Two

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Poseidón se sintió desfallecerLos deslices y roces eran jodidamente placenteros, generando en el pequeños espasmos que trataba de controlar

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Poseidón se sintió desfallecer
Los deslices y roces eran jodidamente placenteros, generando en el pequeños espasmos que trataba de controlar. Sus manos se aferraban a las sabanas de seda mientras chillaba del placer.

Entre la pasión de aquel encuentro, Hades sostuvo entre sus fornidos brazos el cuerpo desnudo de Poseidón, destacando en este agarre la gentileza con la cual le toma.
Ambas bocas se unen en un beso lascivo donde ambos comparten fluidos.

Se siente el amor entre ellos, con cada tacto, con cada beso y con cada mirada. Se amán pero para su desgracia no pueden estar juntos, más pueden los prejuicios con su amor.

No es simple atracción física, es amor. Amor penado por la sociedad, amor por el cual serían condenados a arder en el infierno.

—¿Qué sucede?, ¿te lastime?
Pregunta Hades con tonalidad preocupada, observando a Poseidón quien derrama apenas unas diminutas lágrimas.

—No es nada, solamente recorde algo...
El rubio se aferra al albino con cuidado, sintiendo su calor e inhalando su perfume, cierra sus ojos tratando de calmar su penar.

Ama a su hermano, pero realmente no quiere herir a su esposo.

Dan las ocho de la noche

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Dan las ocho de la noche.
La puerta principal de aquella casa se abre lentamente y Kojiro se introduce a su hogar, sintiendo la calidez que este le brinda.

—¡Mi amor!, ¡ya llegué!
Exclama con fuerza mientras se retira su saco y este lo deja en el perchero, se encamina a la sala de estar, sobre un sofá coloca su maletín y posteriormente toma asiento en este mismo.
—Vaya día, debería de tomarme unas vacaciones.

Kojiro..
Poseidón aparece frente a él mostrándole una mirada gentil, este mismo se acerca a su esposo y se coloca a su lado, procediendo a besarle la cabeza.
—Bienvenido a casa...

—¡Hola mi cielo!
Le sorprendió lo amoroso que actuó Poseidón ya que comúnmente era algo distante, de igual forma no le disgusto en lo más mínimo.

—Te calentare la cena, trata de descansar un poco.
Kojiro asintió y Poseidón se retiró a la cocina, el nipón miro la sala con calma mientras se ponía cómodo sobre su asiento. El trabajó había sido agotador el día de hoy, su jefe era un maldito, pero todo valía la pena cuando al llegar a su hogar era recibido por el hermoso rubio que tiene por esposo.

Es un hombre con bastante suerte, oh bueno, eso es lo que creé él.

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Esposo ejemplar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora