocado el alma de una forma diferente.
-Prométeme que te vas a quedar dormida, prométemelo gilipollas- le dijo su amiga, mientras le ayudaba a quitarse la ropa.
-Que si joder - le respondió de mala gana.
Dinah espero un momento a que Lauren se quedará dormida, para así, poder irse tranquila a casa. Luego de unas horas de profundo sueño y de haberse ido Dinah, el timbre sonó.
-Pero, ¡¿quien cojones es a esta hora?! - preguntó con rabia, levantándose sin fuerzas de la cama.
El timbre que había sonado era el de su puerta directamente lo cual le extraño, miro por el ojo de esta y no vio a nadie, intentó darse la vuelta pero este volvió a sonar, abriendo la puerta sin más.
-¡Camila! - exclamó al ver a la chica en frente de ella.
Llevaba un precioso vestido de novia, su cabello suelto ondulado, pero su rostro, se notaba que había estado llorando pues, todo el maquillaje estaba chorreando por sus mejillas y llevaba una botella en su mano, estaba borracha.
-¿Puedo pasar? - Pregunto sin más.
Lauren se hizo a un lado dejando entrar a la desolada chica, quien mientras caminaba hacia el sofá fue quitándose poco a poco el vestido, quedando en una lencería extremadamente sexy, Lauren tuvo que controlarse en ese momento mirando hacia otro lado para evitar pensamientos indecentes, necesitaba primero saber que había pasado con ella.
-¿Por que estás así?. - le preguntó, tomando asiento a su lado- Ya basta, dame esa botella - le dijo, quitándosela de las manos.
-Me pasa que acabo de jip dar el si jip a una desgraciada vida jip -dijo con dificultad, estaba borracha y con hipo.
-¿Como es que estás aquí?, se supone que deberías estar en tu noche de bodas.
-Mi asqueroso y repugnante marido se emborrachó y para mi suerte al entrar a la habitación del lujoso hotel que su padre nos reservó para que su primogénito me follara, se quedó dormido y escapé, no podía aguantarlo un segundo más - le respondió, colocando una expresión de asco en su rostro.
-Ahora eres su esposa Camz, debes estar con el - le dijo Lauren, bajando la mirada con tristeza.
-Que le den por culo, te quiero a ti joder, quiero estar contigo y vine para tú me folles, soy tu mujer no de el - sentencio.
Lauren al ver a esa chica en frente de su puerta sintió como el nivel de alcohol que había en su sangre disminuyó, pero al sentarse junto a ella y escucharla hablar todo volvió a darle vueltas, ambas estaban con las temperaturas a mil y no hizo falta decir nada más, sus corazones actuaron por ellas, la inspectora tomó a esa recién casada chica y la cargó, haciendo que esta pasara sus piernas por la cintura de la Jauregui, dejándose llevar a la habitación, en donde ambas se dejaron caer en la cama con sus rostros pegados y diciéndose lo mucho que sentían la una por la otra, sonrisas brillantes alumbraban esa noche mientras hacían el amor con intensidad, Camila nunca había sentido lo que con Lauren, esa mujer sabía dónde tocarla exactamente para llevarla al éxtasis, sus labios eran tan suaves y cálidos que con el solo contacto en su piel hacía que se erizara, la tomaba con tanta delicadeza como si de una fina pieza de cristal se tratara, estaba volviéndose adicta a ella, a su sexo, a sus besos y a sus caricias que ardían, necesitaba eso cada día y cada noche, no había dudas en lo absoluto, se había enamorado de la inspectora Jauregui.
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Una Bala Directo al Corazón - Camren
FanficLa inspectora Jauregui pensó que esa noche, como las dos anteriores, transcurriría en paz, rellenando planillas y firmando papeles, pero tal parecía que su intuición estaba fallando cuando, a media noche su interlocutor sonó, una alocada fiesta en u...