Aun lloraba larga e incansablemente toda las lágrimas que guardo durante tantos años, era muy consiente de que en su pecho algo le aviso durante toda su vida que debía cuidar sus actitudes saber escoger un camino correcto, pensar en el futuro y tratar de cometer los menores errores posibles e hizo totalmente lo opuesto y jalo al único verdadero amor que tenía.
Incapaces ambos de detener sus lágrimas, Eustass finalmente decidió que era hora de hablar, se separó de él aún arrodillado en el frio suelo de aquella oscura habitación, limpio su rostro de manera sucia decidido alzó la mirada buscando aquellos ojos de extraño color - a su parecer-y dio con ellos tan húmedos y enrojecidos eran un par de puñales cargados de ira que atravesaron su pecho.
-escucha... Trafalgar - su voz sonaba profunda y grave, finalmente, bajo la mirada suspirando de forma larga y pausada - yo... - le costaba admitirlo, mordió ligeramente su labio inferior- ¡lo siento!... Esta vez me excedí lo acepto -alzó la vista nuevamente-
-ya basta Eustass-ya -fue interrumpido por aquella voz suave, parecía ido en alguna clase de lejano pensamiento pues aquella frace no sonaba muy a menudo en su cabeza, se sintió extrañamente reconfortado.
Un extraño silencio inundó el cuarto.
-te dejaré ir...
-¿que pasó? - volvió a interrumpir.
-hmm... Me arrepentí - murmuró levantando finalmente su cuerpo-
-y, ¿zoro? - preguntó directamente, Eustass chasqueo la lengua.
-se largo, yo que se - respondió molesto- law, la única forma en la que puedo disculparme contigo es dejándote ir...
-eso no es cierto -renego de inmediato de aquello, se alzó con un poco de dificultad y encaró a quien le acompañaba.
-tienes razón... No es cierto, no quiero dejarte ir - bajo la mirada nuevamente, se sentía extraño, una batalla interna de esas que dejan miles de muertos se libraba en su pecho, luchaba contra si mismo, contra su otro yo- pero es lo correcto - se dio la media vuelta decidido a salir, no solo de aquella casa sino también de la vida de su amado, se sentía como un imbecil armando semejante drama por ese viejo amor.
Trafalgar lo miraba en silencio, ¿era sierto? - se preguntó- si de verdad lo estaba dejando ir algo andaba mal, terminó de observarlo en silencio, saber que zoro estaba bien le brindó paz a su corazón.
Ver a Eustass huir del escenario complicaba nuevamente todo en su pecho, no podía evitar quererlo, aquella parte dentro de su corazón que sintió vacía todo este tiempo finalmente se iluminaba poco a poco y la respuesta se estaba escapando de entre sus manos.
-¡Eustass-ya! - gritó, con torpes pasos trato de seguirlo, aquellos segundos pasaron en cámara lenta, sentía que sus pasos resonaban en toda la habitación que se sintió infinita y al fondo la puerta que el pelirrojo abandonaba dejando solo una estela colorada en el aire.
-¡Eustass-ya! - repitió.
Lo alcanzó finalmente al cruzar la puerta, la luz del exterior lo encegecio por unos momentos, su mano alcanzó a jalar su camisa obligándolo a boltear.
-maldito... - mascullo entre dientes, finalmente lo jalo con ambas manos de la ropa encarando su rostro- ¡no puedes aparecer y destruir mi vida! - sentía tanta molestia en su pecho, las lágrimas comenzaron a agolparce en sus ojos- y... ¡sólo largarte! ¡¿Que pretendes?! - golpeó su pecho con fuerza- ¡no juegues así con mis sentimientos!
Eustass lo escuchaba sin oponer resistencia siertamente sorprendido, el law que recordaba era tan serio y reservado.
-no tienes idea de lo que me ha costado vivir con la insertidumbre de no saber porque me dolía tanto - bajo su cabeza apoyando ambas manos sobre sus hombros- y tu solo llegas a seguir destruyendo todo, ¡maldito seas Eustass-ya! - grito molesto- todo es culpa tuya... Desde el principio - su voz se quebraba lentamente con cada palabra, el caso ya era inevitable debía confesarlo- y aún así el mayor culpable soy yo... Por amarte tanto - cerro sus ojos con fuerza separando finalmente sus manos guiandolas esta vez hasta su rostro para cubrirlo tratando de aguantar el río que se formó desde sus ojos.
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hasta la muerte
FanfictionSiempre dicen que después de la tormenta viene la calma, pero después de la calma, a ellos nadie les aviso que venía la tempestad. Kid x Law