No quiero ser un parche,
no quiero que me quieran a medias, porque no me lo merezco.
Quiero que me quieran a gritos,
de una forma intensa y sana,
sin juzgar mis emociones y sin obviar mis ideas.
No quiero ser solo una boca a la que besas
y mucho menos solo un cuerpo que te excita,
quiero que conmigo ardas con el roce de mi piel
y se te erice cuando nuestras almas se estén escuchando.
No quiero ser la tirita que tape tus miedos del pasado,
quiero ser el hilo que las cosa y olvides,
en cierta parte, del cómo pasaron.
Así que no, no seré una tirita más a la que acabes sustituyendo
cuando su función de tapar el roce se acabe,
en el momento en el que caiga cuando te duches.
No quiero un tira y afloja constante
que consuma mis ganas de cuidar de una forma tan fuerte.
Y si esto es un adiós, pues que lo sea,
cortándolo de la forma más rápida y fría posible.
porque yo ya no quiero ser la chica a la que quieran a veces.