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Estaba tan envuelta en aquel letargo en el que se encontraba debido al exceso de cerveza que ahora mismo corría por su sangre que, ajena a todo y a todos, ni siquiera protestó cuando aquel chico pelirrojo y demasiado sudado para su gusto se le acercó colocando sus manos alrededor de su cintura supuestamente con la intención de bailar con ella.

En serio necesitaba aquello, necesitaba dejarse llevar por el ritmo de la música y gastar tanto su energía como su frustración en aquella pista por lo que en esos momentos no podía estar más agradecida por haber encontrado finalmente un compañero de baile y... sin embargo, solo bastó con que la música se volviera un poco más lenta para darse cuenta que, su idea de bailar con un total desconocido, no era, ni por asomo la mejor que había tenido.

Aquel chico sin dudas tenía las manos demasiado largas y se estaba pegando a ella de un modo que no podía, menos que hacerla sentir incómoda, a tal punto que no pudo evitar que todo su cuerpo se retorciera al sentir el vaho de su aliento, demasiado rancio, como para estar segura de que en aquel delgado y enjuto cuerpo, ya no cabía ni un milímetro más de alcohol y justo en ese momento fue cuando de veras comenzó a preocuparse .

Vivi y Aaron estaban lo suficientemente lejos como para no poder percibir aquella situación en la que ella misma se había metido; estaba totalmente sola con aquel baboso que cada vez tenía menos claro los límites entre su espacio personal y el de ella, las cosas se le estaban complicando demasiado y... sin dudas, hubieran ido de mal en peor si, aquella fuerza sobrenatural no la hubiera alejado de repente para luego colocarse en medio de los.

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Hacía rato que Darío había tirado la toalla con Ella. A esas alturas de la noche ya estaba más que convencido de que no había forma en que la chica llegara a plantearse ni siquiera, la idea de llegar a conocerlo cuando más, si iba a permitirse el llegar a tener algo con él, de ahí que...por regla de tres, tenía totalmente claro que nada de lo que ella pudiera llegar a hacer con su vida (aquella o en las siguientes noches) podía llegar a ser de su competencia.

Mas, si de algo estaba seguro era de que... el haber compartido a su lado y en su propio círculo de amigos le daba, al menos, el suficiente derecho como para intervenir en una situación en la que claramente, intentaban aprovecharse de ella más allá de su propio consentimiento.

Así que, al ver el modo en que aquel tipo intentaba aferrarse a su cuerpo mientras que Ella en cambio, fracasaba en su intento por deshacerse de él, no lo pensó ni dos segundos y salió hecho un bólido hacia donde ellos se encontraban sin ser capaz de percibir que, justo al otro lado de la pista Vivi se aferraba al brazo de Aaron haciéndole abortar su misión de rescatar a Ella.

La chica se había dado cuenta de la reacción de Darío y aun cuando no le gustaba demasiado la idea de quedarse a ver en qué paraba todo aquello, de algún modo sabía que él sería tan buena opción para reventarle la cara a aquel imbécil como el propio Aaron, quien por su parte, al darse cuenta de la intención de su novia, optó a regañadientes por aparcar a un lado su instinto de hermano mayor y... quedar relegado en un segundo plano mientras todo su cuerpo se ponía en guardia ante la expectativa de una inminente pelea.

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- Oye hermano, ¿a dónde crees que vas con esas manos? - rujío más que hablar, colocando a Ella tras sus espaldas.

- ¡A donde a ti no te importa brother! -lo encaró el pelirrojo sin que su reto llegara a reflejarse en aquel rostro lleno pecas y sin poder entender del todo a que se debía aquella intempestiva interrupción.

-Ten cuidado con la forma en que hablas-lo retó él en cambio, mientras se aseguraba que Ella estaba segura detrás de él.

- Vamos hermosa- volvió a ignorar su amenaza el pelirrojo, extendiendo la mano con una sonrisa de autosuficiencia que hizo que Ella, en respuesta, lo mirara de arriba abajo asqueada

A Cinco Años de TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora