ADVERTENCIA: Contenido YAOI que es una relación homosexual chico con chico, si eres sensible a las malas palabras, escenas sexuales explícitas y contenido homosexual, abstente de leer, conste: sobre aviso no hay engaño.
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Han pasado casi 8 años desde que estuvimos juntos por primera vez en París, la vida da vueltas de maneras misteriosas e inimaginables, hace 6 años Albert y yo comenzamos a vivir juntos, justo cuando el consejo administrativo de las empresas familiares decidió que quién llevara las riendas de la dirección de ninguna manera podía ser homosexual, todo esto impulsado por su propio padre, sin importar cuántos años hubiese trabajado Albert casi como un esclavo y de manera eficiente haciendo duplicar el tamaño de sus empresas y de sus utilidades, ese fue el parteaguas para que Al rompiera lazos definitivos con su familia, ni su madre ni su padre volverían a saber de él en muchísimo tiempo. En esa época yo ya recibía buenas utilidades de la manufactura de prótesis y tenía un ahorro bastante considerable, logramos juntar entre los dos una buena cantidad de dinero para dar el enganche de una casa en Charlotte, lo suficientemente grande para una futura familia: una bella casona del puro estilo sureño: ladrillos rojos, tejas en techos a dos aguas y grandes ventanales, la parte de atrás tenía una linda terraza, un jardín muy grande que tenía salida a un hermoso bosque. Mi madre emocionada y feliz nos ayudó a amueblar y a decorar la casa, Albert trabajaría ahí, mi madre le adaptó un enorme cobertizo que estaba en la parte trasera del jardín para que fuera su muy elegante oficina, decidió ser consultor independiente y trabajaría la mayor parte del tiempo en casa, habían demasiadas empresas dispuestas a pagar por su asesoría y sus conocimientos.
Karen estuvo los últimos 7 años entre las diez mejores tenistas del ranking mundial, hemos ido a verla jugar varias finales de abiertos famosos y cumplió su promesa de jugar en Wimbledon y sentarme muy cerca de la Reina Isabel. Hace tres años cambió de entrenador y ahora se ha enamorado hasta la médula de él. Ese pobre infeliz llamado Daniel Vallverdu: venezolano y mayor que ella por 7 años, es muy guapo. Cuando lo conocimos, Albert casi me da un pisotón porque creo que dejé caer un poco de baba, y para vengarme de todas las veces que me hizo pasar las peores vergüenzas, después de que nos lo presentó muy emocionada, yo le pregunté que cuando agendábamos esa inseminación no artificial porque Albert y yo ya queríamos ser padres, se enojó tanto que casi dejó de llamarme por un mes completo, ella no sabía que yo había pedido permiso a su novio para hacerle una broma pesada.
Este año ella ha descansado y seguramente el siguiente año también lo hará, en un pequeño “descuido” se embarazó y ellos se han casado, Daniel la adora con toda su locura, él dice que la vida es muy divertida junto a Karen, y yo me alegro de que mi mejor amiga sea muy feliz.
Yo asisto constantemente a congresos médicos y de tecnología biomédica para dar conferencias y al mismo tiempo también estar actualizado, en la más importante que se celebra en Montreal me encontré a esa preciosa pecosa a la que alguna vez llegué a amar.
Iba sola con un enorme smoothie en mano muy, muy embarazada, traía el cabello corto y alborotado, y el embarazo la hacía ver hermosa y radiante, dudé en acercarme pero me armé de valor y la alcancé, ella al verme se sorprendió y se alegró muchísimo, saltó a mis brazos y nos quedamos un buen rato abrazados, teníamos casi 9 años sin vernos ni hablar desde que terminamos.
Ella estaba acompañando a su esposo que en ese momento daba unas conferencias de los usos de nano bioingeniería celular en cirugías para reparar tejidos, no vería a su esposo hasta la noche que era aquel rubio con el que la ví en la graduación, el aclamado doctor Anthony Brower, y la invité a comer.
Pasamos toda la tarde poniéndonos al corriente, el tiempo por fin permitió que pudiéramos platicar como los amigos que algún día fuimos antes de ser novios, ella estaba embarazada de su primer bebé y vivía con Anthony en Baltimore trabajando en el Hospital Johns Hopkins, aunque creo que no podremos volver a ser mejores amigos, nos mantenemos esporádicamente en contacto por mensajes de celular.
Ver a Candy tan feliz y embarazada me dejó un muy buen sabor de boca, no obstante no fue así cuando nos encontramos Albert y yo a Neil en Nueva York, él tuvo que ir a una consultoría por una semana completa y yo lo acompañé.
Nos hospedamos en el St. Regis, muy cerca de la Quinta Avenida, un hotel muy lujoso cuyo costo fue cubierto por quienes contrataron a Albert. Al tercer día de estadía, Albert regresaría más temprano que los primeros días e iríamos a cenar a un bistró muy elegante y exclusivo llamado Le Grenouille.
Al llegar impecables y enfundados en unos carísimos trajes, nos acomodaron en una esquina en dónde se podía ver perfectamente lo que pasaba en el restaurante, fue entonces que se escuchó un gran alboroto: todos los comensales levantaron sus cabezas incluyendo nosotros para averiguar qué era lo que pasaba, una mujer de aspecto muy elegante y enojada venía gritándole a alguien que parecía ser su esposo, entonces detrás de ella venía un Neil igual de elegante pero compungido aguantando los gritos y la humillación. Albert y yo nos quedamos sin palabras: Neil se había casado con una mujer, ella seguía reclamándole no se qué cosas de sus hijos y advirtiéndole que jamás conseguiría el divorcio, todos los que nos encontrábamos ahí nos sentimos un poco avergonzados por ese pobre infeliz, en medio de los gritos él levantó su cabeza y alcanzó a vernos, Albert posesivamente tomó mi mano y le lanzó una mirada de triunfo, pude ver una mirada de vergüenza y derrota en Neil, no pasó mucho tiempo para que el gerente les pidiera amablemente que se retiraran del lugar porque molestaban a los clientes, esa mujer horrible se fue dando aún más gritos, lanzando amenazas al gerente, llevándose tras de sí a Neil reducido a un perro faldero. El restaurante ofreció bebidas gratis por los inconvenientes, y yo no daba crédito a lo que mis ojos vieron: Neil regresando al clóset casado con una horrible mujer y al parecer con hijos de por medio. Esa noche Albert me tomó como un salvaje, quizás inconscientemente celoso, quise decirle que ver a Neil lo único que me causó fue lástima, pero, ¿Quién era yo para frenar el ímpetu sexual que generan los celos?Y así hemos pasado ocho años juntos, con altibajos de una pareja normal, adorándonos y amándonos: nos casamos hace cuatro años en una muy pequeña recepción con mi madre y algunos amigos incluida Karen. Hace dos años llegaron a nuestra vida nuestros adorados hijos debido al desafortunado embarazo de una bella y desamparada jovencita de 15 años sin el respaldo familiar y con un novio desaparecido desde que se enteró de su embarazo. Ella nos dio el mayor regalo que pudimos haber recibido: renunció a sus pequeños para que tuvieran otras oportunidades que ni en sueños podría darles ella siendo tan joven, renunció dolorosamente a dos hermosos bebés y nos otorgó ese gran honor de ser nosotros quien los criemos. Ella regresó con su familia y nosotros le conseguimos una beca y ayuda económica para que no deje de estudiar, no los quiso conocer, tampoco quiso seguir teniendo contacto ni con nosotros ni con sus hijos, ahora nuestros. Nuestra princesa se llama Hazel y su bello hermano es Connor, tienen una linda piel apiñonada, cabello un poco ondulado y ojos color miel. Desde que llegaron con nosotros a nuestro hogar al tercer día de haber nacido, han revuelto nuestras vidas.
Noches interminables sin dormir, visitas al pediatra, combinar nuestro trabajo con los tiempos demandantes de nuestros hijos ha sido todo un bello caos, mi madre es quién los cuida cuando tenemos que viajar y nos ayuda una nana cuidadosamente seleccionada: la señora Betty.
Es muy temprano el sábado por la mañana, Al y yo aprovechamos el poco tiempo del que ahora disponemos y hacemos el amor cada que tenemos oportunidad. Mientras me hundo en ese delicioso trasero, tomando su hombro derecho con una de mis manos y con la otra masturbándolo, el logra decirme despegando la boca de la almohada que usa para ahogar sus gritos de placer:
—Apúrate, ya van a despertar...
Entonces intensifico mis dos movimientos para acabar lo más pronto posible, yo doy un último gruñido de placer y Albert se aferra a la almohada, nos quedamos un rato abrazados antes de darnos juntos un baño muy rápido, al salir frescos y limpios podemos ver y escuchar por el monitor que nuestros pequeños han despertado.
—Tus hijos han despertado.
—Perdón pero despiertos son tuyos, son míos sólo cuando duermen.
Sonriendo nos damos un breve beso, es hora de comenzar la jornada, y yo no cambiaría esta vida por nada.
Fin❤️
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Remontando el vuelo
Fanfic***ADVERTENCIA*** contenido YAOI que es una relación HOMOSEXUAL chico con chico, si eres sensible a las malas palabras, escenas sexuales explícitas y contenido homosexual, abstente de leer, conste: sobre aviso no hay engaño. Terry en su temprana adu...