Escenario | 02

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Su reacción cuando estás estresada por las clases/trabajo

Su reacción cuando estás estresada por las clases/trabajo

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Manjiro Sano

No había visto a Mikey en una semana, ¿o tal vez dos? No estaba del todo segura, debía estudiar para mis exámenes parciales (así como la autora en estos momentos), sentí que este ciclo absorbía la energía en mí, estaba llevando demasiados cursos, además de tener que trabajar en la cafetería a medio tiempo, no tenía tiempo ni siquiera para dormir unas decentres cinco horas. Con pereza me paré de la cama, mi reloj marcaba las 5 a.m. la hora perfecta para una taza de café y a seguir estudiando, hice mi café y lo llevé hasta mi escritorio, en donde volví a abrir el libro y mi cuaderno de notas. Estuve estudiando por una hora más o menos cuando la cabeza empezó a darme vueltas, sabía que era por la falta de sueño de las últimas semanas, pero no quería admitirlo, aún me faltaban dos temas que aprender para dentro de dos días y no podía retrasarme o perdería la beca.

Con dificultad me dirigí al baño para mojar mi cara y así tratar de conseguir algo de energía, apoyé mis manos en el lavabo mientras me veía al espejo, estaba hecha un desastre, bolsas oscuras rodeaban mis ojos, las comisuras de mi boca tiraban hacia abajo en una mueca de cansancio y ni hablar de mi cabello, pero ¿hace cuánto que no me di una ducha? ¿Fueron tres días o cinco?, al inclinar mi cabeza hacia adelante empezó a correr sangre de mi nariz, maldición, me giré rápidamente para tomar un poco de papel y limpiar mi cara, pero el movimiento repentino provocó que me mareara aún más y sin más sentí mi cuerpo caer y todo negro.

Desperté con un paño frío en mi cabeza y estaba bajo las sábanas de mi cama, ¿cómo llegué aquí? Seguro fue todo un sueño, al intentar incorporarme en la cama, los mareos regresaron y sentía un pitido incómodo en mis oídos.

-Arg- me quejé en voz alta y escuché pasos aproximarse

-Así que despertaste señorita estudiosa- Mikey apareció en la puerta de mi dormitorio con su bonita camisa a cuadros azules, pantalones negros y mi delantal de Mickey Mouse colgando en su cuello -ya casi termino con el desayuno pequeña, pero creo que sería mejor si lo traigo, no quiero que te vuelvas a desmayar- sonrió y se acercó a mi para quitar el paño húmedo de mi frente -parece que tu fiebre bajó ya, ahora, ¿puedes explicarme por qué estabas desmayada en el baño? ¿otra vez volviste a obsesionarte con tus estudios? recuerda que el psicólogo dijo que te hace daño- tomó mi rostro en sus manos y dejó un beso en mi narz.

-Primero que nada, Mitsuya no es psicólogo, solo da muy buenos consejos. Segundo, estoy bien, seguro sólo me quedé dormida eso es todo... Espera, ¿qué hora es?- miré mi reloj, que marcaba las 9 a.m. -¿a qué hora llegaste?

-Como a eso de las 7, te encontré tirada en el baño con sangre en la cara, intenté levantarte pero me dijiste que sólo querías dormir, al traerte a cama noté que estabas ardiendo y llamé a Emma para saber qué hacer y ella me dijo que te ponga el paño en la frente, y así es como llegaste a parar acá, ahora, debo sacar los dorayakis del microondas o se sobrecalentarán y quedarán todos chiclosos, ¿quieres leche o jugo de naranja?

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