EXTRA 2

477 95 13
                                    

— Papi! — Wenhan había traído a los dos niños de la escuela a la que asistían. Al final se habían terminado mudando a un pueblo pequeño en las montañas, para que sus hijos pudieran tener una vida medianamente normal y socializarse también.

Yunnie, el hijo de Wenhan y Yixuan, siempre llegaba contento porque hacía muchos amigos. Pero él pequeño Bobo, era muy callado. Prácticamente su primito era el único que podía entenderlo y hablar con él.

— Tengo malas noticias...— Wenhan suspiró.

Zhan al ver que su hijo se quedó en la entrada se preocupó por el pequeño niño.

— ¿Qué sucedió?

— El... La maestra quiere hablar con ustedes. Sobretodo contigo Zhan.

— ¿Ah? ¿Y eso por qué?

— Si, los espera mañana a las 7.

Wang Yibo, que había ocupado parte de su tiempo en una pequeña fundación... Llegó también preocupado por el mensaje que le había mandado Zhan. 

— Bobo... ¿Le vas a contar a tus padres que paso en la escuela? — Yibo quiso impulsar al niño, peeo este se mordió los labios temeroso de lo que pudieran decirle sus padres.

Zhan se acercó a su esposo y le besó. — No lo presiones. Seguro es alguna estupidez.

Wang Yibo soltó un bufido.

***

En la mañana siguiente. Ambos fueron atendidos por la docente, la cual desconocía mucha información sobre los Ji.

— El piensa que puede tener todo lo que quiera.

— ¿Como eso es un problema? — Gruñó Zhan.

— Señor Ji... El pequeño Bo solo tiene cinco años y puedo decir que no se comporta como un niño.

— ¿Y bien?

La maestra se sintió frustrada por la falta de comprensión. —El no pide las cosas nunca. Ustedes saben que casi no habla... Si quiere algo solo lo toma y si sus compañeros reclama... El se molesta... Le gusta dar órdenes.

— Pues me llama y yo le compro lo que quiera. — El quiso ponerse de pie considerando que lo que la mujer le decía era una pérdida de tiempo.

— Ji Chong!  — Yibo reclamó. — Deja hablar a la profesora.

— El punto es... Parece que no le importara ir golpeando a las demás personas si no hacen lo que quiere. Además su mirada es un poco... — La profesora encontró los ojos de Zhan y de Yibo  y se dio cuenta de que el niño era una combinación de ambos. La mirada felina del rubio y la mirada fría del pelinegro. Ella misma se sintió un poco intimidada y volvió sus ojos a otro lado.

Zhan soltó una carcajada. La profesora atónita no lo podía creer.

— Si algún día un niño devuelve el ataque...

— Que se atreva! Que se atreva a tocar a mi bebé...

— Profesora. — Yibo que había envuelto sus labios para no reírse le pidió un segundo a solas para hablar con Zhan. — Solo será un momento.

— Me gusta que no se deje.

— ¿Y si le pegan?... Es pequeño...

— Los mato!

— Shhh... Shh... Xiao Zhan.  No puedes estar hablando de esa manera en una escuela.  — Empezó a susurrar muy bajito. — Mi amor. Se supone que dejamos esa vida atrás...

— ¿Ah si? ¿Qué hiciste con la niñera?

Yibo trago entero. Miró al piso avergonzado... — Mírate. — Lo sostuvo de la cintura. — Ni siquiera eres capaz de negarlo.

— Ella se lo busco. Esta vez es diferente... ¿OK? Dijiste que tu papá siempre te protegió así... Yo quiero que mis hijos tengan amigos y si hay que regañar a Bobo... Hay que hacerlo.

A Zhan se le aguaron los ojos. — ¿Tu no estas viendo que es una mini  versión de ambos al mismo tiempo? ¿Serias capaz? ¿Viste su cara?

A Yibo se le hizo un nudo en la garganta. — Si... Lo amamos. Pero debe aprender a convivir... No queremos que sea solitario. ¿OK?

— Mn... — Zhan asintió a regañadientes. Guardo su arma. — Le diré que lo que sea que quiera me lo pida a mi.

Yibo rodó sus ojos... Tenía mucho trabajo por hacer... No sólo con su niño sino con su marido también.

Hijo de La Mafia. 《ZhanYi》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora