I.

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Omnisciente 

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Omnisciente 

La familia Smith siempre se consideró unida a la familia de los Russell. Cada fin de semana se reunían en una exquisita comida familiar, que se basaban en contar chistes y anécdotas por el resto de la tarde, creando un ambiente cálido y familiar.

 Cualquiera que los veía pensaría que el señor Smith y el señor Russell eran hermanos, por lo inseparables que eran, cosa que era cierta. Ambos eran el soporte del otro, cada que uno caía el otro lo levantaba.

Sus esposas se llevaban de maravilla, cada que podían salían a tomar un café y a comprar mientras charlaban por horas y horas.

Los Smith tenían una fabrica de ropa a las afueras de la ciudad. Su marca era reconocida por toda la ciudad, lo que les dio un estatus mayor a cualquiera de los demás, pero aún así seguían siendo amables y generosos. Eran reconocidos por ser una familia caritativa y eran llamados "la familia perfecta".

En 1945 nació la pequeña Amalia Smith siendo la única hija de la familia, y tres años más tarde nació Arvin Russell. Ambas familias estaban llenos de felicidad tras la llegada de los dos niños. Celebraron el nacimiento en una fiesta familiar, donde asistieron el resto de la familia Russell. Ese fue el primer encuentro de ambos niños,  y con forme pasaban los años más unidos se volvían, Amalia siempre era la defensora de Arvin y para Arvin, Amalia era su soporte.

-1957-

Amalia

Corría a través del bosque, me detuve al llegar a un frondoso árbol, me senté y recargué mi espalda por el grueso tronco con la respiración agitada, respiré hondo tratando de callar mis jadeos. Abrí los ojos como platos al escuchar pisadas cerca de mi, escuchaba los crujidos de las hojas cada vez más cerca. Mis nervios se dispararon, estaba apunto de correr otra vez cunado una mano en la cintura me detuvo.

-Te encontré, ahora es tu turno de contar-soltó una risa-.

-Eso no es justo Arvin, hiciste trampa-me crucé de brazos y me acerqué a él de manera retadora-.

-Crees que me intimidas, ¿enserio?-se acercó a mi a paso lento, lo que provocó que yo retrocediera, tropecé por una piedra y antes de que callera Arvin me sostuvo-.

Ambos estallamos en risas, me reincorporé todavía riendo. Nos sentamos a descansar en el árbol, analicé con detalle el paisaje; el sol se filtraba por las hojas verdes dando una maravillosa iluminación. Arvin apoyo su cabeza en mi hombro, giré para verlo con más detalle, noté un hematoma morado rodeaba su ojo. 

<<Otra vez lo mismo>>pensé. Estaba al tanto de lo que le hacían en la escuela pero no imaginaba a que punto iban a llegar.

No dije nada y recargué mi cabeza sobre la suya. Mañana me encargaría de eso.

Al día siguiente

Iba camino a la escuela cuando vi a Arvin siendo golpeado por unos niños un poco más grandes que Arvin, pero no más grandes que yo. Caminé a paso rápido hacia ellos, empuje al que estaba pateando a Arvin y en un movimiento rápido patee sus geniales y rápidamente cayó al suelo retorciéndose del dolor.

-¡¿Acaso eres estúpida?!-gritó furioso mientras se trataba de parar con ayuda de sus "amigos"-.

-¿Quién te crees para pegarle a mi amigo?-contraataque-¿A caso no sabes quién es mi papá?, atrévete a pegarle una vez más y no verás la luz del día por el resto de tu vida-sonreí con descaro, levanté el dedo del medio y me di la vuelta para ayudar a Arvin-¿Estás bien?-.

-S-si-nos unimos en un abrazo en cuanto se levantó. Escondió su rostro en el pliegue de mi cuello empezando a sollozar y a temblar de miedo-.

-Todo esta bien, estoy aquí-le repetía una y otra vez buscando calmarlo-.

Horas más tarde un poco más calmado regresó a su casa y yo a la mía. Le conté todo a papá y me prometió buscar una solución para esos niños.

𝗛𝗢𝗠𝗘━━arvin russellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora