Las historias siempre cuentan a las criaturas mágicas como seres puros, con mayor conexión y amor hacia el planeta donde viven, pero esto no es más que una mentira pensada para enaltecer, principalmente ante el ojo infantil, las maravillas que estas razas ocultan.
Cualquier ser con la capacidad de pensar por sí mismo nunca estará libre de pecado, la individualidad y el libre albedrio conllevan errores catastróficos y el mundo fue testigo de esto. El crecimiento y desarrollo de la tecnología humana, maravillosa y nunca antes vista, conllevaba una intoxicación al planeta que las razas mágicas no pensaban tolerar. A su vez, los humanos descubrieron que, a pesar de no poder emplear la magia a través de su cuerpo como sus contrapartes mágicas, sí podían hacerlo a través de su tecnología, ahorrando décadas de desarrollo a las mismas.
Las asperezas entre ambos grupos siempre estuvieron presentes, pero, tanto el motivo concreto que dio inicio al conflicto como los años de guerra, se perdieron así como todo rastro de cualquier civilización, ya sea humana o mágica. Como sea, la historia posterior a esto declaró a los humanos como ganadores debido a la completa desaparición de las razas mágicas, aunque "ganar" sería un término mal utilizado al observar las secuelas dejadas en la tierra.
No quedaron ciudades, ni gobierno ni leyes, solo un páramo desolado como constante recordatorio de la estupidez de un conflicto innecesario y sus consecuencias. Aun así, los humanos no aprenderían de sus errores y llevaron a cabo una era oscura y siniestra, donde la desesperación, la inseguridad y la falta de recursos conllevaron a que la ley del más fuerte se alzara como el sistema predilecto entre los humanos.
Pasó más de medio siglo ante de que los primeros indicios de una nueva sociedad se alzara nuevamente. La descendencia de los ruines bandidos que gobernaron a través de fuerza y miedo se volvieron los nobles del nuevo mundo, bajo su mandato adoptaban a todas las personas posibles para crecer como grupos cada vez más grandes, los cuales eran gobernados bajo un sistema de eficiencia. No tenías que ser un soldado robusto y habilidoso, un escuincle con conocimiento en alguna materia o talento en otra podía asegurarse un puesto en la alta sociedad. Por otro lado, aquellos que no poseían talento alguno eran obligados a tener hijos con otros de su misma categoría para posteriormente ser expulsados del grupo, separándolos de sus hijos con la esperanza de que estos en el futuro desarrollen un talento o utilidad propia, caso contrario la historia se repetiría.
Tras otros dos siglos el salvajismo y las prácticas poco éticas e inmorales quedaron abolidas una vez que la civilización volvió a ser un concepto real en el nuevo mundo. Extensos territorios fueron poblados y las vestigios de la antigua civilización se usaron para construir una nueva, así nació Salma, la primera Gran Ciudad, una civilización cuyo territorio es mucho más pequeño que el de un país promedio del viejo mundo pero más grande que un estado del mismo.
Esta enorme ciudad se forjó con el sudor y sangre de todos en conjunto, bajo el liderazgo y organización de la familia noble cuyo apellido se usó para nombrar la metrópoli, y la que, claramente, se encargó de gobernar a su gente con condiciones más dignas que las de sus antepasados tal y como se había prometido. La misma era que vio nacer a esta Gran Ciudad pudo ver el nacimiento de otras cuatro como la primera, cada una con costumbres y una familia noble liderándolas desde la cima de la sociedad.
¿Cómo es que cinco grandes metrópolis se alzaron con facilidad tras solo 300 años y poco más tras la desaparición de la sociedad moderna? Sencillo, no se deja claro cómo pero los Salma descubrieron lo mismo que la gente del viejo mundo: podían potenciar su tecnología con magia, magia mucho más débil que la del pasado pero igual de eficiente, redescubriendo e impulsando ciencias e industrias del pasado adaptadas a las duras condiciones de la actualidad
Así una vez más el mundo conoció el potencial de crecimiento y desarrollo que caracteriza al ser humano, ahora impulsado por la tecnología potenciada. Una nueva era había empezado, una era tranquila en la que incluso los poderosos nobles de cada ciudad comprendían los errores del viejo mundo y se esforzaban por mantener la diplomacia entre sus gobiernos. Obviamente no era perfecto, en cada metrópoli se podía observar los mismos niveles de pobreza y crimen, pero, en comparación al infierno que se vivió en la Era Oscura, Salma y sus hermanas menores eran verdaderos paraísos, cada una con sus maravillas y secretos siniestros por descubrir.
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Melodía en la hora oscura.
General FictionLa humanidad a duras penas al gran conflicto con las razas mágicas, sacrificando al mundo solo por una victoria. Tomó mucho tiempo, pero la humanidad logró alzarse de los escombros y recuperar lo perdido. Cinco grandes ciudades se levantaron con el...