Capitulo 37

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-Debes hacerlo-me ínsita.

-Yo no soy como ustedes-digo negando con la cabeza y dándole el cuchillo que el me había dado.

Si que lo eres-canturrea la voz en mi cabeza.

-Era de tu madre ahora es tuyo-yo niego con la cabeza.

-No te creo nada-mi cabeza da vueltas y el nudo en mi garganta cada vez es mas grande.

-Ten-el extiende una foto, en ella hay una mujer con una bata de hospital acostada en una camilla con un bebé al lado y mi padre el otro lado-Ella era tu madre y esa fue la ultima vez que te vio-su parecido a mi están notorio si antes pensaba que me parecía a mi padre ahora me doy cuenta que estaba equivocada, una lagrima cae en la foto mi tío me toma del mentón- Yo no puedo hacer nada-menciona de la misma forma en la que Paula solía hablar conmigo.

Los recuerdos de las tantas veces que me hablaba a si llegaron a mi las miles de discusiones por que nunca detenía ni me defendía de mi padre, la ira se mezcla con el sin fin de emociones encontradas que tengo.

-¿Como te fue en la escuela?-cuestiona esta después de un rato en absoluto silencio.

-Mucho mejor que el sótano sin duda-le respondo de forma satírica.

-Karima ya hablamos sobre eso-ella me reprocha.

-Para ti es muy fácil decirlo ¿no? como no eres tu la que tiene que estar ahí-alzo la voz.

-Y tu crees que para mi es fácil saber que estas ahí-reclama.

-oh claro te preocupas tanto que me dejas ahí encerrada y nuca haces nada para evitarlo.

-No puedo hacer nada-menciona al borde de las lagrimas.

-¡nunca puedes!-me levanto de la mesa-¡Eres lo peor que me pudo haber pasado tu y el son lo peor!-me dirijo a la escalera enojada y ella me sigue.

-No te permito que hables así no te olvides que el es tu padre y esta enfermo- me regaña y eso solo hace que mi cabreo aumente.

-¿Y yo que? crees que toda esta mierda a mi no me afecta- me paso las manos por el pelo-¡Estuve diez  putos días encerrada en un sótano lleno de todas las porquerías que te puedas imaginar!-exclamo llena de  ira.

-¿No te tomaste las pastillas hoy?-ella hablo en ese tono suave que tanto odio.

-Estas mas demente que papá y no sabes el odio que siento hacia ti, al menos se que el no se acuerda de nada pero tu si y sabes toda la verdad y te quedas como estúpida-ella me da una bofetada cosa que jamás había hecho -Siempre tengo que decirla verdad aun que duela eso no fue lo que me enseñaste madre-ella iba a responder pero la puerta principal se abrió y se cerro con bastante fuerza dándome a entender que papá no esta nada feliz.

-Tu padre fue obligado a hacer cosas que no quería, no a visto a su hijo desde hace 16 años-sigue explicando mi tío mi mano tiembla  y los recuerdos cada vez son mas, mi cordura cada vez es menos-El solo quiere que estés bien, y estando cerca de ella ninguno de los dos lo esta-Explica.

-¿Las pastillas..?-cuestiono recordando lo insistente que era ella para que yo las tomara.

-Ella junto con mi supuesta esposa tenían una investigación sobre el cerebro cada una creó algo distinto Paula investiga como dejar de sentir el dolor psicológico y mi esposa a dejar de sentir el  dolor físico, por eso obligaban a que tu padre te encerrara para ver como reaccionabas, una persona normal hubiera buscado la forma de salir de ahí, pero tu...-

-No me importaba nada luego de tornarlas- termino por el, el asiente.

-Por eso cuando dejabas de tomar  te sentías abrumada, no sabes como organizar lo que sientes por que jamás has sentido nada-sigue explicando.

-Ella fue obligada ella no quería- Prisilla trata de excusar a su madre la rabia me ciega por unos minutos y por impulso la tomo del pelo y le estampo la cara en el plato frente a ella el cual se rompe.

-¡Cierra la maldita boca!-exclamo llena de rabia, la mesa se mancha de la sangre de ella.

-Ella planeo que ustedes se conocieran para ver si su experimento funcionaba totalmente, ya sabes para ver si te enamorabas- rabia es lo único que siento en estos momentos y el hecho de que Prisilla se parezca a su madre solo incrementa mi odio y las ganas de...

Pero en que estoy pensando, me alejo de ella antes de seguir mis oscuros instintos contra la vida de ella.

-Deja salir toda esa rabia que has estado conteniendo toda tu vida -es lo lo que dice mi tío mientras me devuelve el pequeño cuchillo dorado-No te limites Zaid limpiara el desastre y Calix estará encantada de hacer un abrigo especial para Paula.

El pequeño objeto tiembla en mis manos, así que lo tiro en la mesa.

-No, no yo no soy así-muevo mi cabeza de un lado a otro tratando de borrar las imágenes de mi cabeza.

Karima es por el bien de tu padre.

¿Ya te tomaste las pastillas?

No puedo hacer nada para ayudarte.

Yo solo quiero lo mejor para ti.

No hagas enojar a tu padre.

La voz de Paula resuena en mi cabeza una y otra y otra vez, estoy a punto de volverme loca.

-Déjate llevar- susurra el hermano de mi padre cerca de mi oído.

-Por favor no- su suplica fue la ultima  gota que derramo el vaso, no se en que momento paso solo se que golpeo su cara una y otra vez contra la mesa, su cara muestra dolor y de alguna manera me hace sentir mejor,  solo puedo imaginar que es Paula, sus suplicas so lo hacen que recuerde las veces en que le pedí que me ayudara y no lo hizo.

Esto esta muy mal pero de alguna forma se siente tan liberador como si inconscientemente estuviera esperando este momento.


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